Por muchos es conocido que el funcionamiento del cerebro humano se basa en la transmisión de señales bioeléctricas.
Esta transmisión implica la presencia de una serie de elementos que transmitan la información de una neurona a otra, siendo estos elementos los neurotransmisores. Existe una gran cantidad de éstas sustancias, de muy diversos tipos, provocando reacciones diferentes en función de su composición y lugar de recepción. De entre estas sustancias, en este artículo voy a hablar de la noradrenalina.
Definiendo la noradrenalina
La sustancia conocida como noradrenalina es un neurotransmisor y hormona que actúa en múltiples puntos del organismo humano. Se trata de una catecolamina, grupo de sustancias configurado por noradrenalina, dopamina y adrenalina las cuales provienen de la tirosina y que junto a la serotonina, acetilcolina, glutamato, glicina, opioides, anandamida y GABA forman parte de los principales neurotransmisores cerebrales.
A nivel cerebral, esta sustancia presenta un efecto excitatorio, si bien algunos de sus receptores tienen función inhibitoria. Participa tanto en la transmisión de mensajes entre zonas del cerebro como con el exterior, poseyendo una gran participación en el sistema nervioso simpático.
Asimismo, la noradrenalina no actúa únicamente como neurotransmisor, sino que también ejerce funciones en el sistema endocrino, siendo producida tanto a nivel cerebral como adrenal.
Síntesis de la noradrenalina
Tal y como hemos mencionado, la noradrenalina se genera a partir de la degradación de la tirosina. Dicha degradación de esta sustancia pasa por tirosina, dopa, dopamina, noradrenalina y adrenalina, siendo pues un derivado de la dopamina.
La síntesis de la noradrenalina se da especialmente en el núcleo cerebral conocido como locus coeruleus o núcleo azul. A partir de ésta y otras regiones cerebrales cercanas se proyectan conexiones cerebrales con localizaciones cerebrales tan relevantes como la corteza cerebral, el sistema límbico, el tálamo y el hipotálamo.
Fuera del cerebro, la noradrenalina es también producida por el sistema endocrino, siendo generada por las glándulas suprarrenales.
Sus receptores
La noradrenalina actúa, en las neuronas, en diversos tipos de receptores que reciben el nombre de receptores adrenérgicos. Se trata de receptores principalmente metabotrópicos, es decir que la noradrenalina se liga a receptores que ante su unión con el neurotransmisor activan la proteína G y provocan que otras sustancias actúen como segundos mensajeros.
Sus receptores básicos son los receptores Alfa 1, Alfa 2, Beta 1, Beta 2 y Beta 3. Los receptores Alfa 2 son inhibitorios, mas el resto de ellos tienen efecto excitatorio cuando actúan sobre el sistema nervioso.
Degradación de la noradrenalina
Al igual que con la serotonina, las catecolaminas como la noradrenalina se ven degradadas por la enzima monoamino oxidasa también conocida como MAO, así como también por la catecol-O-metiltransferasa o COMPT. Estas enzimas se encargan de controlar la presencia de excesos de los neurotransmisores, eliminandolos.
Principales funciones de este neurotransmisor
La noradrenalina es un neurotransmisor que actúa en prácticamente todas las regiones del cerebro, además de actuar como hormona dentro del sistema endocrino (algo habitual en esta clase de sustancias).
De este modo, sus funciones son múltiples y variadas. Veamos a continuación algunas de las principales.
1. Gestión del foco atencional
La noradrenalina tiene una especial implicación en el mantenimiento de la atención, provocando una activación excitatoria en la corteza cerebral que facilita la vigilancia del entorno que nos rodea. Así, el cerebro es capaz de seleccionar información relevante y separarla de la irrelevante para mejorar su rendimiento a la hora de llevar a cabo tareas orientadas a un objetivo. Esta excitación es llevada a cabo mediante la actuación de noradrenalina en el la amígdala, entre otras zonas.
2. Mantenimiento de la vigilia y la consciencia
Vinculado al punto anterior, otro de los elementos en los que la noradrenalina participa es en el mantenimiento del estado de vigilia y el nivel de conciencia, debido a su acción principalmente excitatoria en la corteza cerebral. Así, una disminución en los niveles de este neurotransmisor puede causar somnolencia y dificultades de actuación ante estímulos concretos.
Así pues, este neurotransmisor interviene sobre el modo en el que experimentamos nuestra propia consciencia y subjetividad, pero también se deja notar en aspectos objetivos, como el modo en el que gestionamos nuestro foco atencional y, por consiguiente, de qué modo rendimos a la hora de realizar tareas. Ambos procesos están ligados, ya que no puede haber gestión de la atención si no hay consciencia.
3. Influencia en el sistema cardiovascular
La participación de la noradrenalina no se limita a la transmisión de mensajes cerebrales, sino que también presenta un efecto en los músculos cardíacos. Concretamente actúa elevando la frecuencia cardíaca y el tono vascular, produciendo un aumento de la presión sanguínea. Una disminución del nivel de noradrenalina puede provocar hipotensión, bradicardia e hipotermia.
Esta es una de las formas en las que la noradrenalina ejerce una función sobre nuestro cuerpo a través del sistema nervioso autónomo, encargado de realizar las actividades automáticas vinculadas a la supervivencia en tiempo real.
4. Respuesta de lucha/huida.
Otra de sus funciones la realiza principalmente en el núcleo que la sintetiza, el locus coeruleus la noradrenalina está fundamentalmente encargado de mantener la respuesta de lucha y huida. En este sentido produce un incremento del flujo de sangre hacia el sistema muscular, permitiendo la actuación y favoreciendo respuestas motoras que en muchas situaciones nos pueden sacar de situaciones de peligro.
5. Motivación
La noradrenalina tiene un efecto consistente en el estado motivacional y energético, participando activamente junto a la dopamina en la regulación del aprendizaje, memoria y sensación de recompensa. De este modo, esta neurotransmisor ayuda a que nuestras acciones tengan un vector, una direccionalidad marcada por objetivos a corto, medio y largo plazo.
6. Regulación del estado del ánimo
Niveles bajos de noradrenalina se han visto vinculados de manera consistente en estados depresivos, siendo de hecho una de las hipótesis barajadas que la depresión es producida por un déficit en la síntesis y presencia en las sinapsis cerebrales de esta sustancia. Ello concuerda con la efectividad y con el hecho de que la privación de sueño (que como hemos visto está vinculado al nivel de noradrenalina) realizada de forma controlada pueda resultar en algunos casos eficaz para reducir la sintomatología depresiva.
A la hora de tratar la depresión también se ha tenido en cuenta el papel de la noradrenalina. Un ejemplo claro de ello son los casos de depresión mayor, en que podemos encontrar fármacos como los Inhibidores Duales de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina con una muy elevada eficacia, semejante a la de los ISRS. Estos psicofármacos actúan impidiendo que la noradrenalina y serotonina disponible en las sinapsis sea reincorporada a la neurona, prolongando su presencia y efecto en la sinapsis.
7. Estrés, agresividad y conducta sexual
La noradrenalina también ha mostrado en diversos estudios su vinculación con estos tres elementos, considerándose una hormona que participa de forma activa en el estado conocido como estrés debido a su actuación en el sistema nervioso simpático.
En el caso de la conducta sexual, esta hormona está implicada en la sensación de placer durante las relaciones, pero además presentan una función relevante en el momento del nacimiento de una nueva criatura, acelerando las contracciones y participando en el reflejo de expulsión del recién nacido.
Referencias bibliográficas:
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