Las teorías de la conspiración, o conspiranoias, son explicaciones alternativas a las oficiales, comparten la creencia básica de que ciertos sucesos importantes en la historia han sido manipulados de forma malintencionada por fuerzas ocultas y misteriosas.
“La pandemia del coronavirus es un plan secreto, ideado por Bill Gates para implantar microchips rastreables en las personas.” “La vacuna contra el COVID puede alterar el ADN.” “Las vacunas contienen el tejido pulmonar de un feto abortado.” “La tasa de recuperación de la enfermedad es de 99,97%”. etc. No sé cuántas de estas teorías habremos escuchado últimamente.
Las teorías de la conspiración, no son algo nuevo, en todas las épocas de la historia ha habido teorías de la conspiración. Pero parece que últimamente, están creciendo a un ritmo exponencial. ¿Por qué cada vez más gente cree en las teorías conspirativas? En este artículo vamos a tratar de responder a esta pregunta presentando las características de las teorías conspirativas y los (relativos) beneficios psicológicos que obtienen las personas que las comparten.
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¿Qué son las teorías de la conspiración?
En todas las épocas de la historia ha habido teorías de la conspiración, pero han aumentado exponencialmente los últimos años, con Internet y recientemente con la pandemia. Incluso, para hacer frente a esta tendencia, la Comisión Europea y la UNESCO han publicado una serie de infografías educativas para ayudar a los ciudadanos a identificar, desmentir y contrarrestarlas.
Las teorías de la conspiración presentan seis puntos en común en su narrativa: la existencia de un supuesto complot secreto, la presentación de un grupo de conspiradores, la prueba irrefutable de la teoría, la idea básica que nada sucede por azar y que las coincidencias no existen, la división del mundo entre buenos y malos, y un grupo concreto de personas malvadas con intereses oscuros.
Estas teorías aparecen como una explicación lógica a acontecimientos difíciles de entender, proporcionanando una falsa sensación de control. Esta necesidad de claridad es aún más fuerte en tiempos inciertos como los que hemos vivido con la pandemia.
Las teorías de la conspiración suelen comenzar con sospechas sobre quién se beneficia del hecho o la situación, y así se identifican un grupo de conspiradores. Después se busca cualquier "prueba" que haga que la teoría encaje. Aunque en algunas teorías, como en el caso de las terraplanistas, podemos dudar bastante del beneficio que obtiene la NASA, ocultando que la tierra es en realidad plana.
Una vez se ha sembrado, la teoría de la conspiración crece rápidamente, sobre todo gracias a Internet y las redes sociales. Son difíciles de refutar porque cualquier persona que lo intente puede ser vista como parte de la conspiración: por ejemplo los medios de comunicación mainstream y los telediarios mienten porque también están comprados por los mismos poderes ocultos que los utilizan como órganos de difusión de sus mentiras.
Las teorías pueden provenir de cualquiera, y todo el mundo gracias a Internet, no solo el presidente de Estados Unidos, puede difundir una teoría de la conspiración a nivel global.
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Principales características de las teorías de la conspiración
Actualmente, las teorías de la conspiración son un ámbito de investigación emergente dentro de la psicología social, que les otorga una serie de principios:
- Son consecuentes, tienen un impacto en la realidad práctica de las personas.
- Son universales, en todas las épocas, culturas y entornos sociales han existido teorías conspirativas.
- Son emocionales, ya que son las emociones y no las deliberaciones racionales las que provocan las creencias conspirativas.
- Son sociales, las creencias conspirativas están estrechamente relacionadas con las motivaciones psicológicas del conflicto entre grupos.
1. Son consecuentes
Las creencias de conspiración son consecuentes. Incluso si es muy poco probable que las teorías de la conspiración sean ciertas, es innegable que estas tienen un impacto en aspectos importantes de la vida, como la salud, las relaciones y la seguridad de las personas. Tenemos muchas pruebas de que lo que creemos afecta a nuestro comportamiento, aunque lo que creamos pueda ser falso o completamente descabellado produce un comportamiento que tiene consecuencias reales. El hecho de ser negacionista del cambio climático hará que no te preocupes de reciclar.
