'Me siento desbordado en el trabajo': posibles causas y qué hacer

La sensación de que el trabajo nos desborda es una forma de malestar tan común como problemática.

'Me siento desbordado en el trabajo': posibles causas y qué hacer

Muchas personas desarrollan una relación conflictiva con su puesto de trabajo, o bien con el entorno o empresa en el que trabajan.

En ocasiones, la principal causa de esto tiene que ver con problemas en el contexto laboral: simplemente, se pone demasiada presión en los trabajadores o las responsabilidades no están bien asignadas, por ejemplo. Pero en otros casos, esta clase de malestar tiene que ver más bien con la tendencia a auto-sabotearse del trabajador o la trabajadora.

La necesidad de combinar el trabajo con el bienestar emocional

Hay empresas e incluso trabajadores que asumen una idea muy dañina para la salud: que en nuestra faceta laboral, es normal estar sometidos constantemente a un fuerte estrés que nos hace sufrir durante periodos prolongados. Si bien es cierto que por desgracia esta es una situación común debido a la precariedad, eso no significa que debamos normalizarla ni olvidar que se trata de un problema a resolver.

Está claro que allí donde hay trabajo remunerado hay unas ciertas exigencias y objetivos a alcanzar siguiendo unos criterios de productividad, pero centrarnos únicamente en eso es tener una visión totalmente sesgada y parcial del asunto. Sin trabajador no hay trabajo, y se ha demostrado que a medio y largo plazo es necesario encontrar un equilibrio entre las habilidades y el potencial de la persona, por un lado, y las metas de producción a las que aspira, por el otro. Y más allá de las lógicas de la producción y la aportación de servicios, el bienestar de las personas tiene valor independientemente del engranaje económico en el que participa.

Estos dos hechos, que la felicidad y bienestar del trabajador repercute positivamente en el rendimiento a largo plazo y que además es un objetivo en sí mismo, hacen fundamental conocer formas de gestionar el estrés y las emociones en el trabajo, así como saber de qué manera podemos mejorar las condiciones laborales para que estas no se limiten a “quemar” a los empleados, autónomos, etc. Esto hace que las empresas más funcionales y punteras siempre dediquen parte de sus esfuerzos a ofrecer cursos y programas de formación en gestión emocional para sus trabajadores, y que lleven a cabo investigaciones para averiguar si hay algo en los espacios de trabajo o en el “workflow” que da lugar a malestar.

“Me siento desbordado en el trabajo": posibles causas

Cuando nos pasa por la cabeza una sensación del tipo “me siento desbordado en el trabajo”, normalmente a lo que nos estamos refiriendo es a un exceso de estrés laboral. El estrés es un fenómeno normal presente en todas las personas sanas, y casi siempre es un recurso que nos ayuda a adaptarnos a los retos del día a día volviéndonos más rápidos a la hora de actuar ante los problemas.

Sin embargo, en ocasiones dan lugar a situaciones del tipo “círculo vicioso”, generando en sí un problema que alimenta esa predisposición a estresarnos. Esto ocurre muchas veces en el trabajo, allí donde el propio trabajador participa en la creación de la presión laboral que le afecta. Por ejemplo, no gestionando bien las distracciones, dejando sus responsabilidades para más tarde por el miedo de enfrentarse a ellas, etc.

De este modo, más veces de las que parece, la experiencia de vernos desbordados por nuestro trabajo es la consecuencia de esa tendencia a auto-sabotearnos, lo cual contribuye a que las responsabilidades se nos vayan acumulando y nuestro malestar aumente a causa de eso, y viceversa.

Algunas de las posibles causas que dan lugar a esto son las siguientes.

1. Miedo a comunicar errores

La evitación de situaciones incómodas con colegas o superiores lleva a algunas personas a no comunicar fallos que afectan a la producción, lo cual genera un problema que se va haciendo cada vez más grande a modo de bola de nieve. En casos así, está claro que una buena gestión de la ansiedad puede marcar la diferencia.

2. Mala gestión de los elementos distractores

Trabajar con un ojo puesto en las rees sociales, dejar la radio encendida, levantarse cada diez minutos para beber o picar algo… Son hábitos que además de llevarnos a perder tiempo, propician que nos sintamos físicamente mal, y luego también psicológicamente mal a causa del desgaste del propio cuerpo.

3. Caos horario

Este es un problema que afecta sobre todo a quienes trabajan desde casa. El hecho de no tener un horario fijo hace que a veces tengan la tentación de no hacer nada durante muchos minutos e incluso horas, y que se vean en la situación de tener que ocuparse de muchas cosas en las últimas horas de la jornada, lo cual produce estrés e incluso da problemas para conciliar el sueño.

4. Perfeccionismo disfuncional

También es posible vernos desbordados laboralmente por el hecho de tener como referencia unas expectativas poco realistas.

Esto genera estrés e incluso sentimientos de culpa y frustración al ver pequeñas imperfecciones en muchas de las fases del proceso de trabajo.

  • Hüther, Gerald (2012). Biología del miedo. El estrés y los sentimientos. Barcelona: Plataforma Editorial.
  • Wulf SAur. (2012). Enfermedades asociadas al puesto de trabajo. Biomedical Therapy.

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