Psicología Comparada: la parte animal de la psicología

Esta faceta de la psicología estudia del comportamiento y la vida mental de diferentes especies.

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Hace tiempo que se sabe que la vida mental y comportamental de los animales no humanos es mucho más rica de lo que cabría suponer en un primer vistazo. La psicología comparada es un esfuerzo por entender las lógicas que hay detrás del modo de actuar, pensar y sentir de estas formas de vida.

Eso sí, también es un ámbito de estudio que no está libre de críticas tanto a su uso del método comparado como a sus planteamientos éticos. Veamos en qué consiste esta rama de la investigación en psicología.

¿Qué es la psicología comparada?

La psicología comparada ha sido definida como un esfuerzo por comprender el comportamiento y la vida mental de los animales en general, partiendo de la idea de que hay ciertas características de estos dos ámbitos que han ido evolucionando a través del paso del tiempo.

Así, la psicología comparada no es solo un tipo de investigación en la que se comparan sin más las similitudes y diferencias de diferentes tipos de animales (incluyendo aquí a nuestra propia especie), sino que asume que detrás de estas similitudes y diferencias hay una historia sobre cómo la vida mental y el comportamiento de estas formas de vida han ido evolucionando a través del paso de una generación a las siguientes y mediante la creación de especies nuevas.

El uso del método comparativo

Así pues, la psicología comparada utiliza el método comparativo, que consiste en estudiar procesos psicológicos en ciertas especies y ver de qué manera esas conclusiones pueden ser extrapoladas a otras especies.

En general, los estudios están enfocados para ver en qué momento de la historia evolutiva aparecen ciertas características psicológicas y, a partir de ahí, comprobar cómo han ido evolucionando hasta llegar a la especie animal más "evolucionada" en cierta característica.

A la práctica, esto significa que la especie cuyo comportamiento y procesos mentales se pretenden estudiar investigando indirectamente con especies emparentadas con ella es, casi siempre, la nuestra. Sin embargo, muchos investigadores creen que el objetivo de la psicología comparada no debería ser una excusa para terminar hablando sobre la psicología del ser humano, sino que la vida mental y el comportamiento de especies animales no humanas tiene interés en sí mismo.

¿Experimentación con animales u observación?

En principio, no hay nada en la definición de lo que es la psicología comparada de lo que se pueda suponer que esta depende solo del método experimental; también podría basarse en observaciones de campo realizadas sobre el terreno natural en el que vive una especie, tal y como tradicionalmente ha hecho la etología.

Sin embargo, a la práctica la experimentación es la opción más recurrida en la psicología comparada, por dos razones:

  • Resulta más económica y rápida.

  • Se evitan posibles imprevistos.

  • Permite aislar mucho mejor las variables.

  • El hecho de descartar la influencia del entorno natural específico de una especie hace que sea más fácil extraer conclusiones que aporten información sobre el comportamiento de los seres humanos.

Por supuesto, esto ha hecho que la psicología comparada haya sido muy criticada por casos de maltrato animal, como el del experimento de Harry Harlow y los monos a los que se les priva del contacto con su madre durante sus primeras semanas de vida.

La psicología comparada y el conductismo

Históricamente, el conductismo ha sido la corriente de la psicología que más ha recurrido a la psicología comparada para realizar descubrimientos.

Esto es así porque, dado que los investigadores del conductismo se centraban en los componentes de la psicología que pueden ser registrados objetivamente y cuantificados, asumían que las contingencias, que para ellos eran los componentes básico de la construcción de patrones de conducta, pueden ser estudiadas en sus elementos más básicos en formas de vida con un sistema nervioso menos complejo que el humano.

Así, por ejemplo, B. F. Skinner se hizo muy conocido con sus experimentos con palomas, y Edward Thorndike, que fue uno de los precedentes del conductismo, estableció teorías sobre el uso de la inteligencia experimentando con gatos.

Por supuesto, Iván Pavlov, que sentó las bases para que se desarrollase el conductismo estudiando el condicionamiento simple, experimentaba con perros desde el ámbito de la fisiología. Incluso Edward Tolman, un investigador formado en el conductismo que cuestionó los supuestos de esta corriente psicológica, lo hizo mediante el estudio de la ratas.

Las posibilidades de esta rama de la psicología

La apariencia salvaje de los animales, la ausencia de gestos faciales como las humanas y de un lenguaje hacen que tendamos a asumir que todo lo relativo a la psicología de estas formas de vida es simple. La psicología comparada atribuye mucha importancia al modo en el que se comportan los animales.

En todo caso, está muy discutido si lo hace con los ojos de los seres humanos o si busca una comprensión genuina de la vida mental de estos organismos. Existen muchas especies animales diferentes, y tradicionalmente la psicología comparada ha estudiado básicamente primates no humanos y algunos animales que se pueden adaptar bien a la vida doméstica, como las ratas o las cobayas.

Las posibilidades de la psicología comparada tienen que ver con una mejor comprensión de las formas de vida que nos rodean y también con un conocimiento más profundo de patrones de conducta heredados desde hace milenios a través de nuestro linaje evolutivo.

Sus limitaciones tienen que ver con el uso del método comparativo y con que nunca se sabe muy bien hasta qué punto es posible extrapolar conclusiones de unas especies a otras. Y, por supuesto, los problemas éticos que plantea la experimentación con animales han entrado de lleno en el debate de si la psicología comparada es útil o no.

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