Las denominadas “religiones neopaganas” han ascendido en popularidad en las últimas décadas. Según el censo del Reino Unido correspondiente al año 2011, en el país residían unas 85.100 personas que se consideraban neopaganas. Por otro lado, los datos provenientes de Estados Unidos (2014) arrojan una cifra de más de un millón de seguidores del neopaganismo en su territorio.
¿A qué se debe este imparable ascenso de las religiones neopaganas? Pero, antes que nada, ¿qué entendemos por neopaganismo? Si te interesa el tema, sigue leyendo. Hoy te proponemos un viaje al denominado neopaganismo, una serie de creencias basadas en el paganismo precristiano.
¿Qué son las religiones neopaganas?
Tal y como el propio nombre indica, las religiones neopaganas son aquellas corrientes religiosas que se basan en las antiguas creencias paganas o las recuperan. Y ¿a qué nos referimos cuando hablamos de paganismo?
El término pagano proviene del latín paganus, el vocablo que usaban los antiguos romanos para referirse a las personas que vivían en el campo. Cuando el cristianismo penetró en el imperio, se expandió primero por las ciudades; las poblaciones rurales tardaron en cristianizarse, y siguieron honrando durante mucho tiempo la religión de sus antepasados. Por ello, estos primeros cristianos de la ciudad empezaron a llamar a los seguidores de la religión tradicional romana de esta forma, “paganos”.
Sentada esta definición (que nos parece imprescindible), pasemos a analizar de qué hablamos cuando decimos “religiones neopaganas”. Ya hemos comentado que son corrientes religiosas de la actualidad que recogen elementos de las antiguas religiones paganas o se inspiran en ellas. Sin embargo, este neopaganismo no se centra exclusivamente en las creencias de la antigua Roma, sino que abraza cualquier manifestación precristiana.
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El neopaganismo: un heterogéneo grupo de creencias
Las religiones neopaganas no son para nada homogéneas. Además, la ausencia de doctrina concreta dificulta su homogenización. Cada colectivo sigue sus propios preceptos, que, por otro lado, pueden variar significativamente de una comunidad a otra o incluso de un individuo a otro.
La mayoría de estas religiones se basan en las antiguas creencias de los diversos pueblos precristianos europeos. Así, la Asátrú se inspira principalmente en la antigua mitología germánica; el neodruidismo, en las creencias de los celtas. También encontramos colectivos que recogen algunos rituales de la Grecia antigua, y también una religión, el kemetismo, que se basa en la religión del antiguo Egipto. Curiosamente, esta última tiene su mayor número de adeptos en Estados Unidos.
Por otro lado, existen religiones neopaganas que recogen los preceptos del chamanismo, considerado una de las primeras expresiones religiosas del mundo. En general, se suelen distinguir dos grupos principales de religiones neopaganas: por un lado, las de naturaleza ecléctica (es decir, que mezclan conceptos de varias religiones).
Un ejemplo sería la famosa Wicca, de la que hablaremos más adelante. Por otro lado, existe un neopaganismo más reconstruccionista, cuya pretensión es recrear lo más fielmente posible la religión de sus antepasados. El ya citado Asátrú sería uno de los ejemplos más importantes.
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¿A qué se debe el auge del neopaganismo en el mundo moderno?
En realidad, el neopaganismo no es un fenómeno nuevo. Debemos rastrear sus raíces a mediados del siglo XX, cuando empezaron a formarse las primeras doctrinas, como la Wicca. El contexto en que nacieron estas religiones neopaganas habla por sí solo: la humanidad estaba siendo sacudida por dos guerras mundiales, por el auge del fascismo y por una deriva espiritual que la Iglesia ya no podía solucionar. La población estaba ansiosa de creer, pero ninguna religión de su época la satisfacía.
Esta problemática siguió durante el convulso siglo XX, y las religiones neopaganas se fusionaron con el movimiento hippie o el new age de finales del milenio. Todos tenían una cosa en común: la huida de un mundo que no saciaba la sed espiritual de la gente; una gente que ya no podía encontrar respuestas en la religión tradicional.
Sin embargo, es necesario recalcar que el fascismo se adhirió también a las corrientes neopaganas. Los nazis, por ejemplo, vieron en el pasado germano y en su mitología una justificación de la “superioridad” de su raza, por lo que, en este sentido, el neopaganismo estuvo vinculado en muchas ocasiones al racismo y a la intolerancia. Por fortuna, se trata de casos aislados, pues la mayoría de las religiones neopaganas son muy abiertas y consideran que la persona tiene derecho a acceder a la divinidad por el camino que prefiera. En este sentido, la mayoría de estas creencias no menosprecian a ninguna religión y creen firmemente en la libertad del individuo.
