La apatía es un fenómeno psicológico que se da en muchas de las personas que buscan el apoyo profesional de los psicólogos. Si bien en ciertas cantidades forma parte de la vida normal del ser humano promedio y no hay nada malo en sentirse de esta manera de vez en cuando, lo cierto es que en algunos casos la apatía llega a estar tan presente en el día a día que resulta necesario asistir a terapia.
Pero por supuesto, siempre existen situaciones intermedias, en las que se siente este estado emocional como un problema paro, a la vez, quizás no resulta tan problemático como para asistir a profesionales de la Psicología. Teniendo en cuenta esto, aquí veremos una serie de consejos para saber cómo superar la apatía introduciendo nuevos hábitos en tu vida.
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¿Qué entendemos por apatía?
Como casi siempre ocurre con los conceptos del mundo de la Psicología, existen varias maneras de definir la apatía, si bien todas ellas cuentan con una serie de elementos comunes. Para resumir, aquí diremos que la apatía es un sentimiento caracterizado por la ausencia de fuentes de motivación y la baja predisposición a centrar la mente en aspectos de la vida emocionalmente estimulantes.
Así, la apatía está relacionada con el aplanamiento afectivo, es decir, la falta de emociones fáciles de identificar, y también con la tendencia a no expresar espontáneamente sentimientos a través del lenguaje no verbal, y a no centrar la atención en aspectos concretos del presente, debido a la falta de interés por todo en general.
Como he adelantado antes, la apatía no es en sí algo muy malo, ni constituye un trastorno psicológico, pero cuando es muy persistente y afecta mucho a la persona y a su funcionamiento normal en sociedad, se considera un síntoma de una potencial psicopatología o desorden neurológico. En los casos más extremos y claramente patológicos, la apatía pasa a ser lo que llamamos abulia, que es la total incapacidad por sentir entusiasmo o interés. Este fenómeno se da sobre todo en trastornos de tipo psicótico como la esquizofrenia, y también en demencias y otras enfermedades ligadas al daño cerebral.
La apatía según el modelo de flow de Csikszentmihalyi
Otra manera de comprender lo que es la apatía consiste hacerlo a través del modelo de flow ideado por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi. Este investigador ha desarrollado un esquema explicativo que ayuda a entender el funcionamiento de los estados emocionales de entusiasmo e involucramiento en tareas, muy vinculados a las experiencias que aportan felicidad si forman parte de nuestra cotidianidad. El flow sería un estado psicológico caracterizado por un equilibrio perfecto entre el nivel de dificultad de la tarea que realizamos, por un lado, y nuestro nivel de competencias involucradas en esa clase de actividad.
De este modo, en el punto en el que esa tarea a realizar alcanza el punto máximo al que podemos llegar exitosamente a partir de nuestras habilidades y conocimientos, aparece el estado de flow, que nos lleva a dirigir toda nuestra atención hacia ese reto que estamos abordando y nos inunda de una sensación de excitación y bienestar, hasta el punto de que en muchos casos llegamos a perder la noción del tiempo.
Pues bien; según Csikszentmihalyi, la apatía puede ser entendida como lo opuesto al estado de flow: la práctica ausencia de un estado de estimulación mental y la falta de ilusión y entusiasmo por realizar cualquier acción concreta, aquello que nos asalta cuando no hay nada que interpretemos como un reto significativo para nosotros ni que nos exija poner en práctica habilidades complejas. Por otro lado, si el estado de flow se caracteriza entre otras cosas por ser puntual y basarse en un equilibrio delicado que normalmente tan solo puede ser mantenido de forma seguida durante unos minutos, la apatía puede durar mucho más, y si va ligada a una psicopatología, incluso resulta frecuente que sea el estado mental “por defecto” de la persona, y que se mantenga durante meses.
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¿Cómo superar la apatía?
Si crees que sufres demasiada apatía, sigue estos consejos para aumentar tus probabilidades de dejar atrás la omnipresencia de este estado psicológico en tu vida. Eso sí, en el caso de que tengas claro que te hace sufrir muchos problemas y que te está afectando cada vez más, es importante que acudas a terapia cuanto antes,
1. Comprueba que duermes lo suficiente
La falta de sueño es un elemento capaz de desencadenar problemas de tipo afectivo y cognitivo a corto plazo, tan solo en cuestión de un par de días. Por suerte, en la gran mayoría de los casos, al volver a disfrutar de un patrón de sueño normal, estos problemas se van.
