El mindfulness, o “Atención Plena” es una práctica que nos lleva a estar conscientes del momento que estamos viviendo, sin juzgarlo y con una actitud de aceptación. A través de esta práctica, podemos cultivar una mayor conexión con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea, saliendo de los mecanismos de respuesta automáticos.
¿Cuáles son los beneficios del mindfulness?
Hoy existen muchos trabajos científicos que dan cuenta de los beneficios de practicar la atención plena diariamente tanto para la salud mental como física. Los mayores beneficios se observan en las siguientes áreas:
1. Ansiedad y Estrés
La práctica de mindfulness permite generar una “respuesta de relajación” a partir de la cual la persona deja de lado el modo de alerta, logra observar sus pensamientos y emociones con aceptación, sin juzgarlos, y reducir la reactividad emocional, permitiendo también una mayor resiliencia ante situaciones estresantes.
2. Dolor Crónico
Cuando el paciente logra centrarse en el presente, es capaz de aceptar el dolor en lugar de resistirlo, reduciendo el sufrimiento asociado a él. Cambia la percepción del dolor y mejora la calidad de vida del paciente.
3. Bienestar General
Practicar mindfulness contribuye al bienestar general. Al estar más presentes, apreciamos las pequeñas cosas de la vida y cultivamos una actitud positiva. Esto se traduce en una mayor satisfacción y bienestar general.
4. Relaciones Interpersonales
Al estar más conscientes y presentes en las interacciones con los demás, es posible escucharlos más atentamente y comprenderlos. Esto fortalece los lazos y fomenta relaciones más saludables. Además, al salir de la reactividad y responder conscientemente a la situación del presente, las interacciones resultan más espontáneas y genuinas, pudiendo elaborar confusiones y diferencias de manera más amable, confiada y amorosa.
¿Qué relación tiene con las relaciones de pareja?
Al practicar la Atención Plena, es posible mejorar la calidad de la relación y fomentar una conexión más auténtica. Su incidencia se observa especialmente en los siguientes aspectos:
1. Atención a la Diferencia
Cuando surgen diferencias en la pareja, la persona que practica mindfulness suele ser más respetuoso de las ideas, creencias y costumbres de cada uno. Además, la práctica habitual permite evitar las reacciones automáticas de defensa, que pueden surgir cuando las diferencias en la pareja se viven como amenazas.
2. Armonía y Flexibilidad
Las personas que practican mindfulness cotidianamente se tornan más flexibles y armónicas, y gestionan mejor sus emociones, beneficiando el clima de la relación de pareja, disminuyendo la irritabilidad, y la conflictividad.
3. Desarrollo del vínculo de la Pareja
A partir de la atención plena, es posible tomar conciencia del estado de la pareja con mayor precisión, facilitando la fluidez en el vínculo.
4. Integración Interpersonal
Al desarrollar la empatía, la escucha activa, la comprensión de los demás, en un marco de respeto y amor, surge naturalmente el “nosotros” en lugar del “yo”, fortaleciendo la conexión emocional.
¿Cómo comenzar a practicar Mindfulness?
La práctica cotidiana de mindfulness, en resumen, es una poderosa herramienta para generar relaciones saludables y satisfactorias, desde la regulación emocional, el sentido de gratitud, la mejora en la comunicación, el manejo constructivo de los conflictos y la gestión de los vínculos con espontaneidad e integridad. Pero, ¿cómo podemos empezar?
1. Establece una Rutina Diaria
Dedica unos minutos cada día para practicar mindfulness, intentando que sea siempre en el mismo momento del día, para generar el hábito.
2. Presta atención a la Respiración
Siéntate cómodamente y concéntrate en tu respiración. Observa cómo entra y sale el aire. Cuando aparezcan pensamientos en tu mente, tráela suave y amablemente de vuelta a la respiración, todas las veces que sea necesario. A medida que practiques esto será cada vez más fácil. Ten paciencia contigo mismo al principio.
3. Explora tus Sensaciones
Presta atención a las sensaciones corporales, a las emociones que descubras y los pensamientos que aparezcan. Sin juzgar, simplemente observando lo que vaya surgiendo y aceptando su existencia.
4. Aplica la Atención Plena en la Vida Cotidiana
Lleva la atención plena a las actividades de cada día. Disfruta de los buenos momentos, del comer, caminar o interactuar con otros, manteniendo tu presencia en lo que esté aconteciendo.