Como muchas familias sabrán, la convivencia satisfactoria en el hogar no es algo que surja espontáneamente, sino más bién debe practicarse de forma consciente por todos los miembros de esta. Y eso, en ocasiones, no es una tarea sencilla.
Mediante la aplicación de normas de convivencia de en casa, se garantiza una convivencia y entendimientos positivos, así como se fomenta el respeto entre todos los miembros de la familia. A continuación, explicamos cómo crear y aplicar estas normas.
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¿Por qué es necesario aplicar normas de convivencia en casa?
Dentro de las dinámicas familiares es necesario aplicar una serie de normas de convivencia que faciliten la coexistencia y favorezcan la armonía y la concordia.
Esta elaboración y aplicación de una serie de reglas, en las que se incluyen tanto los derechos como deberes de aquellos que vivan bajo el mismo techo, es imprescindible independientemente del número de habitantes de la casa; siendo necesaria tanto para parejas sin hijos como para familias de cualquier tipo o número.
En los casos de núcleos familiares con hijos ayudará a establecer unos límites a la conducta de los más jóvenes o pequeños. De esta manera se podrán predecir y controlar aquellas situaciones que puedan generar un conflicto.
No obstante, el objetivo de la aplicación de normas y deberes en casa no es solamente que los hijos cumplan con una serie de obligaciones. Es necesario que los padres comprendan que para sus hijos cumplan las normas ellos también deben incentivarlas; siendo los primeros en cumplirlas y reconocer el esfuerzo de estos.
A largo plazo, el hecho de haber crecido en un contexto reglado, el cual les proporciona una serie de deberes, desarrollará el sentido de responsabilidad de los hijos. Cosa que les ayudará en su futura vida adulta. Sin embargo, la flexibilidad es clave para que este contexto no se convierta en un suplicio para los hijos.
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¿Cómo crear y aplicar normas en casa?
Para llevar a la práctica la aplicación de normas de convivencia, ten en cuenta lo siguiente.
Crear normas de convivencia
El primer paso a la hora de crear un ambiente reglado es establecer qué normas o pautas se deben seguir en casa, tanto a nivel general como individual. La razón es lógica, no se le puede exigir a ninguna persona que siga unas normas que no conoce. Asimismo, no se puede intentar regular el comportamiento de un niño si no se ha preestablecido qué es aceptable en casa y qué no.
En este primer paso, los padres son los encargados de crear una serie de reglas para el hogar. Una buena idea si los hijos ya tienen capacidad de comprensión, es crear las reglas entre todos llegando a un consenso, puesto que de esta manera el compromiso será mucho mayor.
A pesar de que cada familia puede establecer las normas según su criterio y valores familiares, estas reglas deben de cumplir una serie de características que las hacen mucho más efectivas:
- Deben ser imparciales.
- Deben ser claras y fácilmente interpretables.
- En las normas individuales, estas deben de corresponderse con el nivel de madurez de cada uno de los miembros.
- Deben ser informadas a todos los miembros de la familia.
- Deben poder cumplirse y ser aceptadas por todos.
- Pueden incluir un condicionamiento.
Establecer unas consecuencias
Tan importante como crear las normas de convivencias es establecer o determinar qué ocurrirá tanto cuando se cumplan como cuando no.
De esta forma, los efectos podran ser positivos en el caso de que se sigan las normas o negativos en aquellos casos en los que no se lleven a cabo. Es importante saber, que las consecuencias positivas siempre van a ejercer un efecto mucho más seductor y serán más eficaces que los castigos.
La principal característica que deben tener estas consecuencias es que deben ser inmediatas. De esta manera, tanto los castigos como las recompensas deben aplicarse lo más pronto posible una vez efectuada, o no, la conducta. De está forma, la relación entre acción y consecuencia será más fuerte y la conducta se automatizará de forma rápida.
Por otra parte, la segunda característica a tener en cuenta es que la gravedad o repercusión de estas consecuencias deben de corresponderse a la importancia de la norma. Es decir, las consecuencias, tanto positivas como negativas, han de ser proporcionadas a los actos.
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El papel de los padres en la aplicación de las normas
Aquellos padres que sientan la necesidad de aplicar normas de convivencia en casa deben saber que su papel no se limita a ser policías que guardan por el cumplimiento de las normas, sino que además, deben guiar y favorecer los comportamientos adecuados de sus hijos o del resto de miembros de la unidad familiar.
A pesar de que esto parezca lógico, no se cumple en todos los casos. Por lo tanto, es necesario que los padres sepan que ellos también deben respetar las reglas, puesto que son el primer punto de referencia de sus hijos. Y que en el caso de no hacerlo, esto podría suponer el florecer una gran cantidad de conflictos con el resto de la familia.
Consejos para implantar normas de convivencia
A continuación se presentan una serie de consejos o tips concretos para que crear y aplicar normas en casa sea mucho más fácil y llevadero tanto para padres como para hijos.
1. Diálogo
Es necesario que exista un diálogo que permita socializar las reglas. Mediante estas conversaciones todos los miembros del hogar podr´na comprender el porqué de estas y su importancia.
Asimismo, este diálogo permitirá a los más pequeños expresar sus puntos de vista y facilitará el respeto a las normas por parte de todos.
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2. Normas que faciliten la convivencia
Con el objetivo de que todos respeten las reglas de convivencia estas deben poseer un fin claro y sencillo: mejorar la convivencia familiar. Por consiguiente, estas deben ser explicadas de un modo consecuente con esta finalidad.
3. Beneficios para todos
Independientemente del contenido de estas, las normas establecidas deben beneficiar a todos los miembros de la familia de igual manera. Es decir, estas deben ser igualitarias y ofrecer los mismos beneficios y obligaciones para todos.
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4. Predicar con el ejemplo
En muchos contextos lo niños aprenden mediante imitación, por lo tanto, el ejemplo de los padres es esencial para que ellos interioricen las conductas que los progenitores desean ver en ellos.
5. Flexibilidad
A pesar de que uno de los objetivos de las normas es que estas se lleven a cabo, es contraproducente obsesionarse con ellas. Tanto padres como hijos deben presentar cierto grado de flexibilidad, de esta forma la convivencia será mucho más satisfactoria y el cumplimiento de las normas no se convertirá en una carga.