El mundo de los trastornos mentales es complejo, y existen muchos tipos. Unos de los más frecuentes son los trastornos de ansiedad, que incluyen diferentes clases. Entre estos tipos de trastornos, destacan las fobias, que son miedos irracionales y persistentes que pueden llegar a afectar seriamente a la vida de la persona que los sufre.
Hoy hablaremos del miedo extremo al desorden, conocido como ataxofobia, y explicaremos sus causas, sus síntomas y su tratamiento.
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Miedo al desorden: ¿qué es?
Las fobias son miedos irracionales y persistentes que llevan a una persona a evitar el estímulo temido en un intento de reducir el malestar que experimenta ante su presencia. Pero fobias hay muchas, porque las personas podemos desarrollar miedos irracionales hacia cualquier objeto, animal o situación. Una araña, un payaso, el hecho de interactuar con otros individuos e incluso hacia el desorden o los elementos desordenado, sean o no físicos, pueden provocar fobias.
Las fobias pueden clasificarse en complejas o simples. Dentro de estas últimas destacan las fobias específicas, que ocurren cuando la persona tiene contacto o se imagina una situación, animal o objeto concreto, como puede ser el miedo a volar, el miedo a los insectos y el miedo al desorden del que hablamos en este artículo. Las fobias complejas son las fobias sociales y la agorafobia.
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Causas de esta fobia
Las causas de las fobias pasan muchas veces desapercibidas, porque estos trastornos suelen desarrollarse por un tipo de aprendizaje implícito, conocido como condicionamiento clásico. Se produce cuando el individuo experimenta un evento traumático (estímulo condicionado) que provoca fuertes reacciones emocionales (lo que se conoce como respuesta incondicionada).
En los casos en los que se desarrolla un miedo irracional, el estímulo fóbico, que originalmente es un estímulo neutro, se asocia al estímulo incondicionado, lo que convierte al estímulo fóbico en un estímulo condicionado que pasa a provocar la respuesta inicialmente incondicionada, que pasa a llamarse respuesta condicionada (la experiencia de miedo).
Si bien es cierto que la mayoría de las fobias se desarrollan de esta manera, también puede ocurrir que la fobia se produzca por otro tipo de aprendizaje conocido como condicionamiento vicario. En este caso no es la persona que desarrolla esta fobia la que experimenta el evento traumático, sino que el fóbico observa cómo otra persona pasa por esta situación traumática. En este sentido, el condicionamiento vicario es un tipo de aprendizaje observacional. Puedes saber más, en nuestro artículo “Condicionamiento vicario: ¿cómo funciona este tipo de aprendizaje?”
Por otro lado, los expertos en fobias afirman que el miedo es una emoción adaptativa, que ha sido realmente útil para la supervivencia de la especie. Pero el miedo ocurre debido a asociaciones primitivas en cerebro primitivo y no en neocortex (relacionado con el pensamiento lógico). Por eso las fobias no responden a argumentos lógicos y el tratamiento se caracteriza por técnicas de exposición, en las que el paciente ha de afrontar el estímulo temido exponiéndose a él.
Síntomas de la ataxofobia
Fobias puede haber de muchos tipos; sin embargo, estos trastornos suelen compartir los mismos síntomas, que pueden clasificarse en cognitivos, conductuales y físicos. La experiencia de miedo, la angustia que la persona siente, la confusión, la falta de concentración o los pensamientos catastrofistas son algunos síntomas cognitivos frecuentes.
El principal síntoma conductual es el intento de evitar el estímulo temido. En cuanto a los síntomas físicos, es posible destacar: tensión en los músculos, dolor de cabeza, falta de aire e hiperventilación, náuseas, entre otros.
Tratamiento y terapia
Las fobias son trastornos muy frecuentes, pero que tienen un buen pronóstico si reciben el tratamiento adecuado. Excepto en casos extremos, la aplicación de fármacos no debe ser nunca la primera opción terapéutica. De hecho, las fobias responden muy bien a la terapia psicológica, y la terapia cognitivo conductual, según los estudios científicos, suele ser suficiente para que el paciente sea capaz de hacer frente al estímulo temido.
Existen diferentes técnicas cognitivo conductuales que funcionan bien para el tratamiento de las fobias. Las técnicas de relajación y las técnicas de exposición son las más efectivas. Ahora bien, una técnica que combina ambas es la desensibilización cognitiva, muy empleada en estos casos.
La desensibilización cognitiva consiste en exponer al paciente al estímulo temido de manera gradual, pero antes debe aprender diferentes estrategias de afrontamiento como pueden ser las técnicas de relajación.
Ahora bien, otros métodos terapéuticos parecen producir grandes resultados. Entre los que destacan la terapia cognitiva basada en Mindfulness y la terapia de aceptación y compromiso. Puedes saber más en nuestros artículos:
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