9 ejemplos de Sesgos de Género en Medicina

Los sesgos de género en medicina son peligrosos y dificultan una práctica médica adecuada,

9 ejemplos de Sesgos de Género en Medicina

Vivimos en una sociedad patriarcal y machista que se ha construido mediante la diferenciación de género en todos sus ámbitos, poniendo siempre en una posición inferior el género femenino frente al masculino. Esto se produce y mantiene mediante la socialización de género, incorporando en nuestra educación e inputs diarios de manera inconsciente la valorización positiva al género masculino y el castigo de las actitudes femeninas.

Una forma muy sencilla de representar y tomar consciencia de esto es mediante la representación del género en diferentes profesiones o trabajos. Hoy en día, los trabajos que representan el cuidado, tales como los derivados de la enfermería o la psicología, son fundamentalmente llevados a cabo por mujeres, frente a la inmensa presencia masculina en los trabajos representativos de la industria de la construcción o la industria.

Afortunadamente, los tiempos cambian y nos hacemos más conscientes de los estereotipos de género a destruir. Una manera de romper con estos estereotipos de género y creencias desarrolladas como resultado de la socialización de género es mediante la toma de conciencia de la presencia de los sesgos de género en diferentes contextos, aprendiendo sobre las formas en las que el género modula nuestras acciones y diferencia a las personas, infravalorando constantemente a las mujeres.

En este artículo, vamos a hablar de sesgos de género en el mundo de la Medicina, proponiendo diferentes ejemplos que nos hagan reflexionar en torno al trato igualitario o no de hombres y mujeres en el sector médico y clínico y en el diagnóstico y desarrollo de tratamientos para las personas enfermas.

¿Qué son los sesgos de género?

Los sesgos de género en el ámbito de la Medicina pueden referirse a la existencia de disparidades y prejuicios basados en el género por parte del personal médico que pueden influir en la atención médica y en la investigación biomédica. Estos sesgos se original, como venimos comentando, a través de la socialización del género y la perpetración de estereotipos y expectativas de género. Proyectado en el diagnóstico de enfermedades, en muchas ocasiones se asume la misma sintomatología para hombres y mujeres, evitando la perspectiva de género y desarrollando enfoques unidimensionales para el diagnóstico y el tratamiento.

Se ha concluido que los estereotipos de género tienen un impacto importante en la atención médica. Por ejemplo, se asume la fortaleza y resistencia al dolor de los hombres, percibiendo a las mujeres como más sensibles. Estos influyen en la evaluación y el tratamiento de los síntomas de los pacientes, pudiéndose descartar aquellos que no se ajustan con los estereotipos de género y “lo que se espera” de un hombre o una mujer.

Ejemplos de sesgos de género en el ámbito de la Medicina

Las consecuencias de los sesgos de género en Medicina son perjudiciales para la salud de las personas. Pueden llevar a diagnósticos erróneos o retrasos que dificulten el posterior tratamiento. Además, muchas activistas de la comunidad científica denuncian la falta de perspectiva de género en la investigación biomédica, haciendo mella en el mantenimiento de estereotipos y en la ocultación de la realidad de las mujeres.

Por eso, es importante conocer varios ejemplos de sesgos de género en el mundo de la Medicina. Veamos algunos de ellos, clasificados.

Sesgos de género en el diagnóstico médico

1. Subestimación de síntomas

La evidencia científica pone de relevancia la existencia de una subestimación de síntomas hacia las mujeres en comparación con los hombres. Esto hace referencia a minimizar sus vivencias o no considerarlas tan graves como ellas pueden manifestar. Esto entraña importantes peligros debido a la posibilidad de producirse un retraso en el diagnóstico o incluso en la denominación de sus síntomas como “normales” o atribuidos a causas psicológicas tales como la ansiedad o el estrés.

2. Probabilidad de pruebas diagnósticas

Algunos estudios han demostrado que las mujeres tienen menos probabilidades de ser referidas para pruebas diagnósticas en comparación con los hombres. Esto puede relacionarse con el punto anterior, ya que debido a la no consideración de los síntomas como relevantes, se retrasan o pasan por alto las pruebas diagnósticas. También ha hecho referencia la literatura científica a la falta de conocimiento sobre las diferencias de presentación de enfermedades en mujeres, lo que lleva a no referir pruebas diagnósticas o no hacerlo con las verdaderamente adecuadas.

3. Diagnóstico de enfermedades mentales en mujeres

Existe un sesgo en el diagnóstico de enfermedades mentales en mujeres, recibiendo un mucho más elevado diagnóstico de estos trastornos en comparación con los hombres, sobre todo en referencia a la depresión o la ansiedad. Esto puede relacionarse con los prejuicios que interpretan síntomas emocionales como generalizados entre las mujeres, además de la falta de expresividad emocional en los hombres por miedo a resultar débiles o inferiores. Pese a que las cosas están cambiando, el origen de la psicopatología puede relacionarse muy fácilmente con los estereotipos de género, de la mano de enfermedades psicológicas como la histeria o el histrionismo descritas hasta mediados del siglo XIX y ligadas exclusivamente a las mujeres.

