En este artículo, entenderemos la positividad tóxica como esa filosofía de vida que promueve un pensamiento obligatoriamente positivo, demonizando ciertas emociones y pensamientos que consideramos desagradables, como el enfado o la tristeza, y pretendiendo taparlos con pensamientos y emociones positivas.
Como os imaginaréis, las emociones, al igual que el resto de las habilidades y cualidades presentes en los animales, también tienen una función. En este caso podríamos decir que son sensores que nos dan información del entorno, de cuánto nos estamos adaptando a la situación que estamos viviendo, de nuestras necesidades, etc. Con lo cual, solo con fijarnos en la idea general de esta positividad tóxica ya deberíamos darnos cuenta de que esta forma de intentar afrontar la vida parece estar errada, pero… ¿Cómo nos afecta que actualmente esté tan presente?
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Efectos de la positividad tóxica
Para comenzar, el negarnos continuamente a reconocer situaciones, emociones y pensamientos desagradables formará parte de una evasión de los mismos y nos ayudará a mostrar una cara "perfecta" que nos ayuda a tener esa imagen que pensamos que los demás esperan de nosotros, que nos gusta mostrar, pero que nos impide conectar íntimamente con las personas de nuestro alrededor.
Lo cierto es que, estar constantemente vigilantes para reprimir esas emociones desagradables consume mucha energía, nos agota, y nos impide aprender de las situaciones y desarrollar una habilidad tan importante como la resiliencia.
Al no permitirnos ciertas emociones o pensamientos, es imposible que podamos utilizar las emociones con su funcionalidad original, es decir, como sensores que nos envían información totalmente necesaria de lo que está ocurriendo. Y por tanto será mucho más complicado que nos adaptemos de forma óptima a la situación que estamos viviendo y que nos llevemos un aprendizaje para el futuro, ya que todos nuestros esfuerzos estarán destinados a reprimir las emociones que están aflorando.
Además, al privarnos de esos aprendizajes tan importantes que debemos hacer al afrontar ciertos problemas presentes en la vida, mermamos también nuestra capacidad para afrontar y resolver problemas.
Pese a que esta filosofía de vida no parece especialmente útil, actualmente estamos rodeados/as de ella. Y es que, en las redes sociales vivimos un mundo de perfección, diversión y felicidad. Al entrar en el perfil de un personaje público, de un amigo/a o conocido/a podríamos pensar que tiene una vida perfecta, al contrario que nosotros/a. Premiamos el contenido en el que se muestra únicamente felicidad y diversión y deseamos que nuestra vida real, la de fuera de las redes, sea igual que el perfil de las personas a las que sigo. Esto promueve el rechazo a las emociones desagradables que puedo sentir en mi día a día, es posible que llegue incluso a sentirme mal o ansioso por estar sintiéndolas, y con ello el pensamiento de que "solo debo fijarme en lo bueno" o de que "si solo pienso cosas positivas las atraeré" se irá haciendo más y más fuerte.
Toda esta situación que estamos viviendo en nuestra sociedad no solo hace que reprima ciertas emociones y pensamientos, sino que, cuando los experimento siento que hay algo que no estoy haciendo bien o que no debería sentirme así, lo que va generando culpa y ansiedad (emociones desagradables) que intentaré reprimir nuevamente. Este círculo se repetirá hasta que la persona sienta que ya no puede más, que está vacía o desconectada de sí misma.
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Síntomas de la positividad tóxica
Te voy a dejar unas señales para que reconozcas si estás utilizando este pensamiento en tu día a día en lugar de acompañarte y comprenderte en las situaciones, emociones o pensamientos que pese a ser desagradables forman parte de nuestra vida:
- Desoyes cuando tu cuerpo activa emociones como enfado o tristeza con afirmaciones que minimizan lo que estás viviendo "podría ser peor"
- Utilizas frases/afirmaciones que te ayudan a minimizar los problemas de los demás y les empujas a pensar en positivo en situaciones donde expresan desagrado.
- Te sientes culpable por sentir ciertas emociones que consideras que te hacen ser débil.
- Enmascaras cómo te sientes de cara a la galería y, en ocasiones, hasta contigo mismo.
- Ignoras situaciones que te hacen sentir enfado o cualquier otra emoción desagradable.
Regina López Riego
Regina López Riego
Psicóloga General Sanitaria
Concluyendo…
Recuerda que la madurez emocional pasa por saber acompañarnos en las situaciones difíciles y hacer aprendizajes de ellas.
Te recomiendo que si estás sintiendo que te desbordas emocionalmente o que tienes dificultades para identificar cómo te sientes, busques la ayuda de un profesional que te ayude a conocerte y a cuidarte emocionalmente