Enamorarse de alguien con Trastorno Límite de la Personalidad: ¿qué retos pueden afrontarse?

Tener una relación con una persona que sufre este trastorno puede ser un reto.

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El trastorno límite de la personalidad afecta aproximadamente al 2% de la población general adulta. Se caracteriza por cuatro tipos de síntomas fundamentalmente: impulsividad extrema, inestabilidad del humor, problemas interpersonales y alteraciones de la identidad. Los síntomas son en general muy variados (algunos presentan autolesiones e intentos de suicidio) y suelen causar mucho sufrimiento a la persona que lo padece y a sus seres queridos.

En terapia, acude gente que tiene relaciones sentimentales con personas que tienen diagnosticado este trastorno, y no saben cómo tratarlas. Por eso me gustaría dar algunas pautas o consejos para poder usarlas, aunque siempre es conveniente ponerse en manos de un profesional de la salud mental que nos oriente. Me voy a centrar en el ámbito de la pareja, pero pueden sentirse identificados familiares o amigos cercanos al paciente en esta descripción.

¿Cómo se manifiesta el TLP en las relaciones?

Los síntomas con los que suelen venir a terapia las parejas de pacientes con TLP son: culpabilidad, negación y represión emocional, miedo e irritabilidad, agotamiento emocional, pena, enfado y ambivalencia emocional. En algunas ocasiones estas parejas suelen a su vez tener otro trastorno mental.

Uno de los síntomas principales en el TLP son los problemas de relación que tienen con el entorno y que se presentan desde la adolescencia temprana. La vinculación en pareja puede ser en forma de dependencia emocional o de una forma ambivalente. Generalmente, las personas con TLP manifiestan dos tipos de problemas en el vínculo:

1. Vínculo ansioso

Manifiestan una incapacidad para tolerar la separación (sensación de soledad) de la persona que quieren. En este caso suelen sentir sensación de vacío emocional y un alto miedo al abandono. Cuando la pareja está cerca, el mundo de la persona que tiene TLP, sólo gira en torno a ella.

Esto termina desencadenando una dependencia emocional hacia la pareja, que en algunos casos se convierte en dependencia instrumental, en tanto que la pareja cubre todas sus necesidades, no sólo las afectivas (por ejemplo, realizar trámites administrativos, o ir a comprar cosas, hablar con alguien, gestiones bancarias, etc.). Las relaciones son fusionales, estableciendo límites muy marcados con el resto de las personas. Por ejemplo: no querer que su pareja quede con los compañeros de trabajo.

Hay dos tipos de perfiles que tienen TLP que presentan el vínculo ansioso: los que tienen una tendencia regresiva (más infantil), que buscan la figura de “el salvador” y necesitan que les saquen de su sufrimiento y de todo lo que tienen que trabajar por sí mismos. Este perfil suele adoptar una actitud más victimista e indefensa.

El otro tipo de perfil que tiene un vínculo ansioso es más egocéntrico. Asume que la pareja está para responder a sus deseos o a sus órdenes, ya que “no sabe” hacer las cosas por sí mimo. Aquí suelen darse por parte del paciente, amenazas, actitud tirana o celos extremos. La dependencia en este caso no es regresiva (infantil), sino egocéntrica. Pero en los dos casos denota la inseguridad que tiene el paciente. Lo que pasa es que en la apariencia externa se percibe como una persona autosuficiente. Recomendaciones para la pareja de la persona que tiene TLP:

  • Fomentar la independencia: No realizar tareas que la pareja pueda hacer por sí misma (por ejemplo, elaborarle su CV, buscarle trabajo, realizar tareas del hogar…).

  • Seguir realizando actividades independientes de la pareja con TLP: Por ejemplo, no ceder ante frases como (“no me dejes solo/a” o si llora, se pone enfadado, “de morros”). Esto es, no centrarse solo en el vínculo con la pareja, sino seguir cuidando otras parcelas de su vida (espacio personal, relaciones de amistad, no dejar de ver a su familia). Por ejemplo, si la pareja queda para hacer deporte, el paciente no debe participar en esta actividad y no le debe preguntar quién ha ido, qué ha hecho y no tiene que decir una hora fija a la que vuelva. Puede decir, vendré a cenar por la noche. No contestar WhatsApp del paciente durante su tiempo personal de ocio. Sólo estaría permitido en caso de gravedad como hospitalización, pero no porque se “encuentre triste”. Es necesario aplicarlo de forma estricta, puesto que la persona dependiente emocional mira el WhatsApp continuamente para poder manejar su ansiedad ante la separación.

  • Hacer caso omiso cuando el paciente castigue mediante silencios o interrogatorios cuando llega a su domicilio: La pareja debe mostrar indiferencia serena y no mostrar desprecio, realizando actividades en casa de forma natural. Es decir, la persona con TLP tiene que darse cuenta de su pauta insana y la pareja de ésta, debe “actuar” y no reforzar que se siga dando este vínculo de dependencia.

