La teoría de señales: ¿es útil el engaño?

Un ámbito de la biología que estudia la posible utilidad evolutiva del engaño.

Teoría de señales
Veamos en qué consiste esta faceta de la biología evolutiva.

La teoría de señales, o teoría de la señalización, agrupa a un conjunto de estudios del campo de la biología evolutiva, y sugiere que el estudio de las señales intercambiadas en el proceso de comunicación entre individuos de cualquier especie, puede dar cuenta de sus patrones evolutivos, y así mismo puede ayudarnos a diferenciar cuando las señales emitidas son honestas o deshonestas.

Veremos en este artículo qué es la teoría de señales, cuáles son las señales honestas y deshonestas en el contexto de la biología evolutiva, así como algunas de sus consecuencias en los estudios sobre el comportamiento humano.

Teoría de señales: ¿es evolutivo el engaño?

Estudiado en el contexto de la teoría biológica y evolutiva, el engaño o la mentira pueden adquirir un sentido adaptativo. Trasladado a aprtir de ahi al estudio de la comunicación animal, el engaño se entiende como fuertemente ligado a la actividad persuasiva, ya que consiste principalmente en proporcionar información falsa para beneficio el emisor, aunque signifique un perjuicio para el emisor (Redondo, 1994).

Lo anterior ha sido estudiado por la biología en distintas especies de animales, incluido el ser humano, a través de las señales que envían unos individuos a otros y los efectos que estas producen.

En este sentido, la teoría evolutiva nos dice que la interacción entre individuos de una misma especie (así como entre individuos de distintas especies), se encuentra atravesada por el intercambio constante de distintas señales. Especialmente cuando se trata de una interacción que implica cierto conflicto de interés, las señales intercambiadas pueden parecer honestas, aunque no lo sean.

En este mismo sentido, la teoría de señales ha propuesto que la evolución de un individuo de cualquier especie está marcada de manera importante por la necesidad de emitir y recibir señales de manera cada vez más perfeccionada, de manera que esto le permite resistir la manipulación de otros individuos.

Señales honestas y señales deshonestas: diferencias y efectos

Para esta teoría, el intercambio de señales, tanto honestas como deshonestas, tiene un carácter evolutivo, ya que al emitir una señal determinada, el comportamiento del receptor se modifica, en beneficio de quien la emite.

Se trata de señales honestas cuando el comportamiento se corresponde con la intención que aparenta. Por otro lado, se trata de señales deshonestas cuando el comportamiento aparenta una una intención, pero en realidad tiene otra, que es además potencialmente perjudicial para quien la recibe, y seguramente benéfica para quien la emite.

El desarrollo, la evolución y el destino de estas últimas, las señales deshonestas, puede tener dos consecuencias posibles para la dinámica de alguna especie, según Redondo (1994). Veamoslas a continuación.

1. La señal deshonesta se extingue

Según la teoría de señales, a señales de engaño son especialmente emitidas por aquellos individuos que tienen ventaja sobre los demás. De hecho, sugiere que en una población animal donde existen señales predominantemente honestas, y uno de los individuos con mayor eficacia biológica inicia una señal honesta, esta última se expandirá con velocidad.

Pero, ¿qué ocurre cuando el receptor ya ha desarrollado la habilidad para detectar las señales deshonestas? En términos evolutivos, los individuos que reciben las señales deshonestas generaron técnicas de evaluación cada vez más complejas, para poder detectar cuál señal es honesta y cuál no, lo que paulatinamente disminuye el beneficio del emisor del engaño, y finalmente provoca su extinción.

A partir de lo anterior también puede pasar que las señales deshonestas se sustituyan eventualmente por señales honestas. Por lo menos temporalmente, mientras aumenta la probabilidad de que sean utilizadas con intenciones deshonestas. Un ejemplo de esto son las exhibiciones de amenazas que realizan las gaviotas. A pesar de que existe una gran variedad de dichas exhibiciones, todas parecen tener la misma función, lo que significa que un conjunto de señales potencialmente deshonesta se han fijado como señales honestas.

