¿Cómo se refuerzan entre sí la ansiedad y las rumiaciones?

Así es como la ansiedad interactúa con las rumiaciones psicológicas y viceversa.

¿Cómo se refuerzan entre sí la ansiedad y las rumiaciones?

La ansiedad es un concepto muy conocido popularmente, entre otras cosas porque prácticamente todo el mundo la ha sentido en niveles muy altos a lo largo de su vida.

Sin embargo, este fenómeno psicológico tiene un poderoso aliado del que no se habla tanto: la rumiación psicológica.

En este artículo veremos de qué manera se refuerzan entre sí la ansiedad y la rumiación, y por qué a veces terminan generando un problema que se va haciendo cada vez más grande.

¿Qué es la rumiación psicológica?

La rumiación psicológica puede ser explicada de modo resumido como una propensión a darle vueltas una y otra vez al mismo tipo de pensamientos. Es lo que experimentamos muchas veces cuando notamos que nos cuesta dejar de pensar en algo, en esas situaciones en las que determinados contenidos de nuestra mente “tiran de nosotros” y, casi sin darnos cuenta, empezamos a asociar todo lo que nos va ocurriendo con esos pensamientos que ya veníamos cavilando, de modo que cada vez nos involucramos más en ello.

A veces, la rumiación psicológica puede llevar a actuar como combustible de procesos creativos, ya que nos ayuda a centrarnos en un tema y ver en él una infinidad de matices. Sin embargo, en casi todas las ocasiones va de la mano de un cierto grado de malestar y, como veremos, de estrés o ansiedad.

Por otro lado, el concepto de la rumiación psicológica está estrechamente relacionado con el de pensamientos intrusivos. Este tipo de imágenes mentales e ideas emergen en nuestra consciencia sin previo aviso y tienen un efecto disruptivo, es decir, perturban en algún sentido nuestro estado de ánimo, arrastrando consigo toda una serie de pensamientos que tienen poco o nada que ver con lo que teníamos en mente antes de esa primera “intrusión”.

Si la rumiación psicológica es un círculo vicioso en constante movimiento y transformación, los pensamientos intrusivos son los elementos que le dan impulso, y a la vez, son parte de su contenido, aquello a lo que le damos vueltas.

Suele tratarse de contenidos mentales con una carga emocional, es decir, con una gran capacidad para movilizar nuestras emociones, ya sea porque nos llevan a evocar recuerdos importantes para nosotros o porque nos llevan a centrar nuestra atención en ideas ante las cuales somos sensibles o vulnerables. A la práctica, el tipo de sentimientos y emociones asociados a los pensamientos intrusivos suelen orbitar alrededor de la ansiedad y el miedo… y en la siguiente sección veremos a qué se debe eso.

¿Cómo interactúan la ansiedad y la rumiación?

Ahora que ya hemos visto en qué consiste la rumiación psicológica, toca preguntarnos qué tiene que ver este fenómeno con el hecho de estar ansiosos. La respuesta a este interrogante ya se intuye en el propio concepto de “ansiedad”.

A fin de cuentas, la ansiedad es una respuesta psicológica y fisiológica a situaciones reales o imaginadas que nos ponen “en guardia”, es decir, que requieren de nosotros que estemos listos para actuar rápidamente ante cualquier señal de que podemos salir perjudicados de una situación, ya sea por exponernos a peligros o por perder oportunidades que nos harían sentirnos mal. Dicho de otro modo, la ansiedad se fundamenta en la evitación: nos manteemos en alerta pera intentar que no ocurra algo que nos dolería física o emocionalmente. ¿Y cuál es una de las experiencias más súbitas que nos pueden generar malestar prácticamente sin hacer nada para merecerlo? Exacto, los pensamientos intrusivos.

Rumiación psicológica

Lo que explica la interacción entre la ansiedad y la rumiación psicológica es, principalmente, que el simple hecho de intentar evitar los pensamientos intrusivos nos vuelve mucho más vulnerables a estos, atrayéndolos hacia nuestra consciencia y haciendo que caigamos de lleno en la rumiación psicológica.

Si estamos alerta para intentar no pensar en algo, seguramente terminaremos pensando en eso, porque estaremos estableciendo muchas conexiones entre ideas que tienen como su epicentro aquellos pensamientos que tratamos de evitar. Dándoles tanta importancia a estos contenidos mentales, cualquier estímulo que nos pueda recordar vagamente a alguno de los conceptos asociados a ellos, transportará nuestro foco atencional hacia esos pensamientos intrusivos, haciendo que estos pasen de ser latentes a estar activos y captando toda nuestra atención.

Así, la rumiación refuerza el estado de ansiedad al exponernos una y otra vez a ciertas imágenes y pensamientos que intentamos evitar, y a su vez, la ansiedad hace que estemos muy a la defensiva debido a que nos sentimos vulnerables, Ambos fenómenos psicológicos llegan a confundirse entre sí a medida que se retroalimentan.

Por suerte, existen maneras de superar este tipo de alteraciones del pensamiento y de las emociones. Aunque ni la ansiedad ni la rumiación son en sí mismas trastornos psicológicos, en psicoterapia es muy habitual intervenir en estas formas de malestar, ayudando a los pacientes a modular mejor no solo sus emociones, sino también sus pensamientos y su foco atencional.

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Paloma Rey Cardona

Paloma Rey Cardona

Psicóloga General Sanitaria

Profesional verificado
València
Terapia online

Mi nombre es Paloma Rey Cardona y soy Psicóloga General Sanitaria; en mi consulta puedes disponer de servicios de terapia infanto-juvenil o para adultos, y ofrecemos también sesiones online por videollamada.

  • American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.
  • Dickson, K.; Ciesla, J. A.; Reilly, L. C. (2011). Rumination, worry, cognitive avoidance, and behavioral avoidance: Examination of temporal effects. Behavior Therapy, 43(3): pp. 937 – 959.
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Paloma Rey. (2021, julio 19). ¿Cómo se refuerzan entre sí la ansiedad y las rumiaciones?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/como-se-refuerzan-ansiedad-rumiaciones

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Paloma Rey es Psicóloga General Sanitaria. Ofrece atención a población infanto-juvenil y adulta, tanto de forma presencial como online, en casos de ansiedad, depresión, baja autoestima, estrés, duelo, dificultades de aprendizaje, entrenamiento en habilidades sociales y comunicación,resolución de conflictos, problemas de conducta y gestión emocional, y TDAH, entre otros. Para ello emplea técnicas propias de la terapia cognitivo-conductual, combinándolas con psicología positiva y Terapia de Aceptación y Compromiso.

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