En los países con un fuerte arraigo del cristianismo, es prácticamente imposible tener una visión objetiva y neutral acerca de lo que es la navidad; esto es así porque, desde hace décadas, se ha puesto en marcha toda una maquinaria publicitaria y propagandística acerca de cómo debemos sentirnos ante la llegada de estos días del año, y acerca de los sentimientos que predominan en la sociedad a finales del mes de diciembre.
Se habla acerca del “espíritu navideño” como algo que debe expresarse a través de las acciones de todo el mundo, incluso de quienes no son cristianos; esto es así porque la importancia de estas festividades está tan impresa en la cultura occidental que se generan una serie de rituales y expectativas que van más allá de lo religioso. Y esto se refleja sobre todo en la presión social que miles de personas experimentan a la hora de afrontar las obligaciones familiares asociadas a las cenas y reuniones de navidad. Veamos cómo afrontar este fenómeno.
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Las fuentes de estrés ante las obligaciones familiares en navidad
Como hemos visto, la navidad llega repleta de expectativas altas acerca de cómo deben ser las fiestas navideñas perfectas; y si a esto le sumamos que durante estos días se suelen llevar a cabo las reuniones familiares más importantes del año en cientos de hogares, se forma el cóctel perfecto para el estrés y los problemas de ansiedad. Es decir, que si planear y ejecutar las cenas y comidas en familia ya es un desafío intelectual, también lo es en lo relativo a la gestión de las emociones.
En este sentido, destacan los siguientes elementos generadores de estrés ante las obligaciones familiares vinculadas a la navidad:
- Necesidad de planear la logística para reunir a personas que viven en ciudades distintas, a veces muy lejanas.
- Expectativas altas acerca de lo que se comerá en las cenas y comidas de navidad (en muchas familias, se presupone que será comida casera).
- El desafío de reunir en una misma habitación a familiares que no se llevan bien sin que se vean incomodados o surjan conflictos.
- La necesidad de ayudar a los mayores o de compatibilizar estas tareas con el cuidado de hijos pequeños.
- La necesidad de limpiar y ordenar la casa para que esté perfecta si llegan invitados.
- La presión social que nos lleva a pensar en qué regalar a los familiares (y a controlar esos gastos para llegar a fin de mes).
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¿Cómo afrontar las obligaciones familiares en fechas navideñas?
Estas recomendaciones generales te pueden ayudar a afrontar las obligaciones familiares:
1. Haz un listado de las principales tareas “extra” a realizar y ordénalas
El primer paso es tener un “mapa mental” de las obligaciones que debes afrontar durante el mes de diciembre y que no deberías afrontar durante el resto del año. Para ello, haz un listado en el que apuntes todas estas tareas a realizar. Luego, haz otro listado ordenándolas según su grado de urgencia, y otro ordenándolas según su grado de dificultad.
Teniendo a la vista estos dos últimos listados, es recomendable que te ocupes antes de las obligaciones más urgentes y las más sencillas, combinando ambos criterios. De esta manera te será más sencillo centrar tu atención solo en esas responsabilidades y no dejarte intimidar por el conjunto de cosas por hacer, dado que esto último podría paralizarse debido al exceso de ansiedad.
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2. Busca ayuda si lo necesitas, y ofrece la tuya
Precisamente porque se trata de obligaciones familiares, debes tener en cuenta que el modo de afrontarlas no tiene por qué ser individualista. Deja saber a las personas más cercanas a ti que necesitas ayuda si ves que la situación te sobrepasa, en un contexto de relaciones en el que ellos también saben que pueden contar contigo. Delegar tareas no es nada malo.
3. Planea los gastos desde un inicio
Establece límites de gasto con periodicidad semanal para que no se te vayan de las manos las finanzas personales; recuerda que las navidades van acompañadas de una gran presión mediática que nos lleva a intentar gestionar las relaciones afectivas a través de la compra de productos.
4. Expresa con asertividad tus límites y tus necesidades
Una relación familiar sana es aquella en la que cada individuo tiene la capacidad de fijar sus propios límites, en vez de tener que asumir un rol de sumisión ante las peticiones de los demás. Aprender a decir que no a tiempo es la mejor manera de prevenir una acumulación excesiva de tareas a realizar. Por eso, es importante que potencies tus habilidades de comunicación asertiva.
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