¿Cuáles son las características generales de las religiones neopaganas?
A pesar de la evidente heterogeneidad del neopaganismo, existen una serie de características que suelen ser comunes en todas estas religiones. Veámoslas.
Un contacto estrecho y trascendental con la naturaleza En general, la gran mayoría de estas religiones neopaganas tienen como base el mundo natural, que consideran algo sagrado, un espejo de lo divino. Así, el creyente debe vivir en armonía con la creación y buscar en ella la sabiduría que necesita.
Es por ello por lo que estas religiones suelen ser de índole ecologista y luchan abiertamente por la defensa de la naturaleza en un mundo cada vez más abocado al caos medioambiental.
1. Visión cíclica del tiempo
El neopaganismo recupera la visión pagana del tiempo, muy diferente a la visión judeocristiana. Mientras que para las religiones monoteístas el tiempo es lineal y avanza hacia la venida del reino de Dios (momento en el que el tiempo como tal finalizará), el antiguo paganismo creía en la naturaleza cíclica de aquel, concepto que recogen actualmente las religiones inspiradas en las antiguas creencias.
2. Sentido ético
En general, la mayoría de estas religiones preconizan el respeto a la naturaleza y al ser humano, como vínculos que son con lo sagrado. Por otro lado, es usual la tolerancia y la apertura hacia otros credos, puesto que el individuo es libre de escoger cuál es el camino que le llevará a la divinidad.
3. Creencia en la reencarnación
Muchas de las religiones neopaganas creen en la reencarnación del alma, que está vinculada de esta forma al movimiento cíclico del tiempo.
Algunas de las religiones neopaganas más importantes
En la actualidad existe una gran variedad de corrientes neopaganas, que comparten, como ya hemos dicho, la característica de inspirarse en religiones ancestrales anteriores al cristianismo. Veamos a continuación algunas de las más importantes.
1. La Wicca
El nombre proviene del vocablo inglés para referirse a “bruja”, witch, que a su vez viene del anglosajón antiguo wicce. Esta corriente neopagana fue creada a mediados del siglo XX por el ocultista británico Gerald Gardner (1884-1964), que aseguró haber descubierto sus preceptos a través de unas brujas británicas.
La Wicca se inspira la figura de la bruja como mujer sabia ligada a la naturaleza e injustamente ejecutada durante la famosa caza de brujas de la era moderna. Las fuerzas femeninas son cruciales en esta religión, aunque también existe un principio masculino (El dios o el señor), representado con astas y que se relaciona con la muerte. Por el contrario, la diosa o señora sería el principio femenino que otorga la vida y, por tanto, regenera el mundo.
Las ideas de la Wicca entierran sus raíces en muchas tradiciones paganas, entre ellas la griega (con sus mitos de Perséfone y Adonis) y también en la egipcia, puesto que, en la religión del antiguo Egipto, el dios, es decir, el principio masculino (representado por Osiris) muere. Debido a su énfasis en el elemento femenino, la Wicca se relaciona en la actualidad con las ideas feministas y de empoderamiento de la mujer.
2. Kemetismo
La denominación viene de kemet, que era como llamaban los antiguos egipcios a su tierra. Esta religión neopagana se desarrolló principalmente en Estados Unidos y basa sus creencias en elementos de la antigua mitología de Egipto. Entre sus símbolos está en anj o el símbolo de la vida, el ojo de Horus y el disco de Atón, el sol.
3. El neodruidismo
Las corrientes druídicas actuales recogen, como es de esperar, las antiquísimas tradiciones celtas. El neodruidismo tiene su base en la auténtica comunión con la naturaleza a través de ciertos rituales que celebran los pasos de las estaciones, así como en la veneración de los antepasados. Por otro lado, existe la creencia en el awen, el espíritu que mora en el ser humano, que fluye directamente de los dioses. Una de las celebraciones más conocidas de esta religión neopagana es la que se celebra cada solsticio de verano y de invierno en Stonhenge.
4. La Asátrú
Finalmente, queremos destacar la Asátrú, una religión neopagana que pretende reconstruir las creencias de los germanos anteriores al cristianismo. La Asátrú no tiene un corpus doctrinal definido; en general basa sus creencias en la tradición de los dioses germánicos y en los rituales de las estaciones.
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