2. Son universales
Las creencias de conspiración son de las cosas más universales que existen. No se limitan a una era o cultura en particular, se propagan alrededor de todo el y no importa la clase social, todo el mundo es susceptible a las teorías de la conspiración, desde el vecino de abajo hasta Donald Trump. De hecho, la tendencia a sospechar la posibilidad de que otros estén conspirando contra ti y tu equipo podría ser parte de la naturaleza humana.
La hipótesis de la conspiración adaptativa propone que, si bien las teorías de la conspiración ahora mismo no nos sirven para nada, sí eran importantes entre los antiguos cazadores-recolectores que enfrentaban frecuentes conflictos entre grupos.
Las conspiraciones reales sí eran frecuentes entre nuestros ancestros. Por esto y según este modelo, los humanos desarrollaron un sistema de detección de conspiraciones, un sistema que se activa mediante señales específicas asociadas con una mayor probabilidad de alianzas hostiles para protegernos de conspiraciones peligrosas.
3. Las creencias conspirativas son emocionales
Sería tentador suponer que la creencia en las teorías de la conspiración está estrechamente relacionada con un alto grado de pensamiento crítico, ya que incluso las teorías de la conspiración más irracionales suelen estar respaldadas por una serie de argumentos elaborados, lo que podría indicar que la creencia en las teorías de la conspiración se basa en procesos de pensamiento racional.
Por ejemplo, las teorías de la conspiración sobre la llegada del hombre a la luna, que afirman que se filmaron en un estudio de televisión, a menudo se justifican mediante un análisis minucioso, con argumentos físicos muy elaborados, de la falta de viento en la luna y el aparente movimiento de la bandera en las grabaciones. Si compartes esta teoría, tienes que saber que después de Neil Armstrong, 12 astronautas han pisado la luna.
Sin embargo, los datos surgidos de la investigación sugieren que un nivel cultural alto no está detrás de estas teorías. Por ejemplo, la gente con educación superior tiene una menor propensión a creer en teorías conspirativas. Las creencias conspirativas se relacionan con la intuición más que con el pensamiento analítico. Está demostrado que las experiencias emocionales desagradables aumentan la necesidad de la personas de creer en algo y así encontrar un sentido a los hechos que han vivido.
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4. Las creencias conspirativas son sociales
Las teorías de la conspiración son un fenómeno social porque reflejan la estructura básica del conflicto entre grupos. Una buena teoría de la conspiración implica la existencia de alianzas o grupos externos hostiles y malvados, iluminatis, empresas farmaceúticas, reptilianos etc. Además, estas conspiraciones a menudo planean no solo dañar o engañar a individuos, sino también a grupos más grandes, de hecho plantean casi siempre que quieren engañar a la población mundial.
Después de conocer sus características, veamos qué beneficios psicológicos puede aportar creer en las teorías conspirativas.
¿Existen ventajas de creer en teorías conspirativas?
Las teorías conspirativas son paradójicas. Por un lado, pueden dar una sensación de seguridad, como las teorías “negacionistas” de la realidad (COVID, cambio climático) estoy tranquilo porque esto no me afecta. Pero por otro lado, generan la amenaza de un poder perverso, que quiere manipularme. Por eso hay que preguntarse: ¿Cuáles son realmente las ventajas de creer en las teorías conspirativas?
La investigación demuestra que las teorías de la conspiración tienen efectos reales en la salud, las relaciones y la seguridad de las personas. La investigación basada en la experiencia ha destacado principalmente sus efectos negativos. La creencia en las teorías de la conspiración se asocia con una peor salud, una menor felicidad y un deterioro de las relaciones sociales. También dañan a la sociedad al reducir el apoyo público a las políticas sociales para abordar problemas reales como el cambio climático y la pandemia de coronavirus. También están asociadas con movimientos populistas, políticas extremistas y activismo violento.
