Los fármacos antiinflamatorios están entre los medicamentos más consumidos. Estos medicamentos se usan para reducir la fiebre, el dolor y los procesos inflamatorios, motivos por lo que son tan consumidos, añadido al hecho de que son de venta libre.
Todos tenemos en nuestra casa ibuprofeno, aspirinas o incluso enantyum, fármacos a los que solemos recurrir de vez en cuando gracias a su gran efectividad para reducir las molestias asociadas a un mal gesto o a alguna infección.
Como todos los medicamentos, los antiinflamatorios suponen una serie de riesgos y pueden implicar efectos secundarios, aunque en la mayoría de los casos son muy seguros. Hoy vamos a hablar sobre cuáles son los principales tipos de antiinflamatorios y algunos de sus usos.
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¿Qué son los antiinflamatorios?
Los medicamentos antiinflamatorios son fármacos que, como su propio nombre indica, tienen como principal función reducir la inflamación en algún tejido u órgano. Las inflamaciones pueden deberse a alguna infección, reacciones inmunes, lesiones o cualquier otro proceso que hace que un tejido corporal se inflamen, fenómenos todos ellos que son combatidos por medio del consumo de antiinflamatorios.
Cuando se consumen estos fármacos, sus principios activos viajan por el torrente sanguíneo y se lleva a cabo su principal acción, que es la de impedir que el organismo genere prostaglandinas, unas moléculas que son responsables de disparar los procesos inflamatorios del organismo. Es por culpa de estas moléculas que, cuando sufrimos algún tipo de daño donde hay inflamación, nuestra sensibilidad al dolor se incrementa en esa región.
Como los antiinflamatorios reducen la producción de prostaglandinas reducen los procesos inflamatorios y, además, nos vuelven más resistentes al dolor durante un período de tiempo determinado.
Por este motivo, tras la toma de uno de estos fármacos, nuestro dolor y malestar se reduce, independientemente de si es en un órgano, tejido o en varias partes de nuestro organismo. Básicamente, lo que hacen es “adormecer” a los receptores del dolor. Añadido a esto, los antiinflamatorios tienen efecto antitérmico, es decir, reducen la temperatura corporal y, por ello, bajan la fiebre cuando son tomados.
Clases de antiinflamatorios
Se considera que existen dos grandes grupos de antiinflamatorios.
1. Antiinflamatorios corticosteroides
Los antiinflamatorios corticosteroides son medicamentos cuyo principio activo es la cortisona o sus derivados. Debido a sus efectos secundarios, los antiinflamatorios con cortisona solo se pueden recetar para casos muy específicos.
Entre ellos tenemos la propia cortisona, la dexametasona, la hidrocortisona, el fosfato de sodio, la prednisona y la metilprednisolona. Su consumo no suele ser habitual y suelen ser recetados para la artritis y molestias asociadas.
2. Antiinflamatorios no esteroideos
Los antiinflamatorios no esteroideos o AINE son fármacos cuyos principios activos se encuentran componentes bastante conocidos en la cultura popular, como el ibuprofeno, el dexketoprofeno o el naproxeno.
Estos fármacos son más populares y más recetados porque tienen una mejor tolerancia. No obstante, no hay que confiarse, puesto que su mal uso puede suponer problemas en el sistema digestivo, deteriorar el riñón y aumentar la presión arterial. Es por este motivo que, aunque sean medicamentos cotidianos, se deben seguir las indicaciones que dé el farmacéutico y el médico.
3. ¿Son los FARME un tipo de antiinflamatorio?
Cabe mencionar que, si bien no se los considera como antiinflamatorios per se, los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad o FARME entran dentro de la categoría de medicamentos con propiedades antiinflamatorias.
Entre estos fármacos encontramos la penicilamina, la cloroquina y el metotrexato, que tienen la peculiaridad de que influyen sobre la artritis reumatoide, al igual que sucede con muchos antiinflamatorios. En este caso, estos fármacos enlentecen el progreso de la enfermedad, aparentemente modificando el sistema inmunológico y reduciendo el dolor asociado con la enfermedad.
Los 10 tipos de antiinflamatorio más comunes
Más allá de la clasificación anterior, hay diferentes tipos de antiinflamatorios que varían tanto en el tiempo en que tardan en hacer efecto en el organismo como en su potencia. También varía la cantidad de efectos secundarios que pueden traer consigo y los riesgos potenciales. A continuación veremos los antiinflamatorios más comunes y para qué dolencias son tomados.
