Probablemente muchas de las personas que lean este artículo conocerán o habrán oído hablar del fármaco al que hace referencia. Y es el alprazolam, siendo uno de sus nombres comerciales más conocidos el de Trankimazin, es uno de los psicofármacos más habituales en el tratamiento de la ansiedad, uno de los problemas mentales que se da en la población con mayor frecuencia.
A lo largo de este artículo vamos a ver entre otros aspectos qué tipo de sustancia es, su mecanismo de acción y algunos de sus usos principales.
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El alprazolam: tipo de sustancia y principales características
El alprazolam es un medicamento con propiedades psicoactivas o psicofármaco que se clasifica dentro de los ansiolíticos, sustancias empleadas para tratar la ansiedad y sus manifestaciones. Dentro de los ansiolíticos, forma parte de las benzodiacepinas, siendo éstas uno de los tipos de psicofármaco más populares y consumidos por parte de la población (siendo mucho más seguras, eficaces y con menos efectos secundarios que sus antecesores los barbitúricos).
En el caso concreto del alprazolam estamos ante una benzodiacepina de acción intermedia, lo que implica que necesita un menor tiempo para empezar a hacer efecto en el organismo en comparación con uno de acción larga pero a su vez que sus efectos se mantengan menos tiempo que éstos, y a la inversa en el caso de que lo comparemos con uno de acción corta.
Su duración es de aproximadamente entre 12 y 24 horas. Esta duración del efecto es ventajosa, ya que genera una menor probabilidad de dependencia y adicción a la sustancia y son necesarias menos dosis para provocar un efecto ansiolítico prolongado, además de hacer que la medicación no tarde excesivamente en hacer efecto.
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Mecanismo de acción de esta benzodiacepina
Al igual que el resto de benzodiacepinas, el principal mecanismo de acción del alprazolam se basa en su interacción con el ácido gamma-aminobutírico o GABA, uno de los principales neurotransmisores inhibidores del sistema nervioso central.
El alprazolam actúa como agonista de este neurotransmisor en los receptores GABA A, favoreciendo su actuación de tal manera que se dificulta la realización de potenciales de acción por parte de las neuronas. Dicho de otra manera, hacen que la activación neuronal de ciertas áreas del cerebro sea menor. Esta actuación se lleva a cabo predominantemente sobre el sistema límbico (muy activado en la ansiedad) y la corteza cerebral.
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Trastornos y problemas para los que se utiliza
El alprazolam es un psicofármaco eficaz al que se le han encontrado múltiples indicaciones, especialmente en el terreno de la ansiedad. Algunas de las más conocidas y habituales son las siguientes.
1. Trastornos de ansiedad
La principal indicación del alprazolam es la de su uso en trastornos de tipo ansioso. Dentro de ellos encontramos con frecuencia el trastorno de pánico (con o sin agorafobia) y el trastorno de ansiedad generalizada.
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2. Trastornos adaptativos
Los trastornos adaptativos, aquellos en que aparece algún tipo de sintomatología derivada y explicable a partir de la vivencia de un hecho concreto o del estrés psicosocial, también son tratados a menudo con alprazolam y otras benzodiacepinas.
3. Depresión
Aunque no es su uso prioritario, en ocasiones el alprazolam se ha utilizado en trastornos depresivos, especialmente en aquellos que cursan con una elevada ansiedad o que presentan sintomatología mixta ansioso-depresiva. Sin embargo esta aplicación debe ser valorada y aplicada con gran precaución en pacientes con ideaciones suicidas y depresiones graves, pues puede llegar a potenciar la sintomatología.
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4. Fobia social
Una de las indicaciones del alprazolam la encontramos en los pacientes que padecen fobia social, contribuyendo a reducir el nivel de ansiedad ante la perspectiva de exponerse ante otras personas.
5. Quimioterapia
El alprazolam también se ha manifestado de utilidad en el tratamiento del malestar y la ansiedad generada por la quimioterapia en pacientes que deben someterse a ella a causa de algún tipo de tumor.
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Efectos secundarios del alprazolam y riesgos
El uso de alprazolam puede ser de gran utilidad en el tratamiento de sintomatología diversa, especialmente en lo referente a la ansiedad. Sin embargo, se trata de un psicofármaco que puede generar diferentes efectos adversos, por lo que su uso siempre tiene que estar indicado y supervisado por el médico.
Entre ellos suele destacarse como más habitual la presencia de somnolencia y sedación, ocasionalmente junto con cefalea y mareos. La concentración y atención se ven disminuidas. También pueden producirse náuseas y vómitos, fatiga, visión borrosa, hipotensión, incontinencia urinaria, temblores, o alteraciones sexuales. Mucho menos habitual es la presencia de reacciones adversas como aumentos de la presión intraocular, confusión, alucinaciones, irritabilidad, agitación o agresividad.
Otro de los efectos adversos a tener en cuenta es que el consumo de alprazolam y otras benzodiacepinas puede generar problemas puntuales de memoria, tanto a nivel retrógrado como anterógrado. Puede generar dificultades a la hora de recordar informaciones anteriores, o dificultar el aprendizaje de nuevas informaciones. También se puede encontrar que en ocasiones pueden aparecer ideaciones suicidas. En casos raros también aparecen reacciones paradójicas, es decir reacciones contrarias a las que se esperan tras la administración del tratamiento (inquietud, ansiedad, agitación, etc.).
Además de estos síntomas debe tenerse en cuenta que las benzodiacepinas son sustancias con potencial adictivo, corriéndose el riesgo de adquirir dependencia a ellas. En el caso del alprazolam este riesgo existe, aunque es menor que el de benzodiacepinas de acción corta. También es fundamental tener en cuenta que el consumo de psicofármacos no debe cesase de golpe, ya que existe la posibilidad de que aparezca síndrome de abstinencia o incluso ansiedad de rebote.
Del mismo modo, existe riesgo de sobredosis, que puede generar paradas o insuficiencias cardiorrespiratorias. Estas sobredosis, a veces, pueden ser tratadas con flumazenil.
Contraindicaciones
El uso de alprazolam no está recomendado para todo tipo de pacientes, sino que existen circunstancias que pueden hacer que este psicofármaco esté contraindicado. Una de ellas se da en pacientes con glaucoma de ángulo estrecho, así como en aquellos sujetos que padezcan alteraciones en las vías respiratorias o padezcan insuficiencia respiratoria, pues puede ser peligroso para ellos. También está contraindicado en miastenia.
Del mismo modo no debería consumirse durante el embarazo y la lactancia. Asimismo tampoco aquellos pacientes que tengan insuficiencia renal o hepática deben consumir este medicamento, o bien las dosis deben estar muy pautadas teniendo en cuenta dicha insuficiencia.
Referencias bibliográficas:
- Gómez, M. (2012). Psicobiología. Manual CEDE de Preparación PIR.12. CEDE: Madrid
- Salazar, M.; Peralta, C.; Pastor, J. (2011). Manual de Psicofarmacología. Madrid, Editorial Médica Panamericana.
- Stevens, J.C. & Pollack, M.H. (2005). Benzodiazepines in clinical practice: consideration of their long-term use and alternative agents. J Clin Psychiatry; 66 (Suppl 2):21-7.
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