Las conductas de riesgo relativamente frecuentes por parte de los más jóvenes siempre han sido una característica de esta franja de edad. Los adolescentes y adultos jóvenes, en general, muestran una mayor tendencia a infravalorar el peligro de las consecuencias de sus acciones, aunque esto no signifique que en el contexto familiar haya que adoptar una actitud muy protectora en todos los casos.
Sin embargo, cuando a esto le sumamos que el rápido avance tecnológico producido en los últimos dos siglos expone a los adolescentes a riesgos nuevos sobre los que aún no existen estrategias de prevención por parte de la sociedad, esto se convierte en un problema especialmente significativo.
En este sentido, hoy en día estamos asistiendo cada vez más frecuentemente al surgimiento de nuevas modalidades de consumir drogas con fines recreativos que llevan a cabo tanto adolescentes como jóvenes en general; se trata de formas de abuso de sustancias tan “fuera del sistema” que a veces ni siquiera son vistas como consumo de drogas por parte de quienes recurren a esto. Hablamos de prácticas como drogarse con el gas de objetos como los mecheros o los sprays de nata, elementos que además son comunes en todo hogar y que, por ello, son de muy fácil acceso. En este artículo hablaremos acerca de este nuevo fenómeno.
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¿En qué consiste la inhalación de gas de mechero?
Los tiempos cambian, y con ellos, evolucionan también las maneras que los jóvenes tienen para esquivar las restricciones creadas para reducir la exposición a las adicciones a sustancias. A medida que pasa el tiempo, van surgiendo nuevas ideas que permiten terminar en una dinámica de abuso de sustancias sin tener que cometer ilegalidades muy claras, asociadas a la compraventa de sustancias psicoactivas como la cocaína, la heroína, el MDMA…
Una de estas nuevas modas de consumo de sustancias consiste en inhalar el gas de los mecheros, una modalidad de consumo que se está extendiendo paulatinamente en nuestro país y en los países vecinos y que está afectando muy seriamente a la salud de los más jóvenes.
De hecho, la inhalación de gas de mechero nos está dejando en los últimos meses noticias terribles sobre fallecimientos repentinos de chicos y chicas que consumen el gas que se extrae de los mecheros para “colocarse” estando de fiesta, sin tener ni siquiera que buscar proveedores de sustancias ilegales.
Este gas se conoce como “isobutano” o “gas azul” debido a su característico color y en todo el mundo se usa como droga recreativa junto a otras agrupadas bajo la categoría de inhalantes, sustancias volátiles que al ser inhaladas provocan efectos psicoactivos en la persona que los consume entrando por la vía aérea.
El gas isobutano que inhalan algunos jóvenes en sus noches de fiesta no solo se obtiene de los mecheros; también de recargadores de mecheros con capacidad de unos 300 ml se venden de manera individual en estancos u otras tiendas especializadas, y que están al alcance de personas de todas las edades din necesidad de mostrar el documento de identidad.
El hecho de que este tipo de objetos se puedan vender también a menores hace que este sea un problema de salud pública que afecta también a adolescentes y preadolescentes de corta edad en cuyo caso el efecto del consumo es aún más peligroso para la salud.
A estos nuevos usos y abusos de drogas hay que añadir los retos virales de Internet que pueden estar relacionados con el consumo de drogas; las redes sociales no suelen tener la capacidad para detectar a tiempo estas publicaciones antes de eliminarlas antes de que las hayan visto miles de personas.
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Efectos de la inhalación de este gas
Como se ha indicado, el principal objetivo que buscan las personas que inhalan el gas de los mecheros es el de “colocarse”, ya que la mayoría de este tipo de sustancias inhalantes generan en el consumidor un efecto de euforia, desinhibición, alteración de la percepción y distorsión de la realidad.
Según la última Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España en 2021 afirmaron haber consumido este tipo de sustancias alguna vez en su vida el 1,8% de los estudiantes españoles de secundaria de entre 14 y 18 años; y la edad media de inicio del consumo es de 15 años.
Esto significa que se trata de una práctica frecuentemente iniciada por jóvenes cada vez más jóvenes, cuyos efectos negativos en la salud del consumidor pueden ser graves y variables en función de las características de cada persona.
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Riesgos para la salud
Los principales efectos y riesgos del consumo de gas isobutano obtenido por un mechero pueden ser desde la fatiga intensa, las náuseas o los vómitos y las alucinaciones, hasta la pérdida de visión transitoria y los trastornos de conducta.
En casos más graves, el principal efecto en el organismo es la hipoxia o pérdida de oxígeno en la sangre y en los órganos principales del cuerpo, lo que en ocasiones puede precipitar una parada cardíaca y, en consecuencia, la muerte de la persona.
El uso de sustancias inhalantes es variado y diverso, como se ha comentado, y son muchos los nuevos productos que encuentran los jóvenes en la vida cotidiana para lograr estados alterados de conciencia con fines lúdicos.
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La diversificación del uso de las drogas
Esta puede ser considerada una evolución de otras prácticas similares basadas en el abuso de drogas de tipo volátil y que se popularizaron hace décadas, sobre todo por parte de adolescentes de clases bajas o incluso en situación de completa marginalidad: inhalar el gas del pegamento, los nitritos, el hidrocarburo, o los barnices. Cualquier sustancia que pueda producir vapores químicos con efectos psicoactivos y que no produzcan la muerte de manera inmediata son propensos de terminar dando lugar a consumo de droga.
Además de inhalar el gas de los mecheros, en los últimos años se ha popularizado también el uso de otros objetos de fácil obtención como puede ser, por ejemplo, la inhalación de los gases que se encuentran en los sprays de nata, los cuales tienen un producto similar al gas isobutano.