Los traumas pesan. ¡A veces demasiado! También pesan las fobias, las adicciones, la ansiedad. Todo esto puede ser invalidante, o al menos convertirse en la piedra en el camino del bienestar para muchas personas. Por fortuna, no tiene que serlo toda la vida.
Ante este tipo de padecimientos, la terapia EMDR, siglas en inglés de Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares, ha revolucionado el campo de la psicología y ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de diversos trastornos.
Con los años, este enfoque ha ganado reconocimiento y popularidad. Por eso en este artículo, exploraremos a fondo qué es la terapia EMDR, su origen, desarrollo y fundamentos teóricos, así como su aplicación clínica y el proceso paso a paso de una sesión de terapia.
Origen y desarrollo del EMDR
Viajemos unas cuantas décadas para conocer la historia. La terapia EMDR fue desarrollada a finales de la década de 1980 por la psicóloga estadounidense Francine Shapiro. ¡Y lo interesante es que todo nació de una experiencia personal!
Todo inició así: durante su época como estudiante de doctorado, Francine notó de manera casual que cuando tenía pensamientos perturbadores, sus ojos se movían velozmente, lo que resultaba en una reducción de la carga de angustia relacionada con dichos pensamientos.
Este fenómeno le pareció muy curioso, por lo que comenzó a experimentar con otros individuos y notó resultados similares. Motivada por estas observaciones, Shapiro desarrolló un enfoque terapéutico basado en movimientos oculares, inicialmente conocido como "TER" (Técnica de Relajación con los Ojos). Sin embargo, tiempo después se le dio el nombre de EMDR.
Durante la década de los 90, la terapia EMDR empezó a recibir reconocimiento, principalmente por su efectividad en tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Aquellos pacientes que se sometieron a EMDR reportaron una significativa reducción en los síntomas relacionados con el trauma y una mejora en su bienestar psicológico. Estos resultados motivaron la investigación científica y generaron interés en esta técnica terapéutica.
Con el tiempo, el EMDR fue validado como una terapia legítima y eficaz por organizaciones especializadas en salud mental. En 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) respaldó oficialmente el EMDR como la opción preferida para tratar el TEPT, consolidando su validez y efectividad de manera definitiva.
Así funciona la terapia EMDR
¡Veamos qué hay detrás de este recurso terapéutico! El EMDR se basa en varios principios y teorías. Uno de los pilares primordiales es el Procesamiento Adaptativo de la Información (PAI). Según esta teoría, los sucesos traumáticos y perturbadores pueden quedar guardados de forma disfuncional en la memoria, sin haber sido procesados de forma adecuada.
Tomando en cuenta lo mencionado, el objetivo del EMDR es facilitar el procesamiento adaptativo de la información y permitir que las memorias traumáticas se integren adecuadamente en el sistema de experiencias de vida del individuo. Mediante la estimulación bilateral, sea a través de movimientos oculares, sonidos o tacto, el EMDR activa los procesos naturales de procesamiento y adaptación del cerebro, lo que facilita la revisión de la información traumática.
Asimismo, el enfoque del EMDR se fundamenta en la teoría del desensibilización y reprocesamiento, que sugiere que al activar la memoria traumática -y simultáneamente enfocar la atención en un estímulo externo, como los movimientos oculares- se disminuye la intensidad emocional ligada al recuerdo. Esto permite una integración más adaptativa de la experiencia traumática.
¿Para qué sirve la terapia EMDR?
¡Hay muchas razones por las que su aplicación ha sido revolucionaria! La principal meta de la terapia EMDR es ayudar a las personas en procesar y vencer experiencias traumáticas o situaciones estresantes de forma eficaz, sin la necesidad de someterse a años de terapia convencional.
Por medio del empleo de movimientos oculares o estímulos bilaterales, el EMDR busca desensibilizar y reestructurar los recuerdos traumáticos, para permitir que la persona pueda integrarlos de forma adaptativa. Hasta ahora, distintos estudios científicos han respaldado su efectividad y la comunidad científica ha reconocido el valor de esta terapia como una alternativa válida y eficaz en el tratamiento de los traumas. De hecho, el EMDR ha demostrado ser especialmente beneficioso en el abordaje de diversos trastornos:
- Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): El método EMDR es reconocido como uno de los tratamientos más eficaces para el Trastorno de Estrés Postraumático, ya que contribuye a la disminución de síntomas como los flashbacks, las pesadillas, la hipervigilancia y la evitación.
