Las preguntas, con toda su simplicidad, son excelentes herramientas para conocerse a uno mismo y a los demás; por eso se utilizan tanto en Psicología. El hecho de plantearse interrogantes o dirigirlos a otras personas para que ofrezcan sus respuestas es una manera de enfrentarse a nuevas dudas, es decir, de desarrollar conocimiento.
Sin embargo, las preguntas no solo son valiosas por las respuestas a las que dan paso, sino que el hecho de plantearlas demuestra interés y voluntad de entender mejor a los demás. Ayudan a entrar en contacto con otras personas, y a hacer amigos.
Así pues, utilizar una serie de preguntas para conocer a alguien durante una conversación no solo ayuda a crear diálogos más profundos y significativos, sino que permite estrechar relaciones sociales. Preguntarle algo a un desconocido, amigo o familiar, siempre que no sea una duda banal, ayuda a hacer que se creen nuevos puentes emocionales.
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