Dentro del encéfalo existen numerosas estructuras con funciones muy diversas, las cuales se conectan con una gran cantidad de sistemas corporales. Si bien por lo general podemos considerar que el sistema nervioso tiene un efecto sobre el resto de sistemas corporales, algunas de las estructuras que forman parte de él son considerados también parte de otros sistemas corporales.
Es el caso de la glándula pineal o epífisis, que además de parte del sistema nervioso es parte importante del sistema endocrino.
Glándula pineal o epífisis
Considerada por René Descartes como el lugar donde habitaban los espíritus animales que regían procesos como sensibilidad, imaginación, impulsividad o emoción, el centro neurálgico donde habitaba el alma humana, la glándula pineal ha sido estudiada desde hace muchos siglos.
Los primeros registros sobre el estudio de esta estructura datan del siglo III antes de Cristo, en los cuales se proponía que regulaba el flujo de pensamientos. Posteriormente sería analizada por Galeno, Descartes y otros múltiples pensadores y profesionales de diversos ámbitos. El estudio de la glándula pineal avanzó y se profundizó especialmente a partir del siglo XX, en el que empezaron a estudiarse de manera científica sus funciones a partir del estudio de casos de enfermos con tumores en este área.
A día de hoy, sabemos que la glándula pineal o epífisis es una estructura situada en la parte dorsomedial del diencéfalo, entre los colículos superiores y sobre el tercer ventrículo cerebral. Se trata de un centro de regulación endocrina que participa en multitud de diferentes procesos fundamentales para el desarrollo del organismo, enviando al circuito sanguíneo diferentes hormonas.
Con una forma semejante a la del cono de un pino (semejanza de la que deriva su nombre), la glándula pineal tiene interesantes propiedades, ya que se ha demostrado que es fotosensible, reaccionando ante el nivel de iluminación ambiental. Del mismo modo, parece verse afectada por químicos externos e incluso ondas electromagnéticas.
Irrigación e inervación
La glándula pineal se encuentra fuertemente irrigada a nivel sanguíneo, a un nivel parecido al de los riñones. Se trata de una estructura que participa de forma activa en la secreción de diversas hormonas, siendo la principal la melatonina pero influyendo también en la emisión de la hormona foliculoestimulante y la luteinizante. Posteriormente estas hormonas llegan a la sangre, que las lleva a sus órganos diana.
En lo que respecta a las conexiones nerviosas de la glándula pineal, ésta se encuentra inervada por el sistema nervioso autónomo, tanto por las ramas simpática como parasimpática. A nivel simpático, su principal conexión nerviosa es el ganglio cervical superior. En lo que respecta a los ganglios que la inervan a nivel parasimpática, podemos encontrar el ganglio ótico y pterigopalatino.
Funciones principales: ¿en que participa?
La glándula pineal es una estructura relevante y vinculada a diversas situaciones. Formando parte tanto del sistema nervioso como del sistema endocrino, su funcionamiento básico es la emisión de diversas hormonas que alterarán diferentes núcleos cerebrales y de otros sistemas corporales.
Concretamente podemos establecer que algunas de las principales funciones de ésta estructura son las siguientes.
1. Regulación de biorritmos
La glándula pineal es la parte del cerebro que, en reacción a la cantidad de luz presente en el ambiente, se encarga de secretar melatonina. Sintetizada a partir de la serotonina, esta hormona se ve implicada en la regulación de los ritmos circadianos y infradianos, con lo que al ser el principal secretor de melatonina la epífisis tiene una función primordial en regular el ciclo sueño-vigilia.
Cuando la información visual proveniente del nervio óptico llega a la epífisis (habiendo pasado por el núcleo supraquiasmático) ganglio cervical superior, indica que la iluminación ambiental es baja o inexistente, la glándula pineal procede a secretar la hormona conocida como melatonina, que posteriormente será enviada a diferentes regiones cerebrales. Ante la presencia de iluminación, sin embargo, la producción de melatonina es inhibida.
2. Desarrollo y maduración
Algunos de los casos médicos que en la modernidad han estimulado la investigación de la epífisis o glándula pineal reflejaron un hecho que posteriormente se ha constatado a nivel experimental: la epífisis tiene una gran relevancia a la hora de establecer el inicio de la pubertad. En dichos casos adolescentes con tumores en ésta glándula manifestaban una pubertad precoz. Investigaciones posteriores han puesto este hecho en relación con la producción de melatonina de esta estructura.
Durante los primeros años de vida la glándula pineal está fuertemente activada, decayendo la producción de melatonina hacia los ocho-doce años, momento en que empiezan a gestarse los primeros cambios fisiológicos que culminarán con el paso de niño a adulto. Así, a través de diversas investigaciones se ha demostrado que la actividad de la glándula pineal retrasa la pubertad, empezando esta etapa de la vida cuando ésta está menos activa. Dicho de otra manera, otra de las principales funciones de la glándula pineal es la de regular la entrada a la madurez sexual.
3. Comportamiento sexual
La glándula pineal participa de forma activa en la secreción de diversas hormonas, entre las que se encuentran algunas de las que rigen el ciclo menstrual en la mujer, concretamente las hormonas luteinizante y foliculoestimulante.
Además de esto,al regular a través de la melatonina los ritmos biológicos la epífisis influye también en el comportamiento sexual estacional, en otras especies animales. La glándula pineal interactúa con otras estructuras vinculadas con la sexualidad, como por ejemplo los núcleos septales, para garantizar el funcionamiento correcto en esta actividad tan importante desde el punto de vista de la evolución.
4. Emoción y felicidad
La participación de la epífisis o glándula pineal en el ámbito emocional tiene una gran relevancia. Además de otras hormonas con efecto en el estado de ánimo la glándula pineal participa en la generación de endorfinas, las hormonas que provocan estados de felicidad y permiten regular el dolor. De hecho, su implicación en el sistema límbico hace que sea un componente fundamental de los procesos emocionales, los cuales dependen de la interacción entre el encéfalo y los órganos repartidos por el cuerpo que segregan hormonas.
5. Pigmentación
Si bien puede no parecer tan relevante como las anteriores, la melanina secretada por la glándula pineal participa en la pigmentación de la piel, dando un tono ligeramente oscuro en múltiples especies. Esta función es secundaria, y de hecho hay variantes genéticas del ser humano en las que la melanina apenas tiene un efecto sobre el modo en el que cambia el tono de la piel. Por otro lado, en los casos de albinismo esta función desaparece, con todos los problemas biológicos y sociales que esto conlleva.
6. Participación en otros aspectos
Al margen de su participación en lo anteriormente comentado, la glándula pineal participa en otros procesos. Por ejemplo, se ha demostrado que tiene que ver con la regulación de la temperatura corporal. Asimismo, las hormonas que genera también tienen efecto en aspectos como la atención, concentración, memoria y otras funciones mentales superiores. Hay que tener en cuenta que prácticamente cualquier estructura encefálica vinculada a la secreción de hormonas tiene un efecto sobre la cognición, y la glándula pineal no es una excepción.
Referencias bibliográficas:
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Kandel, E.R.; Schwartz, J.H. & Jessell, T.M. (2001). Principios de neurociencia. Cuarta edición. McGraw-Hill Interamericana. Madrid.
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Triglia, A.; Regader, B. y García-Allen, J. (2016). Psicológicamente hablando. Barcelona: Paidós.
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