Las relaciones de pareja son una de las experiencias más importantes de nuestra vida. Surgen de forma natural, nos reportan bienestar y ante todo aprendizaje. Sin embargo, hoy día es frecuente que las relaciones se hayan transformado en una aparente fuente de problemas psicológicos y emocionales. En las relaciones sentimos miedo, inseguridad, celos, culpa o rabia. ¿Qué es lo que hace que se desgasten?
Nuestro actual contexto condiciona en gran medida nuestras relaciones. Vivimos en la época de la sobre información, digitalizada y siempre con tendencia a las comparaciones. De esta forma, nos sentimos cada vez más abrumados sobre qué nos ocurre, nos comparamos, exigimos, y vivimos la relación de forma disfuncional.
Ideas como que existen personas tóxicas, relaciones con personas narcisistas (tergiveresando o exagerando conductas sin que exista un diagnóstico) o términos de moda como el ghosting, no nos ayudan nada, ya que solo nos confunden aún más.
¿Qué es entonces lo que ocurre en nuestras relaciones? ¿Por qué nos resulta tan difícil vivirlas y que sean estables? En este artículo vamos a profundizar en los 4 factores psicológicos y emocionales que la desgastan. Lo que vas a leer está basado en mi experiencia directa como psicólogo y coach acompañanado a personas en sus procesos de cambio y terapia durante los últimos 12 años.
El origen de las dificultades
Que las relaciones, y especialmente las de pareja, sean experiencias que surjan de forma espontánea y nos reporten bienestar no quiere decir que sean fáciles. Se trata de una vivencia compleja en un sentido psicológico y emocional. En una relación sentimos bienestar, unión, nos vinculamos e incluso disolvemos en el otro, pero también surgen nuestros mayores miedos e inseguridades. ¿Por qué? Porque una relación siempre será una situación incontrolable.
Cada persona tiene su propio carácter, sistema de creencias, experiencias, miedos, deseos y valores. En las relaciones estos sistemas se encuentran, a veces se adaptan y aprenden el uno del otro y a veces esos miedos e inseguridades nos conquistan.
Existen cinco factores habituales que hace que nuestras relaciones se desgasten.
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4 factores psicológicos que nos llevan al desgaste en las relaciones
Las personas vivimos las relaciones de forma diferente según nuestro carácter y vivencias vitales. Sin embargo, estos cuatro factores se repiten en todos los casos, aunque siempre se expresan de forma particular. Trata de descubrir cuál es tu dificultad principal.
1. Miedo e inseguridad
Tanto el miedo como la inseguridad son dos emociones positivas y válidas en sí mismas. Nos ayudan a protegernos, construir un autoconcepto en función de lo que creemos que necesitamos para estar bien, y también nos hace ser prudentes ante situaciones nuevas. Sin embargo, cuando este miedo o inseguridad es demasiado intenso o constante limita nuestra forma de ver las relaciones.
De ahí, surgen expectativas para tratar de ver si el otro nos corresponde justo como creemos necesitar, nos comunicamos según exigencias o, por el contrario, nos aislamos y sentimos que la relación es frágil.
Por supuesto: el otro también puede hacernos sentir esa inseguridad e incertidumbre. En cualquier caso, la forma de resolverlo está en nosotros mismos mediante un aprendizaje en gestión de emociones, bien sea para vivir la relación con más seguridad o para poner límites ante lo que no queremos vivir.
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2. Dependencia
Los seres humanos dependemos en cierta medida los unos de los otros. Somos seres sociales y necesitamos vínculos. Sin embargo, cuando la dependencia es el enfoque principal de la relación terminará por desgastarla. Nos sentimos dependientes de nuestra relación cuando nos sentimos menos valiosos para vivir esa experiencia, porque no hemos desarrollado autonomía afectiva o aprendimos a estar siempre condicionados por el otro.
Este tipo de aprendizajes nos hacen ver la relación como un vínculo frágil. Al depender tanto del otro, nos olvidamos de nuestro propio desarrollo y sentimos ansiedad y desánimo con cada vez más frecuencia. Las rupturas se sienten como más temibles y evitamos cualquier tipo de conflicto que la haga posible.
La solución a este problema es desarrollar tu autonomía afectiva. Para esto no necesitas abandonar la relación sino pasar a enfocarte en ti, en tus necesidades y aprendizaje personal.
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3. Exigencias y expectativas (comunicación imperativa)
Cuando exigimos o tenemos expectativas es una consecuencia de miedo e inseguridad. Sin embargo, si mantenemos este hábito con frecuencia mediante una comunicación imperativa, la relación se desgasta al estar protagonizada por un sistema más desagradable.
En las relaciones debemos encontrar acuerdos pero sin perder nuestra personalidad e identidad. Los límites son necesarios, pero para esto no debemos tratar de guiar la conducta del otro.
Lo que necesitamos para aprender a solucionar este problema es saber gestionar nuestras emociones y comunicarnos de forma más asertiva y empática. Las relaciones deben ser un foco de bienestar y aprendizaje, no de conflicto. No poner límites
4. Perder espacio personal
Las relaciones cambian nuestra vida, pero si por ello perdemos rutinas y prioridades, así como vínculos con otras personas, significa que hemos priorizado nuestra relación de forma excesiva. Cuando perdemos espacio personal nos sentimos atrapados en la relación en lugar de disfrutarla. Por esto es necesario que siempre conservemos ciertas rutinas que nos hacen sentir bien así como vínculos amistosos y sociales.
Solucionar la relación desde el cambio personal
Estos cuatro factores tienen una estrecha relación, ya que se vinculan tanto con tu forma de gestionar tus emociones como de construir autoestima. Si tu autoestima es frágil y depende demasiado de factores que no puedes controlar, existirá demasiada dependencia de la relación. Por otro lado, el miedo también nos lleva a no comunicarnos de forma asertiva y esto hace que no pongamos límites y perdamos identidad personal.
La solución para vivir relaciones sanas no es categorizar al otro o enfocarte en qué hace, sino en tomar tus propias decisiones según tu aprendizaje personal. Este aprendizaje te ayudará de forma estable y a largo plazo, no solo para disfrutar tu relación, sino para cuidarla o, en el futuro, construir una relación más equilibrada.
Para conseguirlo, es imprescindible que primero descubras cómo enfocas tus relaciones, cómo gestionas lo que sientes, cómo te relacionas y comunicas y construyes autoestima. En un proceso de cambio y terapia este siempre es el primer paso, para más tarde diseñar juntos un plan de acción que te lleve a cambiar lo que te ocurre.
No obstante, a veces sentimos demasiada soledad solo con sesiones psicológicas eventuales, que no nos permiten tener ayuda con nuestras dificultades cuando ocurren. Por este motivo mi forma de trabajar no es solo con sesiones, sino también con consultas diarias y sin límite. De esta forma, las personas pueden consultarme lo que necesitan y vamos trabajando en tu cambio personal de forma constante.
Empoderamiento Humano
Empoderamiento Humano
Licenciado en psicología y Máster en Coaching
Las relaciones son, en definitiva, una fuente tanto de bienestar como de aprendizaje y dificultades. Sin embargo, esas dificultades nos pueden llevar a aprender y a crecer (con independencia de si la relación se mantiene o no). Si necesitas compañía experta, profesional y comprometida para resolver este tipo de situaciones, no dudes en agendar una primera sesión en Empoderamiento Humano.
Muchos ánimos y aprendizaje, Rubén Camacho Psicólogo y coach