- El miedo solo es un problema cuando le tienes miedo a tus miedos
El miedo es probablemente la emoción humana más popular en los últimos tiempos, sobre todo desde que las redes sociales se convirtieron en nuestro principal medio de comunicación. Compartimos vídeos y frases sobre el miedo y nos decimos constantemente que no debemos tener miedo, apostamos por una vida sin miedo, le consideramos nuestro peor enemigo. ¿Qué ocurriría si el ser humano nunca tuviera miedo?
El miedo es una de las emociones más básicas del ser humano, así como de cualquier mamífero. Es una emoción que cumple un papel fundamental: la supervivencia. ¿Qué pasaría si viviéramos sin miedo? Solo existe una posibilidad: moriríamos. Sin miedo, viviríamos de forma tan temeraria que pondríamos en peligro nuestra vida y moriríamos a los pocos días de no tener miedo. El miedo tiene una utilidad muy importante en nuestra vida. Nuestro gran problema con el miedo, es que convivimos con miedos disfuncionales.
Profundicemos un poco en qué es esta emoción instintiva y para qué sirve.
¿Qué es el miedo?
Según la psicología experimental, existen seis emociones primarias: alegría, sorpresa, ira, tristeza, asco, y miedo. Los experimentos encuentran estas seis emociones ya que encuentran seis expresiones faciales distintas, aunque existen muchas más emociones en función de la cultura y el vocabulario con el que describamos esas emociones.
El miedo, aún así, es una emoción básica y primaria, ya que se encuentra en todas las culturas y sentirla trae grandes consecuencias sobre el organismo. Es una emoción desagradable, ya que nos hace sentir mal (aunque no negativa, ya que sentir emociones siempre es positivo, sean cuales sean). También es una emoción pasiva, ya que trata de retirarnos de lo que ocurre. Cuando sentimos miedo, nos lleva a sentirnos también indefensos. Lo que ocurre cuando sentimos miedo, es que nos retiramos.
¿Para qué sirve el miedo? Funciones y efectos
El miedo es caracterizado muchas veces como una emoción negativa, algo que hay que evitar y que está vinculado con la infelicidad. Sin embargo, lo cierto es que, si el miedo es una emoción presente en prácticamente todas las culturas que se han estudiado, cabe la posibilidad de inferir que está ahí por algo. ¿Acaso cumple alguna función relevante? ¿Para qué sirve el miedo?
Resumiendo mucho, el miedo sirve para sobrevivir, es un mecanismo adapativo a un entorno que, en ocasiones, nos da motivos para temerlo. Aquello para lo cual sirve el miedo tiene que ver con nuestra capacidad para reaccionar rápidamente ante situaciones peligrosas, ya que gracias a él nos retiramos cuando existe una amenaza. Esta amenaza puede ser para nuestra vida, o para nuestra autoestima, nuestra seguridad (según nuestras creencias sobre lo que es seguro o no), nuestro autoconcepto.
Así que el miedo solo es una emoción que reacciona en función de nuestros patrones mentales, de nuestras creencias y pensamientos. El miedo en sí mismo es positivo, nos ayuda a alejarnos de un suceso para el cual todavía no estamos preparados.
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¿Cuándo el miedo es un problema?
El miedo es un problema cuando es disfuncional. Es importante aclarar que no existen emociones positivas o negativas (esto se dice en manuales donde, lo que se pretende, es el diagnóstico psicológico y aún se usan esos conceptos tan ortodoxos y equivocados). Sentir emociones es positivo, siempre es positivo sentir cualquier emoción, ya que tienen algún tipo de utilidad y nosotros debemos sentir nuestras emociones con libertad en lugar de reprimirlas o tratar de controlarlas.
El problema, con cualquier emoción, es cuando nuestras creencias e interpretaciones hacen que sintamos miedo de forma disfuncional, es decir, lo que ocurre a consecuencia de sentir ese miedo es aún peor que lo que ocurriría si no lo sintiéramos. Ejemplo: muchas veces no hacemos lo que deseamos y es realmente importante en nuestra vida porque tenemos miedo de lo que puede ocurrir (viajar, ir a otro país a vivir, iniciar un negocio propio, comenzar una relación sentimental, hacer algo nuevo por nuestros propios medios, hablar en público, bailar frente a otras personas, etc.).
Si gestionamos de forma disfuncional nuestro miedo, nos frenará demasiado. Recuerda: el miedo no es un problema, solo nos obedece... El problema es lo que hacemos con el miedo.
Cosas que nos provocan miedo (fobias)
Existen varios aspectos de la vida (situaciones, ideas, objetos...) que generan miedo a muchas personas. A continuación tienes una lista con distintas fobias; pinchando en el título podrás acceder a un informe detallado sobre cada una de ellas.
- Agorafobia (ansiedad anticipatoria)
- Amaxofobia (pánico a conducir automóviles)
- Anuptofobia (miedo a permanecer soltero)
- Coulrofobia (miedo a los payasos)
- Eritrofobia (pánico a ruborizarse)
- Filofobia (miedo a enamorarse)
- Gerascofobia (miedo a envejecer)
- Hematofobia (pánico a la sangre)
Y para una revisión más general sobre las distintas fobias que existen y sus características, puedes visitar este artículo:
¿Qué importancia tiene el miedo?
El miedo es una emoción tan importante, que no podríamos vivir sin ella. Nuestra felicidad y bienestar depende de las decisiones que tomamos en nuestra vida y de cómo interpretamos lo que ocurre. Somos nosotros los responsables de estar bien y hacer de nuestra vida una experiencia fascinante.
El miedo nos ayuda a regular cómo de grandes deben ser nuestros pasos en cada momento... como una especie de madre prudente. Nuevamente, esto ocurre cuando gestionamos nuestro miedo de forma funcional, es decir, tenemos algo de miedo hacia lo que realmente puede suponer un problema para nosotros ahora y aún necesitamos un tiempo de entrenamiento o espera para poder afrontarlo.
¿Cómo debemos gestionarlo?
Pregúntate qué te gustaría hacer realmente y no haces. Qué te gustaría vivir y no vives. Cómo te gustaría que fuera tu vida y no haces lo necesario para llegar a ello. Todos esos miedos: ¿en qué se basan? ¿En tus creencias? ¿En un hecho del pasado? ¿Qué pudieras hacer tú para que ese hecho no te afectara nunca más?
Un proceso de gestión emocional, para aumentar tu nivel de inteligencia emocional (lo cual te ayudaría a gestionar tu miedo de forma funcional y a entender el de los demás y ayudarles) es probablemente la mejor forma de saltar al miedo disfuncional. Esta nota no terminará con un "no tengas miedo"... sino con un "vive a lo grande a pesar de tus miedos".