6 consejos para Gestionar el Estrés al aprender un Nuevo Idioma

Estrategias y tips útiles para saber afrontar el estrés durante el estudio de idiomas.

Consejos para gestionar el estrés al aprender un nuevo idioma

¿Cómo controlar el estrés o la ansiedad que genera el hecho de aprender idiomas? Este tipo de malestar es tan común que incluso ha aparecido un término en inglés para referirse a él: foreign language anxiety.

En un mundo cada vez más globalizado y con una economía muy digitalizada, el aprendizaje de nuevos idiomas se ha vuelto uno de los aspectos clave del desarrollo profesional y personal. Es por eso que, si bien algunos ven esta actividad como una afición con la que llenar buena parte de su tiempo libre, en la mayoría de los casos hay una serie de presiones que generan la necesidad de aprender inglés, alemán, francés, mandarín, etc.

Esto no tiene por qué ser malo; la sociedad en la que vivimos siempre estará exponiéndonos a retos y a situaciones que implican esforzarnos durante meses o incluso años, incluso si apenas nos aportan ventajas en la dura etapa inicial de esta clase de proyectos (cualquiera notará que habiendo dedicado 15 horas a estudiar inglés apenas sirve para intercambiar un par de palabras en conversaciones cotidianas en otro país).

Ahora bien, no todo es cuestión de tener buena memoria para "acumular" vocabulario o tener un talento innato para la pronunciación de palabras exóticas; saber gestionar el estrés que supone prender un nuevo idioma es fundamental para progresar eficientemente y no rendirse sin haber llegado ni siquiera a un nivel conversacional intermedio. En este artículo encontrarás varios consejos para lograrlo.

¿Cómo gestionar el estrés al aprender un nuevo idioma?

A la hora de estudiar idiomas relativamente diferentes del español, como por ejemplo el coreano, el ruso o el japonés, puede ocurrir que te sientas desbordado/a por la sensación de no entender nada y de apenas realizar progresos de un día para otro, incluso si has empezado un plan de aprendizaje intensivo. Esta es una de las vivencias más frustrantes que afrontan buena parte de quienes necesitan al menos comprender un nuevo idioma y se han fijado una fecha límite para alcanzar determinado nivel de fluidez, pero puede aparecer incluso en quienes simplemente se han propuesto ir aprendiendo vocabulario sin ninguna prisa.

Estas situaciones, si no son gestionadas adecuadamente, hacen que como estudiantes interioricemos dinámicas de autosabotaje que limitan nuestro progreso y pueden incluso hacer que, después de varios meses esforzándonos, tiremos la toalla, interrumpiendo los estudios de idiomas y olvidando lo aprendido en poco tiempo por no seguir "reforzándolo" mediante la práctica.

Por eso, es muy importante que pongas en práctica estos tips para gestionar el estrés al aprender un nuevo idioma.

1. Asegúrate de que tu temario está adaptado a tu nivel

A la hora de aprender idiomas, es importante saber por dónde empezar; tratar de "resolver" el rompecabezas de una lengua que no dominamos sin detectar sus partes fundamentales para iniciarse es como estrellarse contra una pared. Por eso, lo mejor es que en primer lugar pongas a prueba tu nivel para saber qué tipo de lecciones te corresponden.

2. Evita mirar el índice una y otra vez

Hay personas que, al proponerse aprender un idioma en un determinado margen de tiempo, tienden a revisar una y otra vez el índice del temario que queda por estudiar. Esto, lejos de ser una acción que ayuda a tomar decisiones informadas sobre cómo hay que gestionar el tiempo de estudio disponible, es en realidad un patrón de comportamiento problemático vinculado al chequeo de aquello que se teme, algo que en la práctica tan solo contribuye a mantener muy alto el nivel de estrés.