  • Realizar cosas por sí mismo:La persona con TLP tiene que enfrentar su sensación de vacío emocional, problemas de ansiedad o fobia social, inseguridad de cómo realizar las tareas (ansiedad de ejecución) y el miedo al abandono. Tiene miedo a cometer errores y ser juzgado por otras personas. Si no realiza las cosas por sí mismo, suele permanecer en su zona de confort, aumentando considerablemente su dependencia emocional e instrumental hacia la pareja. En caso de que el paciente responda con: “si sabes que lo paso fatal”, responder: “es por tu bien y sabes que con el tiempo te vas a sentir bien contigo mismo”. Tiene que sentir que es parte de su desarrollo psicológico sano el adquirir esta independencia, y es mejor preguntarle ¿cómo te has sentido? (motor del cambio) Que decirle “me alegro mucho de que lo hayas hecho” (esto reforzaría la actitud infantil de “está contento conmigo”).

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2. Vínculo ambivalente

El otro tipo de vinculo que establecen es ambivalente: se da sobre todo en personas con TLP que presentan orgullo patológico. Y suele ocurrir en los casos en los que estos pacientes han sufrido en el pasado en una relación donde se sentían dependientes emocionales de sus parejas. Es ambivalente el vínculo porque se tiene un conflicto interno entre la búsqueda incesante de ser querido y un intenso miedo a sentirse vulnerable o que le hagan daño (tener la necesidad de ser autosuficiente).

Por ejemplo: puede necesitar el consejo de forma urgente de su pareja, pero luego enfadarse ante los consejos que le da (“no me entiendes”, “déjame que haga lo que quiera”). Son las relaciones que conocemos como:” ni contigo ni sin ti”. EL comportamiento de la persona con TLP oscila entre el victimismo y la tiranía cuando la pareja no satisface sus expectativas que suelen ser cambiantes.

Lo que le suele ocurrir a las parejas es que suelen hartarse, y sentir indefensión aprendida (La sensación subjetiva de no poder hacer nada, resultante de la percepción de ausencia de control). Al mismo tiempo también siente pena por el sufrimiento de la pareja. En este caso, pueden dejar a la persona con TLP, o permanecer, pero se sentirán inestables emocionalmente, en función de cómo se comporte con ellos.

Si el paciente siente que su pareja está lejos, tenderá a buscarlo y a acercarse de nuevo. Por el contrario, si siente demasiada cercanía, tenderá a la evitación. Esto provoca cansancio en el propio paciente con TLP, y prefieren estar solos en vez de vincularse en pareja, ya que no se han permitido sentirse queridos. Recomendaciones para los familiares de este perfil:

  • No permitir ser explotados: Pueden darse insultos o humillaciones o incluso agresiones. También lo son los celos patológicos (rivalidad, competitividad desmedida) y desacreditar a otras personas que rodeen a la pareja.

  • No caer ante el egoísmo: Hay que tener en cuenta que la persona con TLP no sólo sufre, sino que hace sufrir para no sufrir él mismo. Por lo tanto, esto es egoísmo y no se debe de tolerar en ningún caso con “pobrecito, no sabe hacerlo de otra manera”. El sufrimiento insano es cuando se pasa de “ser víctima a verdugo con los otros”. Muchas personas han sido víctimas de alguien, pero no la pagan con otros.

  • Poner límites: Por todo lo anterior hay que poner límites. Utilizar frases como “yo te hablo bien, háblame bien”. “No me hables así”. “No te permito que hables así de…” en caso de que hablen de otras personas. Esto no significa que deje de ser egocéntrico, pero si que para conseguir la atención ya no puede emplear la dominancia. Sino que tendrá que aprender a negociar y escuchar al otro. Esto puede provocar que la relación se convierta en más igualitaria o que el paciente busque a otra persona.

  • Fomentar la independencia: Igual que en el caso anterior, volver a recuperar la independencia y promover los otros vínculos o actividades que se tengan.

  • Establecer reglas de aproximación:Que sea el propio familiar el que establezca las reglas de aproximación al paciente. Se tiene la sensación de que hay que ser adivino o tener que saber cuándo acceder o evitar el contacto con este perfil de TLP. Esto no es realista ni sano. Esto es positivo porque el paciente no debe siempre decidir cuándo se debe acercar o no la pareja. Pueden usar frases como “escucharé lo que me dices cuando pueda, y decidiré cuándo hacerlo, si inmediatamente, más tarde o no lo quiero hacer”. Esto es, puedo estar receptivo a ti, pero yo tengo también decisión de si hacerlo o no, y cuándo me acerco a ti. Es necesario que el familiar cumpla el acuerdo, si le ha dicho que irá más tarde, lo cumpla y no vaya inmediatamente.

  • No retractarse de los límites que se le impongan: Si la pareja acude a verle y el paciente le dice “no”, es aconsejable irse. No ceder ante las súplicas del paciente o no insistir en verle. El mensaje para transmitir aquí es que las personas no pueden ser tratadas a su “antojo emocional”, y marcando los tiempos. No acudir por “lástima” ni ante la cabezonería de este.

Si te sientes identificado, es bueno que pidas ayuda para sobrellevar toda esta situación.

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Psicóloga

Granada

Carmen Rodriguez de Haro es psicóloga especializada en la atención a adultos y sexóloga, con consulta en Granada. También ofrece la opción de realizar sesiones online por videollamada.

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