La sangre es un tejido conectivo líquido que circula por los vasos y capilares, venas y arterias de todos los animales vertebrados. Los seres humanos tenemos unos 5 litros de media de sangre en el cuerpo, y nuestro corazón bombea unos 70 mililitros por cada latido, es decir, casi la totalidad de la presente en todo el organismo en un solo minuto.
La sangre, además de los glóbulos rojos que le otorgan color, también transporta consigo otras muchas moléculas con funciones fisiológicas diversas. Este es el caso de las proteínas sanguíneas o plasmáticas, que se encargan del transporte de lípidos, hormonas, vitaminas, minerales y diversas acciones de índole inmunológica.
En las siguientes líneas vamos a recoger las características de la proteína sanguínea más prevalente y, seguramente, la de mayor importancia. Quédate con nosotros, pues en esta oportunidad diseccionamos los secretos entrañados en la albúmina y sus implicaciones médicas.
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¿Qué es la albúmina?
La albúmina es una pequeña proteína relativamente simétrica que se encuentra en múltiples estructuras de origen animal: la sangre, la leche, la clara del huevo y las semillas de ciertas plantas. En seres humanos representa el 54,3 % de las proteínas plasmáticas, es decir, es la más abundante de todas (3,5-5 g/dl).
Quizá suene un poco extraño decir que la albúmina es la proteína plasmática más abundante, pues todos estamos acostumbrados a concebir a la hemoglobina como la reina de las proteínas sanguíneas, ¿verdad?. Resulta curioso conocer que la hemoglobina no se considera en este grupo ya que se transporta dentro de los glóbulos rojos, no en el plasma. Por ello, por muy abundante que sea en el interior de estos cuerpos celulares (450 mg/ml), no se concibe como una proteína plasmática per sé.
A continuación, te presentamos una serie de datos relevantes para contextualizar la importancia de la albúmina en el cuerpo humano:
- El hígado produce de 9 a 12 gramos al día de esta sustancia compleja.
- Aproximadamente el 60% de la albúmina se localiza en el espacio extravascular, es decir, fuera de los vasos sanguíneos.
- Dada su intensa carga negativa, la albúmina es una proteína hidrosoluble.
- Su ciclo vital en la circulación sanguínea es de 12 a 20 días.
- Su tasa de renovación es de 15 gramos al día. A diferencia de otras sustancias, no existen reservas de albúmina en ninguna parte del cuerpo humano.
La función más importante de la albúmina es la regulación de la presión oncótica, necesaria para la distribución adecuada de los líquidos en los tejidos y fuera de ellos. Vamos a detenernos un momento en este término tan singular, pues es de gran interés médico y biológico.
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La albúmina y sus funciones
La presión oncótica se define, de forma médica, como la presión osmótica de una disolución o dispersión coloidal. La diferencia entre recibir este dato y no saber nada es poca, razón por la cual ofrecemos una acepción un poco más amable para el público general: se trata de un tipo de presión osmótica causada por la diferencia de proteínas plasmáticas entre el plasma sanguíneo (dentro de los vasos sanguíneos) y el líquido intersticial (espacio entre las células, una sexta parte de los tejidos corporales).
Al ser los capilares sanguíneos poco permeables a las grandes proteínas plasmáticas (como es la albúmina), estas suelen mantenerse en el interior del plasma en vez de repartirse por el intersticio. Debido a este gradiente de concentración proteica (mayor en la sangre que en el líquido intersticial), el agua entra en los vasos sanguíneos buscando “equilibrar” esta diferencia. De forma resumida podemos decir que este evento mantiene la distribución correcta de los líquidos corporales en nuestro cuerpo y permite su movimiento.
Aun así, el mantenimiento de la presión oncótica simplemente por su presencia en el plasma no es la única función de la albúmina. Entre otras muchas más, podemos listar las siguientes:
- Facilita el metabolismo y la desintoxicación de diversas sustancias, como la bilirrubina, metales, iones o enzimas.
- Potencia la eliminación de radicales libres, productos nocivos generados durante la respiración celular.
- Transporta hormonas tiroideas y liposolubles.
- Transporta ácidos grasos libres y bilirrubina no conjugada, además de otras muchas sustancias.
- Controla el pH.
¿Qué es la prueba de la albúmina en sangre?
Por redundante que pueda sonar, es necesario esclarecer que la prueba de la albúmina en sangre mide la cantidad de albúmina en la sangre del paciente. Se trata de una cuantificación medible de la función hepática, pues al ser esta sintetizada en el hígado, aporta información de su estado y funcionamiento.
