Las perspectivas emic y etic aplicadas en el conocimiento científico nos han permitido adquirir panoramas distintos sobre los fenómenos sociales. Sus antecedentes se encuentran en la lingüística estructuralista, no obstante se han trasladado de manera importante a la sociología y la antropología, ya que permiten elaborar distintas respuestas y explicaciones de la conducta social.
De manera introductoria veremos a continuación qué es y de dónde vienen las perspectivas etic y emic, así como algunas de sus principales diferencias.
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De la lingüística a la conducta social
Los conceptos de “etic” y “emic” son neologismos que introdujo por primera vez por el lingüista norteamericano Kenneth Pike, para hacer referencia a cómo ocurre y se comprende la conducta social. Etic se corresponde con el sufijo de la palabra “phonetic” (que significa fonética, en inglés), y “emic” se corresponde con la palabra “phonemic” (que significa fonémica, también en inglés).
La fonética es una rama de la lingüística que estudia los sonidos que producimos para comunicarnos. En tanto concepto hace referencia a los sonidos del lenguaje que están basados en una taxonomía de activa en el habla, así como a sus efectos ambientales entendidos en tanto que onda acústicas.
La fonémica, por su parte, es otra rama de la lingüística y hace referencia a la habilidad de los oyentes para no sólo escuchar sino para identificar y manipular los fonemas (las unidades fonológicas mínimas, que pertenecen a cada lengua). Hace referencia a los sonidos que están en la conciencia implícita, o en la no-consciencia, y que ayudan a los hablantes a identificar distintas expresiones de su propia lengua.
Pike toma estos términos para desarrollar dos perspectivas epistemológicas que permitieran comprender al comportamiento social como una analogía de las principales estructuras lingüísticas. Es decir, trata de aplicar los principios por medio de los cuales los lingüistas descubrieron los fonemas, morfemas y otras unidades del lenguaje, para descubrir unidades emicas del comportamiento social.
6 diferencias entre perspectivas emic y etic
Las perspectivas etic y emic en las ciencias sociales han sido útiles para ofrecer distintas explicaciones a lo que motiva una conducta social. En otras palabras, han surgido ante la intención de responder, por ejemplo, por qué ciertos grupos humanos se comportan de una manera en específica, por qué interactúan tal como lo hacen o cómo es que se han organizado de una manera determinada.
A grandes rasgos, las respuestas a dichas cuestiones han tomado dos caminos. Por un lado, hay quienes dicen que los motivos de la conducta social sólo pueden ser entendidos por la explicación que hacen los propios actores sobre dichos motivos. Esta sería una postura emic.
Y por otro lado, hay quienes dicen que las conductas sociales, y sus motivos, pueden ser explicadas por medio de la observación directa de alguien externo. Esta sería una postura etic. De acuerdo con Pike, el uso de una perspectiva etic y emic puede tener consecuencias y un trasfondo ético importante, sobre todo cuando las descripciones se traducen en mediciones instrumentales.
A continuación veremos brevemente cinco diferencias que tienen relación con cómo investigamos y comprendemos nuestras sociedades y comportamientos.
1. Relación observador-participante
Una perspectiva emic procura que exista un contexto de interacción en el que el observador y el informante se reúnen y llevan a cabo una discusión sobre un tema en particular.
Por su parte, una perspectiva etic define y describe la conducta social considerando principalmente la lógica del actor observador. Se prioriza la estructura que existe más allá de la mente de los actores.
2. El motivo de la conducta social
Ante la pregunta sobre cómo son los eventos, entidades o relaciones, una perspectiva emic diría que la respuesta está en la cabeza de las personas que protagonizan dichos eventos, entidades o relaciones.
Por otro lado, ante la misma pregunta, una perspectiva etic diría que la respuesta está en la conducta observable de las personas que protagonizan dichos eventos, entidades o relaciones.
3. Validez del conocimiento explicativo
Emic es una perspectiva que trabaja desde el punto de vista de los actores. Los eventos de la vida cotidiana, las costumbres, los hábitos, los rituales, etc, sin definidos por quienes los realizan, y esta se considera como la definición válida.
Como se entiende en relación con los significados o las estructuras no conscientes, el emic se considera una perspectiva difícil de defender en términos de rigurosidad científica.
Etic es una perspectiva que se aborda desde el punto de vista del observador. Aquí los eventos culturales, las costumbres, los hábitos, la vida cotidiana, etc., se explican con base en la descripción que hace la persona quien mira (no la que actúa esos eventos), y esa es la explicación que se considera válida.
4. Perspectivas similares
Una perspectiva emic está más cercana a una perspectiva subjetivista del conocimiento, mientras que una perspectiva etic está más cercana al paradigma objetivista del conocimiento.
5. Metodologías afines
La perspectiva emic se interesa en la construcción social del significado, en preguntar y explorar los propósitos émicos de la conducta. Por eso, un ejemplo de metodología son las descripciones hechas con base en entrevistas a los actores sociales.
Por su parte, la perspectiva etic, que se interesa más por las descripciones del agente externo, puede realizar, por ejemplo, investigaciones comparativas entre lo que se observa en las culturas distintas.
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6. No siempre son tan distintas
Las perspectivas emic y etic son planteamientos que pueden no coincidir, y lo que es más: frecuentemente se comprenden y utilizan como descripciones completamente excluyentes.
Kenneth Pike y Marvin Harris (antropólogo norteamericano que retomó y desarrolló las teorías de Pike), han problematizado esto y han logrado ejemplificar en qué momentos las miradas etic y emic coinciden, y en qué momentos toman distancia entre sí, así como las consecuencias de dichas coincidencias y distancias.
Una de las cosas que las personas interesadas en las perspectivas emic y etic se han tenido que preguntar, ha sido cómo están conectados los sistemas mentales de creencias, el lenguaje y la conducta misma. En otras palabras, ha sido necesario cuestionar también si lo que decimos sobre lo que hacemos da una iel idea fiel de los motivos de la conducta; o si lo que vemos que hacemos es en realidad lo que da una idea más cercana a los motivos de la misma conducta.
Algunas veces lo que hacemos coindice con lo que decimos sobre lo que hacemos, otras veces no. Y es en gran parte por esto que las perspectivas emic y etic no pueden separarse de manera tajante, sino que deben comprenderse en relación. Se trata de enfoques que pueden resultar útiles y complementarios para entender nuestro comportamiento social.
Referencias bibliográficas:
- Harris, M. (1976). History and significance of the emic/etic distinction. Annual Review of Anthropology. 5: 329-350.
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