Si alguna vez te has encontrado con la preparación de una oposición o conoces a alguien que lo haya hecho, sabrás lo duro que es. Opositar es un proceso altamente demandante que requiere de muchísimos recursos por parte de la persona. Sin duda alguna, la concentración es un aspecto de los más necesarios.
Paradójicamente, muchas personas opositoras se encuentran en diferentes momentos del proceso con altas dificultades para concentrarse. Por ello, en este artículo exploramos a fondo cuáles pueden ser las causas de dichas dificultades y algunas de las posibles consecuencias. Por último, veremos también algunas estrategias para afrontar esta situación.
Causas de la dificultad para concentrarse
Como en la mayoría de problemáticas que podemos encontrarnos relacionadas con el ser humano, debemos tener presente que cada persona es única. Por tanto, es importante analizar y comprender las causas que, en cada caso, pueden estar originando o contribuyendo a la problemática.
No todas las personas viven el proceso de la misma forma ni van a tener las mismas dificultades. A continuación se nombran algunas de las que nos encontramos de forma más habitual.
Estrés y ansiedad
Muchas personas padecen grandes niveles de estrés y ansiedad. Esto se relaciona, en la mayoría de ocasiones, con el miedo a fracasar y la presión por obtener buenos resultados. El estrés prolongado activa la respuesta de peligro en nuestro sistema nervioso e interfiere en nuestra capacidad de concentración.
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Duración y exigencia
Los/as opositores/as se enfrentan a una alta demanda durante un largo periodo de tiempo. Suelen invertir la mayor parte del tiempo de su día en estudiar y ese esfuerzo puede generar agotamiento físico y fatiga mental. Cuanta más fatiga mental, más dificultad para concentrarse y retener nueva información.
Presión externa y expectativas
Dado que suelen ser procesos en los que hay mucha competencia —muchas personas «luchando» por la misma plaza—, la presión por obtener resultados sobresalientes es innegable. Además, puede haber también personas que sufran por las expectativas de su entorno.
Perfeccionismo y autoexigencia
En la línea de lo visto anteriormente, el perfeccionismo y la altísima autoexigencia son dos aspectos muy presentes habitualmente. Como consecuencia, pueden generarse expectativas inalcanzables, además de mucho estrés, sufrimiento emocional, insatisfacción constante y fatiga mental.
Falta de motivación
La falta de motivación puede aparecer por diversos motivos y ser un gran impedimento para la capacidad de concentración. A veces sucede cuando la persona no encuentra el sentido de lo que está estudiando o no tiene los objetivos bien definidos.
Sobrecarga de información
En muchos casos, la cantidad de información o material del que disponen las personas opositoras puede llegar a ser abrumadora. En estos casos, puede resultar difícil organizarse, planificar y priorizar. Además de procesarla.
Falta de técnicas de estudio efectivas
No disponer de herramientas óptimas para asegurar una buena organización y planificación del temario y del tiempo, puede llevar a la persona a sentirse perdida. En este sentido, es comprensible que aparezcan dificultades para mantener la concentración.
Aislamiento social
Opositar es un proceso desafiante, retador y muy demandante que suele llevar a las personas al aislamiento social. Esto sucede porque pasan la mayor parte del tiempo estudiando y el tiempo invertido en ocio y cultivar sus relaciones importantes disminuye considerablemente. Además, en muchos casos, el entorno no entiende o apoya el proceso.
Consecuencias de la falta de concentración
Hemos observado que las causas de dicha dificultad pueden ser variadas. En la mayoría de los casos, suelen darse de forma conjunta varias de ellas. Es natural pensar que esta situación puede tener un grave impacto en la vida de las personas y así es.
Las consecuencias observadas también son diversas y dependen de cada persona. A continuación se mencionan algunas de las más habituales:
- Alteración del rendimiento académico.
- Sensación de que el tiempo de estudio no ha dado frutos.
- Incremento del estrés y la ansiedad.
- Desmotivación y pérdida del interés.
- Grave afectación de la autoestima y la confianza en uno/a mismo/a.
- Alteración en el estado de ánimo.
- Sensación de sobrecarga mental.
- Alteración en el patrón del sueño y/o alimentación.
- Aislamiento social.
- Aparición de problemas emocionales, mentales y/o físicos.
- Problemas en las relaciones interpersonales.
Estrategias para afrontar las dificultades
De igual modo que es importante entender qué está pasando en cada caso, es importante explorar qué necesita cada persona. No todas las personas se beneficiarán de las mismas herramientas y, por ello, el autoconocimiento es básico en este punto.
A continuación se mencionan algunas de las estrategias que suelen ser útiles a la hora de hacer frente a esta situación problemática:
- Aprender técnicas para el manejo del estrés y la ansiedad: mindfulness.
- Instaurar hábitos de vida saludables: descanso, alimentación equilibrada, deporte…
- Cultivar el autocuidado y la autocompasión para el día a día.
- Evitar, en la medida de lo posible, las comparaciones.
- Consultar a los organismos y documentos oficiales para el material y el temario.
- Construir y mantener un espacio óptimo y adecuado para el estudio.
- Establecer expectativas y metas realistas, asequibles y medibles.
- Aprender técnicas de estudio óptimas.
- Trabajar en la gestión y el manejo del tiempo.
- Equilibrar el estudio y el descanso.
- Cuidar los espacios de interacción social y ocio.
- Apoyarse en personas que estén en un proceso similar.
- Pedir ayuda profesional en caso de sentirse sobrepasado/a por la situación.
Optimo Nivel | Psicología Y Coaching Online
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