Por otro lado, un nivel bajo de albúmina en sangre también puede ser indicativo de fallos en la función renal, pues en estos casos esta proteína se excreta con la orina cuando no debería (evento conocido como albuminuria). Un riñón sano en ningún caso permite que la albúmina pase de la sangre a la orina.
En general, se suele recomendar esta prueba a los pacientes que acuden a la clínica por ictericia o color amarillento de la piel (aumento de la concentración de bilirrubina en los tejidos), pérdida de peso, cansancio, orina de color oscuro o dolores debajo de la costilla derecha, el lugar de localización del hígado.
La concentración de albúmina sérica normal es de 3,5 a 5 gramos por decilitro. Un valor más bajo de lo normal se conoce como hipoalbuminemia y puede indicar alguno de los siguientes trastornos que te resumimos de forma somera en las siguientes líneas.
1. Cirrosis hepática
Esta condición es la consecuencia final de una patología previa en la que las células del hígado se han ido destruyendo, lo que ha causado su sustitución por tejido cicatricial, reduciendo la efectividad del órgano en sí mismo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 27.000 personas mueren anualmente en los países de alto ingreso por esta condición que, para sorpresa de nadie, está vinculada al alcoholismo crónico. La cirrosis hepática no es la única condición que genera el alcoholismo, pues se calcula que más del 5% de todas las defunciones del mundo se deben a su consumo (ni más ni menos que 3.000.000).
2. Desnutrición
Más de 462 millones de personas repartidas por las zonas más desfavorecidas del planeta presentan signos de insuficiencia alimenticia. La hipoalbuminemia es una de ellas, pues se produce a causa de la falta de ingesta de proteínas.
La albúmina se sintetiza en el hígado a partir de los aminoácidos obtenidos debido al metabolismo de las proteínas dietéticas, razón por la cual los valores bajos de la misma y a desnutrición del paciente están claramente ligados.
3. Otras causas
Si bien la desnutrición y la cirrosis hepáticas suelen ser las causas más comunes de la falta de albúmina en sangre, existen otras muchas condiciones más que la propician. Te presentamos, para cerrar el tema de hoy, algunas de las más relevantes:
- Algún tipo de disfunción renal, como puede ser una infección en los riñones.
- Cáncer de hígado. Más de 800.000 personas son diagnosticadas con esta condición de forma anual.
- Insuficiencia cardíaca congestiva o pericarditis.
- Problemas del estómago, como los linfomas o la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII). Esto suele ir acompañado de náuseas, vómitos y diarreas.
- Como efecto secundario de otras enfermedades o la ingesta de ciertos fármacos.
Cabe destacar que en los pacientes con hipoalbuminemia se puede considerar la administración de albúmina con fines médicos. Su dosis y velocidad de administración dependen de las condiciones del individuo, las cuales consisten en su presión arterial, el pulso, el estado hemodinámico, las concentraciones de hemoglobina y el hematocrito, el contenido de proteínas en plasma (la presión oncótica antes descrita) y el grado de congestión venosa y pulmonar. Se pueden llegar a administrar un total de 125 gramos de albúmina cada 24 horas.
Resumen
Como hemos podido ver en este espacio, la albúmina es la proteína más presente en el plasma sanguíneo y realiza múltiples funciones: desde el transporte y metabolismo de diversas sustancias hasta el mantenimiento de la presión oncótica, esta molécula es esencial para el correcto equilibrio fisiológico del organismo.
Ya sea por una excreción excesiva por parte de los riñones o por una síntesis deficiente en el hígado, la falta de albúmina sérica se puede traducir en hinchazón de ciertas áreas corporales, fatiga, debilidad muscular y otros muchos signos clínicos más. A pesar de que esta condición pueda ser causada por muchos eventos, el alcoholismo y la desnutrición son dos de los más comunes. Una vez más, vemos que cada partícula que conforma nuestro cuerpo es esencial para el mantenimiento de la fisiología y funciones de nuestro cuerpo.
Referencias bibliográficas:
- Albúmina (en sangre), Mhealth.
- Albuminuria, NIDDK.
- Hankins, J. (2008). Función de la albúmina en el equilibrio hídrico. Nursing (Ed. española), 26(10), 42-43.
- Hipoalbuminemia, chemocare.com.
- Presión oncótica, Clínica Universidad de Navarra.