Puesto que no todos somos iguales, los seres humanos afrontan de distinta manera las vicisitudes tanto positivas como negativas asociadas a los retos que deben afrontar en el día a día, ya sea en el trabajo o en cualquier otro ámbito. Dicho de otro modo, lo que no cambia es que es imposible no estar sujetos a ciertas obligaciones y responsabilidades, y lo que sí varía es el modo en el que gestionamos esas experiencias.
Por ejemplo, mientras que algunas personas adoptan una mentalidad pesimista y de auto-sabotaje ante las dificultades del día a día, otras adoptan una mentalidad proactiva y dirigida hacia la resolución de problemas, una diferencia clave que, partiendo de los mismos recursos y nivel de habilidades técnicas, puede hacer que dos personas obtengan resultados muy distintos.
Así pues, la forma en la que percibimos las tareas u obligaciones influye de manera notable en las probabilidades de tener éxito, y este es un principio fundamental que los psicólogos tenemos en cuenta en todo proceso de psicoterapia. Pero… ¿Cómo transformar obligaciones en retos?
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El valor del reto
Las obligaciones percibidas pueden hacer que trabajemos con menos ganas y generarnos un estado de malestar al sentir que lo que hacemos no tiene que ver con nosotros o que no nos llena en nuestra vida.
Por el contrario, al convertir aquellas obligaciones diarias en nuestra vida profesional o privada en retos que nos motiven y con los que estemos comprometidos al 100% lograremos alcanzar nuestros objetivos con mayor eficiencia y probabilidades de hacerlo bien.
Un reto personal, al contrario de una obligación, es vivido con mayor interés e implicación, nos permite ser constantes y avanzar hacia el ansiado objetivo con mayor intensidad y ganas.
Además de eso, los retos permiten, en general, son más metódicos y conscientes al plantear la manera en la que lograremos los objetivos, y nos invitan a dosificar nuestras fuerzas y trabajar con más energía y vitalidad.
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Estrategias para transformar las obligaciones en retos
Estos son los consejos más importantes que debes tener en cuenta para hacer que las obligaciones pasen a ser, desde tu punto de vista, retos motivadores.
1. Buscar la motivación desde el autoconocimiento
La motivación es esencial para lograr cualquier objetivo en la vida y constituye uno de los elementos más importantes en los retos. Pero para conectar con esas fuentes de motivación, debemos conocernos; conocer tanto nuestros valores como nuestros intereses.
Un reto es una apuesta con nosotros mismos, una promesa futura de alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida y en cada tarea que emprendemos, lo que resulta motivante por sí mismo.
Nuestra labor es la de encontrar diversas fuentes de motivación en cada reto que emprendemos, algo que nos facilitará el trabajo y nos permitirá finalizar los retos con mayor éxito y presteza.
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2. Trocear las tareas
Una buena forma de motivarnos puede consistir en establecer pequeños objetivos a corto plazo durante el transcurso de nuestro reto; de esta forma encontraremos hitos motivadores a cada poco tiempo y tendremos siempre la sensación de que podemos sentirnos bien con nosotros mismos simplemente dedicándonos a una tarea durante unos minutos o un par de horas.
3. Evitar la procrastinación
La procrastinación es la tendencia a dejar para más tarde cualquier trabajo que tengamos que hacer, un hábito que muchas personas ponen en práctica en su vida diaria y que tiene causas psicológicas muy determinadas.
Algunas de estas causas pueden ser una baja autoestima, una falta de motivación o simplemente el miedo a fracasar en cualquier tarea en la que uno participa.
La procrastinación puede acarrear verdaderos problemas en la vida personal y profesional de cualquier individuo, ya que ocasiona un cúmulo de trabajo no realizado, lo que a su vez puede afectar seriamente a la salud emocional de la persona.
Es por ello que para vencer a la procrastinación debemos tener siempre presente que un reto es mucho más atractivo que una obligación y que debemos seguir adelante, con motivación, diligencia, constancia y tenacidad.
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4. Comprometerse con el reto hablando de él con los demás
Estar comprometidos con el reto es uno de los elementos más cruciales para su correcto desarrollo y sin duda lo que nos ayudará a ser constantes y a perseguir en todo momento del proceso la consecución de nuestra meta.
Una persona está comprometida con el reto al que se enfrenta cuando asume como propios todos los problemas o errores que puedan surgir durante el trabajo, cuando no escatima recursos y cuando da el 100% de su esfuerzo sin negociar lo más mínimo cada paso dado.
Sentir que lo que hacemos contribuye positivamente en nosotros mismos y que nos es una tarea ajena nos permitirá trabajar con más determinación, empeño, motivación y constancia.
5. Técnica de detección y afrontamiento de la consecuencia temida
Una de las principales técnicas que podemos aplicar en nuestra vida diaria para convertir las obligaciones en retos personales de los cuales nos sentimos parte es la técnica de la detección y afrontamiento de la consecuencia temida.
Esta técnica consiste en atreverse a afrontar cualquier reto y trabajar para lograrlo con el convencimiento permanente de que cada error o problema que nos encontremos en el camino es una consecuencia lógica del mismo reto al que nos hemos comprometido.
Es decir, que no vale lamentarse cuando las cosas salgan mal, sino que cada error es una oportunidad para aprender y para reflexionar y reconfigurar nuestro plan de acción en busca del éxito final.
Por último, es importante señalar que esta técnica se basa en afrontar la frustración generada por cualquier con tratamiento o error cometido, y en caso de que el reto planteado sea demasiado ambicioso, podamos cambiarlo hacia uno más concreto y realista.
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