Pero por otro lado, las teorías de la conspiración contribuyen al significado y el propósito.
Las teorías de la conspiración como mecanismo de defensa del ego
Se sabe que las personas son más propensas a radicalizarse tras sufrir experiencias de pérdida de significado. El hecho de creer en algo más grande que ellos mismos hace que la gente se sienta importante y especial, otorgándoles un nuevo propósito y sentido de pertenencia.
En este sentido, las teorías conspirativas también pueden crear una sensación de propósito al dar la impresión de que se está descubriendo algo verdaderamente importante sobre el funcionamiento oculto del mundo. Las creencias conspirativas también permiten sentirse único y especial, por lo que pueden reflejarse positivamente en la autopercepción positiva de las personas, como se ven a ellos mismos. A través de las teorías conspirativas la gente puede establecer su superioridad a los demás y también la de su grupo, lo que se conoce como narcisismo colectivo.
En conclusión, las teorías de la conspiración ayudan a las personas a defender un ego frágil al exagerar la importancia de ellos mismos y de sus grupos.
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La teoría de la conspiración como herramienta de racionalización
Las creencias conspirativas están asociadas con el comportamiento antisocial y con quienes rechazan cumplir las normas, por ejemplo rechazando las vacunas y el confinamiento. Las teorías de la conspiración legitiman por una parte este comportamiento y, por otro, lo fomentan.
Gracias a las teorías de la conspiración se pueden justificar comportamientos que, con o sin pruebas, no serían socialmente aceptables. Por lo tanto, las teorías de la conspiración facilitan el proceso de racionalización, mediante el cual las personas intentamos justificarnos a nosotros mismos y a los demás nuestros comportamientos.
Esta idea es consistente con la teoría clásica de la disonancia cognitiva, la incomodidad psicológica que sentimos cuando nuestras mentes tienen dos conceptos contradictorios al mismo tiempo: debería dejar de fumar por salud, pero no debería porque me gusta mucho fumar y lo disfruto.
La flexibilidad de las teorías conspirativas ayuda a quienes las comparten a redefinir estos comportamientos no saludables en comportamientos saludables, por ejemplo saltarse el confinamiento, al considerar que las compañías farmacéuticas son el diablo o BIll Gates nos engaña y el Coronavirus no existe. Aunque estas acciones no son buenas para sí mismas , ni para la sociedad, las creencias conspirativas pueden hacer que sean consideradas razonables y aceptables por el resto.
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La teoría de la conspiración como entretenimento
La tercera forma en que las teorías de la conspiración contribuyen al significado y el propósito es crear una realidad alternativa que sea emocionante, espectacular y convincente. Según los “ufólogos”, los reptilianos son poderosos guerreros cuya misión consiste en dominar y esclavizar a la especie humana.
Las teorías de la conspiración a menudo describen la lucha típica entre el bien y el mal, presentando un mundo misterioso, y cuestionando los roles de los poderosos como políticos o celebridades (que nos suelen caer mal o les tenemos cierta envidia). Es normal que muchas obras de ficción, incluidas novelas, obras de teatro y películas, se centran en la conspiración.
En las teorías de la conspiración convierten a quienes creen en actores de esas narraciones espectaculares y les da la oportunidad de de enfrentarse a misterios. Sobre todo creer en las teorías de la conspiración proporciona un gran entretenimiento.
Sin embargo, los procesos y beneficios descritos como beneficiosos lo son sólo a corto plazo. Si bien la construcción de una realidad alternativa puede ser atractiva, existe el riesgo de creérsela demasiado. Muchos de los efectos nocivos de las teorías de la conspiración surgen al promover elecciones basadas en estas creencias que pueden tener consecuencias negativas en la vida real (como negar el cambio climático) de las personas y también del entorno.