1. Ibuprofeno
El ibuprofeno o ácido (RS)-2-(4-isobutilfenil)propanoico es uno de los antiinflamatorios más conocidos, puede que el que más. Dispone de alta efectividad y supone muy pocos daños al organismo, por ello que sea tan consumido. Además de aliviar el dolor, este medicamento reduce los procesos inflamatorios y baja la fiebre.
Está indicado para todas las infecciones que cursan con fiebre, además de para aliviar el dolor de cabeza, reducir los dolores menstruales, aliviar el dolor después de una lesión deportiva, bajar la inflamación de la boca y la garganta y reducir los síntomas de la artritis. A diferencia de otros medicamentos, el ibuprofeno ha demostrado ser útil también para aliviar la sintomatología asociada a los ataques o episodios de migrañas.
Como precaución e indicación primordial, es importante consumirlo únicamente cuando se presente alguno de los síntomas que hemos mencionado y siempre respetando la dosis máxima de 600 mg cada 8 horas, aunque con 400 mg ya se obtiene bastante alivio.
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2. Aspirina
La aspirina es también un fármaco antiinflamatorio bastante conocido a nivel mundial. Su nombre completo es el de ácido acetilsalicílico y tiene propiedades analgésicas, antitérmicas y de alivio de la inflamación. Si bien cumple con las mismas funciones que el ibuprofeno, la aspirina es comúnmente usada para aliviar el dolor de cabeza.
Cabe decir que este antiinflamatorio tiene un problema, que es el de que tiene efectos antiagregantes, es decir, reduce la capacidad de coagulación sanguínea con lo que una vez se ha tomado este medicamento, si se sufre un corte, es más difícil que la herida sane.
3. Paracetamol
Puede que a alguno le sorprenda añadir al paracetamol a esta lista. ¿El motivo? Pues porque técnicamente no es un antiinflamatorio. No pertenece a este grupo de medicamentos pero tiene la particularidad de que tiene propiedades similares a ellos.
El paracetamol tiene propiedades analgésicas y es útil para bajar la fiebre, aunque no reduce la inflamación y por ello no se le puede considerar como un antiinflamatorio.
Este fármaco es recomendado para aliviar un poco el dolor de cabeza, el dolor muscular, el dolor de espalda y reducir la fiebre. No obstante, no se puede recomendar para aliviar la inflamación asociada cuando hay golpes, traumatismos, lesiones ni artritis porque no tiene efecto antiinflamatorio y por lo tanto no reduce el dolor asociado a estas lesiones.
Tiene dos nombres en la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada): N-(4-hidroxifenil) acetamida y N-(4-hidroxifenil) etanamida
4. Celecoxib
El celecoxib o 4-[5-(4-metilfenil)-3-(trifluorometil)pirazol-1-il]benzeno sulfonamida es un antiinflamatorio que se usa para aliviar el dolor que aparece tras una lesión o un traumatismo. También es usado para reducir la sintomatología de la artritis y rebajar los dolores propios de los períodos menstruales.
Es importante destacar que este medicamento es bastante reciente y, a pesar de que se ha encontrado que posee una alta efectividad y que implica un riesgo menor de sufrir problemas gastrointestinales y otros efectos secundarios propios de los AINES, es un tratamiento bastante más caro en comparación con otros antiinflamatorios como el ibuprofeno, el paracetamol o la aspirina.
5. Enantyum
El enantyum o ácido (2S)-2-[3-(benzoil)fenil]propanoicoes, también conocido como dexketoprofeno un antiinflamatorio muy potente, tanto que no se debería tomar sin la supervisión de un médico. Su consumo debe limitarse a períodos cortos, como mucho de una semana. Sirve para tratar el dolor agudo durante situaciones bastante dolorosas, como por ejemplo el postoperatorio o para casos muy graves de dolor de espalda, muscular y traumatismos serios.
6. Flurbiprofeno
El flurbiprofeno, también conocido como Strepfen, Ansaid, Ocufen y con nombre IUPAC de ácido (±)-2-fluoro-α-metil-(1,1'-bifenil)-4-acético es un antiinflamatorio usado para aliviar el dolor, reducir la inflamación, bajar la sensibilidad y evitar la rigidez asociada a la artritis. Este fármaco no está recomendado en personas que no tengan artritis, ni se usa para aliviar otras dolencias ni para bajar la fiebre debido a su potencial.