De este modo, si tu manera e dormir es caótica o insuficiente, crea un horario de sueño claro y detallado en el que quede constancia del momento exacto de cada día de la semana al que te irás a dormir, asegurándote de que en ningún caso duermes menos de seis horas y media ni más de ocho horas y media. Es más: incluye también una breve mención a la actividad principal que habrás estado haciendo justo antes de irte a la cama (por ejemplo, leer una novela), e imprime el horario de manera que puedas colgarlo en un lugar de tu hogar que veas con frecuencia. De este modo, te será más fácil comprometerte con este horario.
2. Evita las drogas
Existen muchas drogas entre cuyos efectos conocidos se encuentra el fenómeno de volvernos menos sensibles a aquello que solía producirnos placer o a despertar interés en nosotros. Estas propiedades anhedónicas han sido observadas, por ejemplo, en el cannabis. Además, casi todas las drogas nos vuelven más propensos a desarrollar psicopatologías asociadas a la apatía o a la abulia.
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3. Asegúrate de que estás comiendo bien
La salud mental es, a la práctica, lo mismo que la salud de todo el cuerpo: un organismo en mal estado resulta más vulnerable a los problemas psicológicos. Particularmente, si nos faltan vitaminas o nutrientes, no es de extrañar que sintamos apatía, dado que nuestro cuerpo prioriza el uso de recursos en procesos biológicos básicos para la supervivencia, que no tienen que ver con la actividad mental.
También puede ser que sientas apatía por el hecho de sufrir anemia, un problema hasta cierto punto independiente de lo que hayas estado comiendo. Si sospechas que este es el caso, ve al médico cuanto antes.
4. Aprende a gestionar mejor el tiempo
Muchas personas sienten apatía principalmente porque las responsabilidades que deben atender se les hacen bola, de manera que ni siquiera pueden plantearse la idea de hacer algo que les guste o les interese, porque no tienen tiempo para ello. En este sentido, centrarse en seguir un horario bien diseñado y que permita terminar esas tareas a una hora adecuada puede llegar a ser la clave para superar la apatía.
Para aumentar tus probabilidades de éxito, asegúrate de no estar dejando de lado los momentos de descanso, que resultan fundamentales para rendir de manera eficiente. Eso sí, cuidado con no excederte con ellos; si hay distracciones que te suelen tentar demasiado y te llevan a ir dejando para más adelante lo que debes hacer, limita tu acceso a ellas antes de que empiece tu jornada.
Por otro lado, si no consigues gestionar el tiempo, no te preocupes; no es raro que alguien que está sintiendo apatía no consiga comprometerse por sí misma con una serie de hábitos nuevos. Si lo necesitas, ve al psicólogo para que a partir de la ayuda profesional, seas capaz de transformar tu día a día.
5. Segmenta tus objetivos
Es más fácil derrotar a la apatía si siempre tienes por delante de ti metas sencillas y que puedes alcanzar en cuestión de minutos o un par de horas. De este modo, facilitarás que tu atención quede centrada y deje de divagar. Una vez hayas entrado en esta dinámica de interacción con el entorno, es probable que esta energía se generalice a muchas otras actividades que realices, y que te predisponga a detectar acciones y proyectos que te interese realizar.
6. Practica ejercicio moderado
Practicar tres o cuatro veces a la semana ejercicio te ayudará a mantener una actividad física y mental que te predisponga a adoptar un rol más activo en tu vida. Asegúrate de que son sesiones de mínimo 35 minutos y que no te llevan a forzar demasiado los músculos, para evitar lesiones y dolores que te impidan seguir una rutina de ejercicios frecuente.
¿Buscas asistencia psicológica?
Si notas que estás pasando por un momento de tu vida en el que experimentas problemas emocionales o comportamentales y buscas ayuda profesional para superarlos, te invito a ponerte en contacto conmigo. Soy psicólogo experto en el modelo cognitivo-conductual, que se caracteriza por ser muy eficaz y adaptable a distintas necesidades a cubrir, y que permite adoptar nuevas maneras de pensar, sentir y comportarse que resultan más adecuadas para afrontar los retos de la vida. Puedes contar con mis servicios de manera presencial en mi consulta de Madrid, o bien a través del servicio de psicología online por videollamada. Si te interesa saber más acerca de cómo trabajo, accede a esta página en la que también encontrarás mis datos de contacto.
Referencias bibliográficas:
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