La teoría de la emoción de Schachter y Singer

Una de las teorías de la emoción que más ha influido en la historia de la psicología.

La Teoría de la emoción de Schachter y Singer
Una teoría de las emociones muy importante.Unsplash.

En psicología básica, existen muchas teorías que intentan explicar el origen de las emociones (teorías psicológicas, cognitivas, biológicas, sociales,...). En este artículo hablaremos de una en concreto, la Teoría de la emoción de Schachter y Singer.

Se trata de una teoría bifactorial que implica dos factores: la activación fisiológica y la atribución cognitiva. Vamos a ver en qué consiste, estudios realizados por los mismos autores y cuáles son sus principales postulados.

Teoría de la emoción de Schachter y Singer: características

La Teoría de la emoción de Schachter y Singer establece que el origen de las emociones proviene, por un lado, de la interpretación que hacemos de las respuestas fisiológicas periféricas del organismo, y de la evaluación cognitiva de la situación, por el otro, que origina tales respuestas fisiológicas.

Lo que determina la intensidad de la emoción que siente la persona es la forma en que interpreta tales respuestas fisiológicas; por otro lado, la cualidad de la emoción viene determinada por la forma en que evalúa cognitivamente la situación que ha provocado tales respuestas.

Así, mientras que la intensidad puede ser baja, media o alta, la cualidad es el tipo de emoción (por ejemplo miedo, tristeza, alegría,...).

Estudios e investigaciones relacionadas

Para probar la Teoría de la emoción de Schachter y Singer, los propios autores realizaron un experimento en 1962 y publicaron sus resultados. Lo que hicieron fue administrar una inyección de epinefrina (adrenalina), una hormona que aumenta el ritmo cardíaco y la tensión arterial, a un grupo de sujetos voluntarios.

Posteriormente, formaron 4 grupos experimentales con estos sujetos al azar (todos de igual tamaños). Mientras que se informó a 2 de los grupos que la inyección causaría algunos efectos fisiológicos en su organismo, a los otros 2 grupos no se les dió esta información.

Por otro lado, a uno de los 2 grupos informados, se les puso en una situación que les inducía a estar contentos, mientras que en el otro grupo de sujetos informados se les puso en una situación que les inducía a estar enfadados. Además, se hizo lo mismo con los otros 2 grupos de sujetos con la condición de no información; a uno se le indujo una situación contenta y al otro, una situación que enfadaba.

Resultados

Lo que se vió en los resultados, es que se podía confirmar, en líneas generales, la Teoría de la emoción de Schachter y Singer. Esto fue así porque los sujetos informados de los efectos de la inyección no fueron proclives a sentirse especialmente enfadados o tristes, ya que atribuyeron su reacción fisiológica a los efectos de la propia inyección de adrenalina.

Se puede pensar que su evaluación cognitiva de la información que se les había proporcionado, les motivó a pensar que las reacciones fisiológicas del organismo provenían de la propia inyección.

Sin embargo, en el caso de los sujetos no informados de los efectos de la adrenalina, ocurrió lo “contrario”; sí que experimentaron las respuestas fisiológicas (activación) (igual que el grupo anterior), pero no atribuyeron tales respuestas a los efectos de la inyección, ya que no habían sido informados de ello.

Hipótesis

Se puede hipotetizar que los sujetos no informados, al no tener ninguna explicación sobre su activación fisiológica, la atribuyeran a alguna emoción. Dicha emoción la buscarían en la emoción “disponible” en ese momento; por ejemplo, la alegría o el enfado inducidos por los investigadores.

Al encontrarla, encontraron “su” explicación: entonces ajustaron su emoción a la situación; en el caso de los sujetos no informados en situación de alegría, se comportaron de forma alegre, y afirmaron sentirse así. Sin embargo, los sujetos no informados en situación de enfado reaccionaron con enfado y afirmaron sentirse así también.

Principios de la teoría

También en relación a la Teoría de la emoción de Schachter y Singer, el propio Schachter, en 1971, realiza un trabajo posterior, y establece tres principios que intentan explicar la conducta emocional humana:

1. Etiquetar las emociones

Cuando se experimenta un estado de activación fisiológica (respuestas fisiológicas), y la persona que lo experimenta no tiene una explicación en ese momento para tal activación, lo que hará es “etiquetar” dicho estado y describir lo que siente en relación a la emoción que esté disponible para ella en ese momento (o, en otras palabras, la emoción que sienta en ese momento).

Así, el propio estado de activación fisiológica se puede etiquetar como “tristeza”, “miedo” o “alegría”, por ejemplo (o la emoción que sea), según la evaluación cognitiva de la situación que ha generado tal activación.

2. Cuando no se realiza un etiquetaje

El segundo principio de la Teoría de la emoción de Schachter y Singer establece que, en el caso de que el individuo tenga una explicación completa para la activación fisiológica que esté sintiendo (por ejemplo, “me siento de esta forma porque me han inyectado adrenalina, o porque he consumido X fármaco”), entonces no es necesario realizar ningún tipo de evaluación cognitiva de la situación.

En este caso, será difícil que la persona “etiquete” la emoción que siente como lo haría en el caso anterior.

3. Experimentar activación fisiológica

El tercer supuesto dice que, ante situaciones cognitivas iguales, el individuo describirá/etiquetará sus sentimientos como emociones (o reaccionará emocionalmente) solo cuando experimente un estado de activación fisiológica (éste, como sabemos, implica una serie de respuestas fisiológicas, por ejemplo aumento de la frecuencia de latido del corazón).

  • Aguado, L. (2005). Emoción, afecto y motivación. Un enfoque de procesos. Alianza Editorial. Madrid.
  • Fernández, E.G.; García, B.; Jiménez, M.P.; Martín, M.D. y Domínguez, F.J. (2010). Psicología de la emoción. Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid.
  • Reeve, J. (2010). Motivación y emoción. 5ª Edición. McGraw- Hill/Interamericana. México.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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