Está claro que para fijarse una meta de aprendizaje, es necesario realizar una estimación inicial de todo lo que hay que estudiar y en cuántas sesiones de estudio puede ser dividido; sin embargo, pasada esta fase inicial, no hay que volver a ojear el global de todo lo que no hemos estudiado aún. Lo que hay que hacer es fijar la atención en ir cumpliendo los tiempos de estudio según lo previsto, es decir, centrarnos en la lección a la que le estamos dedicando nuestros esfuerzos en el presente y no dejar que pase el tiempo sin terminarla tal y como nos lo habíamos propuesto. Si caes en la trampa de mirar constantemente el largo listado de capítulos, unidades del libro de texto o lecciones que aún no has abordado, lo que estarás haciendo en realidad es intentar tranquilizarte (comprobando si es más corto de lo que recordabas) sin conseguirlo.

3. No hagas sesiones intensivas de estudio

Si notas que el hecho de aprender idiomas suele producirte problemas de ansiedad, lo mejor es que te lo pongas fácil y no te sometas a sesiones de estudio muy largas. Lo preferible para mantener el equilibrio emocional y consolidar en tu memoria lo que vayas aprendiendo es realizar sesiones de estudio cortas y muy frecuentes, en vez de pocas y muy largas. Por ejemplo, lo ideal es que puedas dedicarle entre un cuarto de hora y 45 minutos cada día, salvo uno o dos días de descanso a la semana. Esta estrategia para aprender, además, se combina muy bien con una de las técnicas de memorización más eficaces: la repetición espaciada.

4. Céntrate en la práctica, no en pasar un examen

En el caso de que estés estudiando un idioma a través de un programa de educación formal, como por ejemplo una asignatura escolar o una academia de idiomas, puede ser que tengas un elemento extra que te produce ansiedad: la necesidad de realizar un examen y sobrepasar una nota mínima.

Sin embargo, aunque parezca contraintuitivo, la mejor manera de evitar que te desborde el estrés, es olvidarte de que vas a realizar un examen y, en vez de eso, centrar tu atención en practicar a partir del temario que te ha sido proporcionado, o incluso yendo un poco más allá. ¿Por qué? Porque si te obsesionas con aprobar, en realidad estás dividiendo tus esfuerzos abordando dos misiones a la vez: aprender un nuevo idioma, por un lado, y descifrar la lógica que seguirá la prueba por la que vayas a pasar, por el otro.

En vez de preocuparte por detectar normas y generalidades en la formulación de las preguntas y los ejercicios que hay en tu libro de texto, deberías detectarlas en el idioma que estás intentando aprender; de ese modo te sentirás mucho más seguro/a e ti mismo/a y dispondrás de más flexibilidad a la hora de practicar lo que vas estudiando utilizándolo en tu día a día para describir las acciones que as realizando, para mantener conversaciones imaginarias en inglés, etc.

5. Duerme bien

Dormir las horas suficientes es imprescindible tanto para memorizar bien como para tener la capacidad de concentrarte y prestarle atención a lo que intentas aprender. Algo tan sencillo como dormir cinco horas en vez de siete tendrá un impacto muy significativo en cómo rindas al día siguiente, aunque te cueste notarlo más allá de la sensación de cansancio y malestar. Realmente, serás mucho menos eficiente al estudiar, y aumentará la sensación de que todo "se te hace bola", haciendo que se disparen tus niveles de estrés.

Javier Ares Arranz

Javier Ares Arranz

Psicólogo Online y Divulgador Científico

Profesional verificado
Miami Beach
Terapia online

6. Haz que tu experiencia sea divertida

En la media de lo posible, es importante que gamifiques la experiencia de aprender un nuevo idioma, y que no lo veas simplemente como una obligación (impuesta por la sociedad o por ti mismo/a). Para ello, crea un sencillo sistema de auto-premios e incentivos a corto, medio y largo plazo. De este modo, se te dará mejor canalizar tu energía hacia las ganas de aprender, y no hacia el miedo de no estar a la altura.

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