2. La señal deshonesta se fija

No obstante, puede ocurrir otro efecto ante la presencia y el aumento de señales deshonestas. Este es el de que la señal se fije permanentemente en la población, lo que ocurre si todas las señales honestas se extinguen. En este caso, la señal deshonesta permanece ya no como señal deshonesta, pues ante la falta de sinceridad el engaño pierde sentido. Permanece, pues, como una convención que pierde conexión con la reacción inicial de quien la recibe.

Un ejemplo de esto último es el siguiente: una parvada comparte una señal de alarma que avisa sobre la presencia de un depredador. Se trata de una señal sincera, que sirve para la protección de la especie.

No obstante, si alguno de los miembros emite esa misma señal, pero no cuando se acerca un depredador, sino cuando experimenta un fracaso en la competencia por alimento con otros miembros de su misma especie, esto le hará ganar una ventaja ante su parvada y haría que la señal (ahora engañosa) se transforme y se mantenga. De hecho, varias especies de aves realizan señales falsas de alarma para distraer a otros y así conseguir alimento.

El principio del hándicap

En el año de 1975, el biólogo israelí Amotz Zahavi propuso que la emisión de algunas señales honestas supone un costo tan elevado, que sólo los individuos biológicamente más dominantes pueden permitirse realizarlas.

En este sentido, la existencia de algunas señales honestas estaría garantizada por el costo que suponen, y la existencia de señales deshonestas también. Esto representa finalmente una desventaja para los individuos menos dominantes que quieran emitir señales falsas.

Dicho de otra manera, el beneficio adquirido por la emisión de señales deshonestas quedaría reservado sólo para los individuos biológicamente más dominantes. A este principio se le conoce como el principio del hándicap (que en inglés puede traducirse como “desventaja”).

Aplicación en el estudio de la conducta humana

Entre otras cosas, la teoría de señales se ha utilizado para explicar algunos patrones de interacción, así como las actitudes desplegadas durante la convivencia entre distintas personas.

Por ejemplo, se ha intentado comprender, evaluar e incluso predecir la autenticidad de diferentes intenciones, objetivos y valores generado en las interacciones entre determinados grupos.

Eso último, de acuerdo con Pentland (2008), ocurre a partir del estudio de sus patrones de señalización, lo que representaría un segundo canal de comunicación. Aunque éste se mantenga implícito, permite explicar por qué se toman decisiones o actitudes en el margen de las interacciones más básicas, como en una entrevista de trabajo o en una primera convivencia entre personas desconocidas.

Dicho de otra manera, ha servido para desarrollar hipótesis sobre cómo podemos saber cuando alguien está genuinamente interesado o atento durante un proceso comunicativo.

Referencias bibliográficas:

  • Handicap principle (2018). Wikipedia The Free Encyclopedia. Recuperado 4 de septiembre de 2018. Disponible en https://en.wikipedia.org/wiki/Handicap_principle.
  • Pentland, S. (2008). Honest Signals: How They Shape Our World. The MIT Press: USA.
  • Redondo, T. (1994). Comunicación: teoría y evolución de las señales. En: Carranza, J. (ed.). Etología: Introducción a la Ciencia del Comportamiento.Publicaciones de la Universidad de Extremadura, Cáceres, pp. 255-297.
  • Grafen, A. y Johnstone, R. (1993). Why we need ESS signalling theory. Philosophical Transactions Of the Royal Society B, 340(1292).

Psicóloga | Redactora especializada en Psicología Social

Licenciada en Psicología por la Universidad de las Américas Puebla (México). Máster en Investigación e Intervención Psicosocial por la Universitat Autònoma de Barcelona, con experiencia profesional en inclusión social y educativa así como docencia en psicopedagogía. Cuenta con estudios en política pública y derechos humanos y actualmente es doctoranda en Psicología Social en la Universitat Autònoma de Barcelona, donde trabaja temas relacionados con metodologías cualitativas, salud pública, salud mental, diversidad funcional y perspectiva de género.

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