- Fobias: Esta técnica puede ser efectiva en el tratamiento de distintas fobias, tales como el miedo a las alturas, a las arañas, a volar o a los espacios cerrados.
- Adicciones: Asimismo, este enfoque puede ser de gran ayuda para abordar las emociones subyacentes que provocan conductas adictivas, como el estrés, la ansiedad o la depresión, lo que facilita la abstinencia y el mantenimiento del proceso de recuperación.
- Trastornos de ansiedad: Se ha demostrado que el EMDR es beneficioso en el manejo de varios trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y el trastorno de ansiedad social.
La terapia EMDR paso a paso
Una sesión de terapia EMDR sigue un proceso cuidadosamente diseñado para maximizar sus beneficios. Si bien los tratamientos varían según el terapeuta, hay una estructura básica que se sigue en cada sesión y te la explicaremos a continuación:
1. Historia y planificación del tratamiento
En la etapa inicial, el terapeuta establece un vínculo de confianza con el paciente y recopila información detallada acerca de su historia personal, la cual incluye experiencias traumáticas, situaciones estresantes y los recursos disponibles para hacerles frente. Luego, el especialista utiliza esta información para crea un plan de tratamiento personalizado que identifica los recuerdos traumáticos a tratar y los objetivos terapéuticos específicos correspondientes.
2. Explicación al paciente
Durante esta fase, el enfoque se concentra en preparar al paciente para el proceso de EMDR. El terapeuta brinda una explicación detallada del procedimiento, incluyendo la estimulación bilateral y su propósito. Además, enseña al paciente técnicas de autorregulación para gestionar las emociones que puedan surgir durante la terapia.
3. Evaluación de los aspectos primarios del recuerdo
En esta etapa se identifica el recuerdo traumático específico que será abordado en la sesión, al elegir un elemento inicial del recuerdo, como una imagen, pensamiento negativo, emoción o sensación física, y se evalúa su intensidad mediante la escala de Unidades Subjetivas de Malestar (SUD).
4. Desensibilización del recuerdo
Durante este momento clave, el paciente se enfoca en el recuerdo traumático elegido mientras se somete a la estimulación bilateral. El terapeuta dirige al paciente a través de diversas etapas de procesamiento del recuerdo y facilita la aparición de nuevas conexiones, sentimientos y reflexiones vinculadas al evento. La meta es disminuir la intensidad emocional del recuerdo (SUD) hasta lograr un nivel neutro o próximo a cero.
5. Instalación de la cognición positiva y reprocesamiento
Una vez que se ha reducido la intensidad emocional del recuerdo, se procede a instaurar un nuevo enfoque positivo relacionado con el evento traumático. Este enfoque debe ser realista, alcanzable y adaptable a la situación del paciente. Mientras el paciente se concentra en este pensamiento positivo, se repite el procedimiento de estimulación bilateral para reforzar su conexión con el recuerdo.
6. Pruebas
En esta etapa, el paciente se enfoca en las sensaciones físicas que experimenta al recordar el evento traumático y el pensamiento positivo asociado. Se busca identificar cualquier incomodidad o tensión residual en el cuerpo, utilizando la estimulación bilateral para procesar y liberar estas sensaciones.
7. Cierre
Al concluir la sesión, el terapeuta asiste al paciente en regresar a un estado de serenidad y bienestar en el momento presente. Se lleva a cabo una revisión de la sesión, resaltando los logros alcanzados y las nuevas perspectivas adquiridas. Se proporcionan indicaciones para practicar técnicas de autocuidado entre sesiones.
8. Reevaluación
Al comienzo de la siguiente sesión, se realiza una reevaluación del recuerdo traumático abordado en la sesión previa con el fin de garantizar que se haya mantenido el procesamiento y la disminución de la intensidad emocional (SUD). En caso necesario, se repiten las fases del tratamiento hasta lograr un completo reprocesamiento del trauma.
Como ves, la terapia EMDR se presenta como una valiosa herramienta en el ámbito de la psicología, demostrando su eficacia en el abordaje de trastornos traumáticos. Si estás pensando en iniciar terapia EMDR, te recomendamos que converses con un terapeuta especializado en este enfoque para obtener más información sobre cómo puede ayudarte.