7. Naproxeno
El naproxeno o ácido (S)-2-(6-metoxi-2-naftil)propanoico sirve para reducir la fiebre, posee propiedades antiinflamatorias y acción analgésica. Este medicamento no suele usarse para tratar dolores leves o para bajar la fiebre, sino para tratar la artritis, la artrosis, la tendinitis, las migrañas y la bursitis.
8. Fenilbutazona
La fenilbutazona (4-butil-1,2-difenilpirazolidina-3,5-diona) es un antiinflamatorio muy potente, solo administrado cuando otros fármacos no han resultado de ayuda, y siempre es usado para tratar casos muy graves de dolor crónico, incluyéndose los síntomas de la artritis.
Tiene como problema asociado la reducción de los niveles de glóbulos rojos y glóbulos blancos, motivo por el cual siempre se intenta evitar su administración o usarlo como último recurso en la reducción del dolor.
9. Piroxicam
El piroxicam es un fármaco antiinflamatorio muy potente usado para aliviar los síntomas de la artritis, el dolor menstrual agudo y fuerte y para reducir el dolor después de una operación quirúrgica. Suele administrarse también para cuando hay un dolor asociado a problemas de la próstata. Su nombre en la IUPAC es (8E)-8-[hidroxi-(piridin-2-ilamino)metilidene]- 9-metil-10,10-dioxo-10λ6-tia-9-azabiciclo[4.4.0] deca-1,3,5-trien-7-ona
10. Diclofenaco
El diclofenaco es otro antiinflamatorio usado para tratar dolores asociados a la artritis y otros síntomas, además de para reducir el dolor asociado a los períodos menstruales y para tratar la migraña. Cabe decir que este medicamento no sirve para prevenir migrañas ni tampoco para evitar otros tipos de dolores de cabeza. Su nombre sistemático es ácido 2-(2-[(2,6-diclorofenyl)amino]fenil)acético.
¿Qué efectos secundarios pueden tener?
Pese a que muchos antiinflamatorios son de venta libre no debemos olvidar que son fármacos, medicamentos que pueden provocar efectos secundarios tanto aleatorios como asociados a la sobredosificación. No dejan de ser sustancias químicas que interactúan con nuestro organismo y que, a pesar de resultarnos ser tan útiles, el cuerpo puede interpretar su presencia como un tóxico al que combatir.
Cuando se ingiere cualquier fármaco se deben respetar las indicaciones, en las cuales se indica la dosis diaria máxima en función de la edad, para qué dolencias se deben tomar y otras instrucciones. Nunca se deben tomar estos medicamentos con el estómago vacío y siempre se debe respetar las horas entre una toma y la siguiente. En caso de que estas indicaciones no sean respetadas se corre el riesgo de padecer problemas de salud que, aunque suelen ser casos leves, pueden complicarse y suponer daños importantes.
Cerca de un 20% de las personas que consumen algún antiinflamatorio de forma inapropiada (mayormente abuso y mal uso) pueden llegar a presentar problemas estomacales como ardor, pesadez de estómago o dolor abdominal. Es común que haya problemas digestivos e intestinales debido a que este tipo de fármacos tienen como inconveniente que irritan el epitelio del aparato digestivo.
El consumo de antiinflamatorios puede derivar en problemas estomacales serios. Si bien esto se da en un porcentaje bastante pequeño, de tan solo un 2% de los casos y mayormente asociados a un uso abusivo de los mismos, puede provocar daños asociados a la irritación del tubo digestivo, entre ellos úlceras estomacales o en el duodeno. Incluso se pueden dar condiciones médicas graves como hemorragias internas.
Teniendo en cuenta todo esto, es muy importante hacer un uso responsable de los antiinflamatorios, además de tomar el adecuado para la dolencia médica que se sufra y recibir el seguimiento de un profesional. No todos los antiinflamatorios son iguales, cada uno tiene unos riesgos asociados y, además, se deben tomar en cantidades diferentes en función de la edad, el tipo de paciente y la gravedad del proceso inflamatorio para el que se quiere usar.
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