Si la Psicología es un ámbito de conocimiento fascinante es, justamente, por la complejidad de aquello que estudia: la mente y el comportamiento de las personas; o, en un sentido más general, en qué consiste la experiencia de ser humano. Dicho de otro modo, aquello que resulta fascinante de la profesión de los psicólogos es lo mismo que la convierte en un reto en el que siempre hay algo nuevo por aprender.
Partiendo de esta idea, es normal que no exista una sola manera de entender qué es y a qué debería aspirar la Psicología, sino diferentes perspectivas desde las que abordarla. Entre ellas, destaca una que entiende el bienestar psicológico como un todo, en vez de limitarse a “apagar fuegos” atendiendo cada problema de manera individual: se trata de la psicología holística. Veamos en qué consiste.
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¿Qué es la psicología holística?
Para entender mejor qué es lo que propone la psicología holística, lo recomendable es atender primero al significado del término “holismo”. Este hace referencia a una posición epistemológica (es decir, un planteamiento filosófico acerca de cómo el ser humano puede llegar a conocer científicamente aspectos de sí mismo y de la realidad en la que vive) según el cual los sistemas complejos en los que hay varios elementos interactuando entre sí deben ser estudiados de manera global y sin centrarnos únicamente en analizar cada una de sus partes por separado.
En este sentido, la psicología holística no es más que la aplicación del holismo al estudio de la realidad humana, en vez de poner el foco en los diferentes fenómenos psicológicos por separado. De este modo, a la hora de estudiar e intentar comprender aquello que normalmente es considerado un trastorno mental, la psicología holística plantea ir más allá de observar cuáles de los síntomas descritos en un manual diagnóstico están presentes en el día a día del paciente para a partir de ahí aplicar “remedios” para mitigar el malestar causado por la patología subyacente, sino conectar con la experiencia subjetiva de esa persona para, a partir de su realidad única como ser humano individual, ver el porqué de su malestar en su manera de vivir su propia existencia en el día a día.
De este modo, la psicología holística propone un acercamiento muy flexible a los problemas y las necesidades de las personas, ya que en vez de analizar la mente humana como si fuese una máquina con problemas mecánicos de algunas de sus partes, en primer lugar trata de comprender el modo en el que cada individuo vive su vida, dejando atrás ideas preconcebidas y presuposiciones acerca de lo que es una alteración de la salud mental. Por ello, la psicología holística está estrechamente relacionada con la filosofía humanista y con el existencialismo, dos perspectivas filosóficas que le dan mucha importancia a la subjetividad y al modo en el que cada persona le da sentido a su vida, involucrándose (con mayor o menor éxito) en proyectos que le dan sentido a su existencia.
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Una manera integral de entender el bienestar humano
Tal y como hemos visto, la psicología holística prioriza la necesidad de acercarse a cada ser humano viéndolo no como un listado de problemas a resolver y que pueden ser descritos a partir de criterios preestablecidos (o incluso listados en un manual de psiquiatría), sino como un sistema que debe ser estudiado de manera conjunta.
Esto significa, entre otras cosas, que se entiende la mente humana como un fenómeno en constante evolución y movimiento, por lo que no puede ser analizado haciendo una descripción de sus “piezas”, aquello que aparentemente permanece inalterado. Por ejemplo, desde esta aproximación, la memoria no es un simple archivo de información sobre lo que una persona ha vivido en su pasado, sino un conjunto de “acciones de recordar” en la que cada vez se obtiene un recuerdo de manera diferente, ya que aquello que creemos saber sobre lo sucedido con anterioridad está siempre experimentando alteraciones.
Por ejemplo, no recordamos de igual manera un evento cuando estamos alegres que cuando estamos tristes. Y esto es muy importante, porque la identidad de las personas, aquello que consideramos “el Yo” y que delinea lo que podemos y no podemos llegar a conseguir, es en el fondo una de las facetas de nuestra memoria.
Así pues, la psicología holística no establece una distinción radical entre los problemas de salud mental, por un lado, y las necesidades de autorrealización y de desarrollo personal, por el otro. Ambos son aspectos que representan una tensión entre nuestra manera de percibir el presente y el futuro al que nos gustaría llegar.
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¿Cómo se estudia la psicología holística?
En la actualidad, la psicología holística es una especialización post-universitaria a la que pueden acceder licenciados o graduados en Psicología, así como los titulados en otras ciencias del comportamiento o ciencias sociales que tengan afinidad con la labor de los psicólogos. En cualquier caso, es un ámbito de aprendizaje en expansión y que cada vez está siendo introducido en más ámbitos laborales, precisamente porque a causa de sus planteamientos no se limita al área de la intervención psicoterapéutica, sino que también puede ser puesta en práctica en contextos como el sistema educativo, las empresas, la psicología deportiva, etc.
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