Sesgos de género en el tratamiento médico

1. Diferente acceso a tratamientos

Existen disparidades en el acceso a ciertos tratamientos médicos entre hombres y mujeres. Por ejemplo, en algunos casos, las mujeres se enfrentan a barreras para el acceso a servicios de salud reproductiva, como anticonceptivos o procedimientos de esterilización, ligados a prejuicios con la maternidad y con la responsabilidad de las mujeres.

2. Diferente prescripción de medicamentos

En relación al punto anterior, las investigaciones clínicas también han referido la desigualdad para conseguir recetas de medicamentos en función del género de los pacientes. Por ejemplo, estudios han demostrado que los hombres son recetados con mayor frecuencia analgésicos fuertes, ya que, si refieren tener dolor, se considera este dolor como más importante por encima de si lo refiere una mujer. A las mujeres, sin embargo, se les prescriben en mayor medida sedantes o antidepresivos, ligado al estigma mencionado previamente que destaca la mayor prevalencia de trastornos psicológicos en mujeres.

3. Subtratamiento del dolor en mujeres

En relación con el dolor referido en mujeres que hemos mencionado anteriormente, existen evidencias clínicas de que las mujeres son subtratadas en comparación con los hombres cuando se trata del dolor, especialmente en situaciones como enfermedades cardíacas, migrañas o dolor crónico. Esto hace referencia a los sesgos en el diagnóstico de enfermedades y a la minimización de síntomas e infantilización a las que se exponen las mujeres cuando acuden a consulta médica.

4. Violencia obstétrica

La violencia obstétrica hace referencia a las prácticas y conductas médicas hacia las mujeres que están embarazadas, durante el parto y el postparto. Esta hace referencia a todas las conductas que son violentas o son percibidas como tal, ya sea por acción u omisión. Incluyen toda serie de actos no apropiados o no consensuados, la no administración de anestésicos, la obligación del parto en posiciones determinadas o la medicalización excesiva o innecesaria. Esta se considera una discriminación de género y una violación de derechos humanos; es una práctica deshumanizante y genera altos costes para la víctima.

Sesgos de género en la investigación biomédica

1. Vacuna de COVID y menstruación

Durante 2021 y al cabo del paso de los meses tras la administración de las vacunas de COVID, la Agencia Europea del Medicamento puso de relieve la existencia de trastornos y alteraciones en la menstruación tras la vacunación, presentándose en siete de cada diez mujeres. Esto se encuentra todavía en investigación, pero muchas investigadoras hacen referencia a la falta de una investigación inclusiva que tuviese en cuenta todas las posibles repercusiones de la vacuna del COVID-19 en cambios como las hormonas sexuales de las mujer y las alteraciones en parámetros de la coagulación.

2. SIBO

Un tema de plena actualidad, muchas mujeres empiezan a alzar la voz para hablar del SIBO, la existencia de abundantes bacterias en el intestino delgado que dificulta la absorción de nutrientes. Las mujeres afectadas denuncian el tiempo hasta llegar al diagnóstico y las dificultades para conseguir una evaluación médica completa, poniendo de relevancia la falta de investigación con enfoque de género en torno a esta afección médica y poniendo de relevancia la inclinación de los profesionales de la medicina a achacar los síntomas gastrointestinales a problemas como el estrés o la ansiedad.

¿Cómo solucionar este problema social?

Como hemos visto, los sesgos de género en Medicina son reales y tienen un impacto significativo sobre el diagnóstico, el tratamiento y la investigación biomédica. Esto a la larga puede generar desconfianza en los sistemas de atención médica y en la relación entre el médico y el paciente, afectando negativamente la calidad del sistema sanitario y la igualdad social.

Para abordar los sesgos de género en Medicina, se debe principalmente fomentar la educación y sensibilización sobre los sesgos de género en la formación médica y práctica clínica. Esto implica capacitar a los profesionales de salud para que reconozcan y superen sus propios sesos y estereotipos. Además, se deben promover iniciativas que promuevan la igualdad de género en la investigación, estableciendo políticas y directrices centradas específicamente en este problema.

Lograr la equidad y diversidad de género es fundamental para el desarrollo futuro de nuestra sociedad y esto puede reflejarse en todos los aspectos y ámbitos de la vida. Es necesario trabajar hacia una atención médica sensible al género, que reconozca y aborde los sesgos, promoviendo una atención de calidad a todas las personas, independientemente de su género.

  • Rodríguez Mir, J., & Martínez Gandolfi, A. (2021). La violencia obstétrica: una práctica invisibilizada en la atención médica en España. Gaceta Sanitaria, 35(3), 211-212.
  • Tasa-Vinyals, E.; Giral, M.M., & Raich, R.M. (2015). Sesgo de género en medicina: concepto y estado de la cuestión. Cuadernos de medicina psicosomática y psiquiatría de enlace, (113), 14-25.

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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