Saluda. Dobla la muñeca. Extiende los dedos. Probablemente hayas podido hacerlo con facilidad. Y ello se debe a que tu cerebro ha enviado la información pertinente a los músculos del brazo, la muñeca y la mano para ello. Esta transmisión se ha llevado a cabo gracias a una serie de nervios, los cuales conectan al resto del sistema nervioso con los músculos. Uno de ellos, de gran importancia para el movimiento y sensibilidad de las extremidades, es el nervio radial. Es sobre este nervio sobre el que vamos a hablar a continuación.
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El nervio radial: descripción y localización
Recibe el nombre de nervio radial uno de los haces de fibras nerviosas más importantes en el control de las extremidades superiores, siendo un nervio periférico del sistema nervioso autónomo.
Se trata de uno de los tres nervios principales que inervan las extremidades superiores, junto con los nervios cubital y mediano.
El nervio radial inerva músculos tan relevantes como el tríceps o el ancóneo, o el braquial y el braquiorradial. También, entre otros, los extensores de los dedos, incluyendo el índice y el pulgar. Se trata pues de un nervio de gran relevancia para el ser humano. Pero no sólo eso, sino que también tiene conexiones con los nervios cutáneos y permite la sensibilidad y la percepción táctil en la zona que inerva.
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Áreas por donde pasa y sus dos ramas principales
El nervio en cuestión nace en el plexo braquial, justo detrás de la arteria axilar. Tras ello procede a pasar por la axila para a continuación bajar por el brazo y antebrazo, las manos y los dedos. Hay que tener en cuenta también que existen dos nervios radiales, uno en cada una de las mitades del cuerpo.
Pasa por el compartimento anterior del brazo, pasando alrededor del surco espiral del húmero (cuya rotura podría afectar al nervio) y tras ello atraviesa el codo y llega al antebrazo, donde se dividirá en una rama rama superficial y otra profunda.
La rama profunda pasa por el músculo supinador, entrando en el antebrazo y llegando a la muñeca por la parte posterior. Esta rama se vincula con la percepción muscular y la capacidad de tensión y extensión de los músculos inervados.
La rama superficial del nervio radial actúa a nivel de piel, afectando a la sensibilidad de las extremidades superiores. Esta es se subdivide en tres nervios cutáneos: posterior del brazo, posterior del antebrazo y lateral del brazo. También llega a la mano. Esta rama permite la percepción cutánea de la parte posterior del antebrazo, la parte superior del brazo, el dorso de la mano y los cuatro primeros dedos.
Funciones de este nervio
Nuestros brazos y especialmente nuestras manos son elementos fundamentales para el ser humano ya que gracias a ellos podemos desarrollar una gran cantidad de actividades, desde defenderse o comer a elaborar instrumentos y tecnologías complejas. Su control es pues de gran relevancia.
Las funciones del nervio radial ene are sentido son muy amplias, y destaca el interesante hecho de que ejerce tanto un papel en la percepción sensorial como en el control motor.
A nivel sensorial permite la sensibilidad y percepción de la parte posterior del brazo y el antebrazo, incluyendo codos y muñecas, así como parte de la mano (concretamente permite la sensibilidad del dorso de la mano) y gran parte de los dedos (exceptuando meñique y parte del anular).
A nivel motor permite la extensión de los dedos, la muñeca y el brazo. Su acción es especialmente relevante en el antebrazo posterior, al inervar los músculos del compartimento posterior (lo que permite extender muñeca y dedos) la parte superior del brazo (al inervar el tríceps braquial).
Lesiones en el radial
Visto de manera general las funciones de este nervio, puede resultar sencillo adivinar los efectos que puede tener su lesión: la pérdida de sensibilidad en gran parte de la zona posterior del brazo, en el dorso de la mano e incluso en los dedos y la pérdida de la ciudad de realizar una gran cantidad de movimientos.
Si este nervio se lesiona a nivel de axila se pierde la capacidad de extender brazo, muñeca o dedos, permaneciendo el tríceps y el resto de músculos inervados paralizados, así como la no percepción táctil de gran parte del brazo y el dorso de la mano.
En el caso de que la lesión se de a la altura del húmero, habrá una disminución de la fuerza del tríceps y la muñeca y dedos dejan de poder extenderse y desaparecerá la percepción del dorso de la mano, muñeca y parte posterior del antebrazo. También generala llamada caída de muñeca, que tiene como consecuencia pérdida de coordinación y dificultades para cerrar la mano.
Si la lesión se da a nivel de la rama superficial la capacidad de movimiento de todo el área permanecerá intacta, pero se perderá la sensibilidad de la muñeca, mano y dedos.
Estas alteraciones pueden ocurrir por una gran cantidad de factores, y producirse bien por laceraciones y lesiones, pinzamientos o problemas en la mielinización. Ejemplos de elementos que pueden provocarlas son neuropatías como la diabética, fracturas del húmero o del radio, dislocaciones, intoxicación, presión en la muñeca, encantamiento continuado y falta de movimiento o inflamaciones.
Referencias bibliográficas:
- Brazis, P., Biller, J. & Masdeu, J. (Eds) (2007). Peripheral Nerves. En: Localization in Clinical Neurology: 27-72. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins.
- Ricci, F.P., Barbosa, R.I., Elui, V.M., Barbieri, C.H., Mazzer, N. & Fonseca, M.C. (2015). Radial nerve injury associated with humeral shaft fracture: a retrospective study. Acta Ortop Bras, 23(1):19-21.
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