Aunque el llanto es una función humana que se mantiene durante toda la vida, tiene una importancia mucho mayor durante la primera infancia; hasta que desarrollan patrones conductuales más complejos, como los gestos y el lenguaje, llorar es el modo espontáneo en que los bebés transmiten sus necesidades a los adultos.
En este artículo describiremos las funciones del llanto centrándonos en los 4 tipos principales descritos por Peter H. Wolff: el de hambre, el de enfado, el de dolor y el de atención o frustración. Cada uno tiene un patrón de presentación diferente, si bien el de enfado es una variante del de hambre y el de atención o frustración no siempre es tenido en cuenta.
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Funciones del llanto en bebés
El llanto es el modo de comunicación principal de los bebés. Los pequeños responden a sus estados corporales de malestar a través de los movimientos, sonidos y reacciones fisiológicas que componen este fenómeno; aunque no existe una intencionalidad comunicativa, los adultos responden de forma natural cuando ven u oyen a un bebé que llora.
En particular, la investigación científica ha mostrado que las madres tienen respuestas similares a las de la ansiedad o el estrés cuando sus bebés lloran: el ritmo cardíaco se acelera y se incrementa la conductancia de la piel a consecuencia de la mayor secreción de sudor.
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Perspectivas teóricas
Desde la perspectiva evolucionista se entiende el llanto como una adaptación de la especie humana a la vida en sociedad. A lo largo de la historia nuestro organismo se ha adaptado para expresar el llanto y para responder cuando éste se produce en otros. En bebés, el llanto habría sido especialmente eficaz para facilitar la supervivencia promoviendo la ayuda.
T. Berry Brazelton, autor de la conocida Escala de Evaluación Conductual del Neonato, hipotetizó que el llanto tiene como función general la descarga emocional cuando el bebé se encuentra sometido a sobreestimulación ambiental. Se trataría, por tanto, de un modo de mantener la homeostasis en el sistema nervioso.
Por su parte Aletha Solter, psicóloga evolutiva que estudió con Jean Piaget, afirmó que el llanto puede ser beneficioso para liberar tensión cuando no se debe a hambre, dolor u otras causas fácilmente identificables. Solter, como otras personas expertas, dijo que el mejor modo de manejar el llanto de los bebés es sostenerlos y dejar que termine de forma natural.
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Los 4 tipos de llanto
A través de sus observaciones clínicas Peter H. Wolff identificó cuatro tipos básicos de llanto en bebés y niños pequeños. Además de en sus funciones, estos tipos de llanto se diferencian en sus características físicas, por lo cual suele ser posible descubrir qué le pasa al bebé a partir de la topografía del llanto.
Por supuesto, pueden darse variaciones de cada tipo, y de hecho se ha demostrado que los padres distinguen con más facilidad los llantos de sus propios bebés que los de otros. Esto se asocia a la familiaridad y al hecho de que los pequeños imitan el timbre de la voz de sus padres, la influencia principal en su desarrollo comunicativo.
1. De hambre (básico)
El llanto básico es regular y rítmico: en primer lugar el bebé profiere un llanto breve, al que sigue una pausa de duración más corta en la que se produce una inspiración; a continuación los llantos y las inspiraciones se van alternando. Este tipo de llanto suele aparecer en respuesta a sensaciones de hambre.
2. De enfado
Este tipo de llanto se parece al de hambre, si bien en este caso los llantos son más intensos y abruptos porque la cantidad de aire que el bebé expulsa es mayor. Además la duración de los periodos de llanto en comparación con las inspiraciones es mayor que en el tipo básico.
3. De dolor
El llanto de dolor se aleja del patrón básico. En este caso la explosión de llanto no viene precedida por quejas, de modo que resulta más súbito. Por otra parte, después de los llantos el bebé contiene el aliento, a diferencia de lo que sucede en el llanto de hambre y en el de enfado.
Según las investigaciones los adultos estamos preparados para responder de forma más rápida al llanto de dolor que el básico, lo cual es lógico teniendo en cuenta que resulta mucho más llamativo.
4. De atención o de frustración
Según Wolff el llanto para llamar la atención o para expresar frustración empieza a darse después que el resto, a partir de la tercera semana de vida. Es un llanto más limitado que los anteriores ya que está constituido por la aparición de dos o tres lloriqueos. En este caso no se detecta contención de la respiración.
Muchas clasificaciones sobre los tipos de llanto no recogen el de atención o de frustración, si bien sus características distintivas hacen que sea relevante separarlo del resto de tipos.