La cefalea tensional es un padecimiento común, incluso solemos restarle importancia cuando se presenta, a menos que se trate de un dolor demasiado intenso y persistente es poco usual que las personas tomen medidas para evitar este tipo de dolencia.
Respecto a los dolores de cabeza, la cefalea tensional es el tipo más habitual que existe. En este artículo veremos en qué consiste esta dolencia, cuáles son sus características y causas principales, las diferencias con otros tipos de cefaleas, además de su diagnóstico y tratamientos específicos.
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¿Qué es la cefalea tensional?
La cefalea tensional se trata de un dolor continuo alrededor de la cabeza, como si el sujeto tuviese una banda elástica muy apretada alrededor de su cráneo. Este dolor suele afectar sobre todo a la parte inferior de la cabeza, como por ejemplo la zona superior de la nuca, y también a los laterales y el área de los ojos.
La intensidad y la frecuencia de este tipo de cefalea son variables, pero por lo general la aparición de esta experiencia tiene que ver con los hábitos y las acciones realizadas durante las horas o minutos previos al momento en el que aparece este malestar.
A menudo los síntomas dependen de los niveles de estrés del sujeto, y cuando se presenta suele durar entre treinta minutos a dos horas.
Características de este tipo de cefalea
La cefalea tensional se caracteriza principalmente por un cuadro de tensión en zonas específicas del cuerpo que detonan el dolor de cabeza. Las zonas del cuerpo donde la presión genera este tipo de cefalea son las siguientes.
- Cuero cabelludo.
- Cabeza.
- Cara.
- Cuello.
- Hombros.
Cuando ocurre que los músculos de estas zonas se contraen producto de la tensión, muchas veces se genera la cefalea tensional. Sin embargo, no se sabe con seguridad si esta es la única causa de este tipo de dolor de cabeza, y lo más probable es que existan muchos más factores y variables en juego.
La prevalencia de esta afección ocurre mayormente en las personas adultas, sobre todo del género femenino. A continuación daremos un repaso a sus causas principales.
Principales causas
Estados de estrés, ansiedad, depresión, o los traumatismos a nivel del cráneo son las causas más comúnmente registradas en las cefaleas por tensión. Algunas de estas causas pueden ser de carácter hereditarias, lo cual generaría predisposición.
Con el paso del tiempo, ciertos trabajos específicos pueden producir cefalea tensional en las personas. Sobre todo aquellos empleos donde se requiere permanecer frente a un ordenador por mucho tiempo.
Los trabajos de laboratorio, donde es necesario el uso del microscopio durante un tiempo prolongado, también pueden causar este tipo de cefalea, así como otros trabajos donde la persona tenga que realizar un esfuerzo visual considerable durante mucho tiempo.
La posición del cuello influye de manera directa en los dolores de cabeza, mantener una posición atípica mientras estamos sentados o mientras dormimos hará que nuestro cuello se cargue de tensión muscular, lo que inevitablemente detonará el dolor cefálico.
Hábitos arriesgados
Los hábitos biológicos asociados a este tipo de dolor de cabeza son los siguientes: el consumo frecuente de bebidas alcohólicas, el exceso de cafeína durante el día (o la ausencia total de la misma) y el consumo exagerado de cigarrillos.
El hábito de rechinar los dientes de manera constante también puede ocasionar que el sujeto presente la cefalea tensional, debido a la tensión que se genera en los músculos del cuello y la cara.
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Diferencias con otras molestias similares
Como hemos visto anteriormente existen distintos tipos de cefaleas, y cada una de ellas presenta sus propias características. La diferencia más significativa es la zona donde se siente la mayor cantidad de tensión en la cabeza.
En las migrañas, aparece un dolor agudo normalmente en uno de los lados de la parte frontal de la cabeza, mientras que en la cefalea tensional el malestar es menos intenso y aparece alrededor de la cabeza. Por otro lado, en la cefalea producido por problemas en las cervicales, el dolor aparece en la parte trasera del cráneo, detrás de la coronilla.
Otros tipos de dolores de cabeza menos frecuentes son las cefaleas por esfuerzo físico, por relación sexual y por crioestímulo. En estos tipos de dolor de cabeza la causa no responde a orígenes emocionales u orgánicos, sino que se trata de situaciones puntuales que causan el malestar.
Diagnóstico
Mediante una entrevista semiestructurada se le pide al paciente que describa su dolor de cabeza, clasificando en una escala los niveles según la intensidad y la frecuencia en los que se presenta. Además, normalmente se requiere de un electroencefalograma para descartar cualquier causa orgánica muy concreta si el dolor es muy intenso o frecuente.
Tratamientos
Una vez realizado el diagnóstico se determina el mejor tratamiento para controlar o eliminar los dolores de cabeza, que se adapta en cada caso teniendo en cuenta las características de la persona y sus hábitos. En muchas ocasiones se emplea la terapia cognitivo conductual, para identificar y modificar los pensamientos negativos que generan el estrés y la ansiedad en el sujeto.
Cuando el dolor de cabeza es agudo e intenso, lo más recomendable sería tomar algún medicamento para calmarlo; el ibuprofeno es uno de los fármacos más frecuentes en esas circunstancias, y su uso debe estar recetado por el médico. Bajo ninguna circunstancia debemos automedicarnos, ya que las consecuencias pueden ser peores, desde sangrados nasales hasta problemas renales.
Algunas cosas que podemos hacer para prevenir los dolores de cabeza en nuestra vida son las siguientes:
- Alejarnos de factores estresantes.
- Mantener una alimentación equilibrada.
- Hacer ejercicio con regularidad.
- Evitar el uso de aparatos electrónicos antes de dormir.
Referencias bibliográficas:
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