Crisis psicógena: qué es, síntomas, y causas

Veamos qué son las crisis psicógenas y cómo se distinguen de las crisis epilépticas.

Crisis psicógena

Las crisis psicógenas son aquellas que se aparecen sin que haya una alteración orgánica que las justifique, teniendo como objetivo movilizar y llamar la atención del entorno.

De este modo, distinguiremos entre crisis epilépticas, donde sí observamos una alteración cerebral, mostrando el sujeto pérdida de conciencia y produciéndose de manera no intencional, y las crisis psicógenas, con causas que tienen que ver con la personalidad.

En este artículo hablaremos de las crisis psicógenas, cuáles son sus rasgos distintivos y qué características las diferencian de las crisis epilépticas.

¿Qué es una crisis psicógena?

Antes de centrarnos en la definición de las crisis psicógenas hablaremos de un término más general que las engloba, las convulsiones.

Las convulsiones son movimientos musculares donde se observan contracciones violentas, involuntarias e incontrolables de la musculatura voluntaria del cuerpo. Pueden observarse solo en algunos de los grupos musculares, es decir, solo en una parte del cuerpo o de forma generalizada en todo el cuerpo.

Las causas de las convulsiones pueden ser distintas, aunque la más habitual es la epilepsia; esta patología muestra una alteración cerebral, en el funcionamiento neuronal que produce la aparición incontrolada de movimiento, de convulsiones. El tipo de crisis más característica de la epilepsia es la denominada convulsión del gran mal, donde se pueden observar distintos síntomas en tres fases diferentes.

Síntomas de la crisis psicógena

Anterior a la crisis suele aparecer un estado conocido como aura, donde el sujeto ya percibe síntomas que señalan la inminente crisis, cuando se produce el aura ya no se puede evitar la crisis. Estos síntomas que se muestran en el periodo aura pueden ser: obnubilación, destellos de luz o alucinaciones elementales, entre otros.

Posteriormente tendrá lugar la crisis, diferenciándose 3 fases: fase tónica, donde observamos apnea (el sujeto deja de respirar), pérdida de conciencia e inicio de las contracciones de la cabeza y extremidades; fase convulsiva, se mantiene la apnea y se inician las convulsiones, se conoce también como fase clónica, en esta fase podemos observar que el sujeto se muerde la lengua y/o micciona de manera involuntaria y vuelve a respirar; finalmente en la fase de recuperación, el individuo se va recuperando poco a poco, es habitual que se muestre confuso, desorientado e incluso agitado.

Pues bien, este patrón de convulsiones, que presentan los sujetos con epilepsia, se puede observar también en personas con crisis psicógenas. Este tipo de crisis pueden parecer similares a las ya mencionadas, pueden confundirnos, pero existen rasgos que las distinguen y nos ayudan a diferenciar cuando se trata de una o de otra, puesto que la intervención pertinente para cada una será distinta.

Distinción entre crisis psicógena y crisis epiléptica

Con el propósito de entender mejor cuáles son las características de las crisis psicógenas nos ayudará mencionar, señalar, las diferencias que existen entre estas y las crisis epilépticas, puesto que haciendo referencia de estas se entiende fácilmente en qué consisten las crisis histéricas. Veremos que hay múltiples diferencias, siendo algunas de ellas más sencillas de observar e identificar.

1. Rasgos de personalidad

Una característica distintiva que puede ayudar a diferenciar ambas crisis son los rasgos de personalidad que muestre el sujeto. Así si destaca por rasgos histéricos o actitud histriónica, son sujetos que muestran gran labilidad emocional, son egocéntricos, narcisistas, con una expresión de las emociones de manera superficial, buscando siempre llamar la atención, es más probable que el tipo de crisis que muestra sea de tipo psicógena.

En cambio, los sujetos que muestran crisis epilépticas no destacan por tener los rasgos de personalidad histéricos antes mencionados, sino por mostrar una mayor impulsividad.

2. Detonante

Otra variable que podemos considerar es si hay o no un detonante, un estímulo desencadenante que preceda la aparición de la crisis. De esta manera, si existen desencadenantes identificables que precipitan la crisis, con mayor probabilidad se tratará de un episodio tipo psicógeno.

Contrariamente, en las crisis epilépticas no podemos identificar ningún detonante, el episodio se inicia de manera imprevista, espontánea, sin que un estímulo lo active.

3. Causa de la crisis

Una de las características distintivas más significativas es la etiología que explica la aparición de cada crisis. En las crisis epilépticas existe una alteración cerebral en las conexiones neuronales, que afectan al correcto desarrollo de las funciones cerebrales y con ello se desencadenan las convulsiones.

Al contrario, en las crisis histéricas no se observa una causa orgánica, cerebral, que justifique la aparición de la alteración. Por este motivo, este tipo de crisis se denominan psicógeno, puesto que las causas que explican su manifestación son psicológicas.

4. Electroencefalograma

Relacionado con el punto anterior, con la alteración o no alteración orgánica, observamos que los sujetos que sufren crisis epilépticas, donde sí que hay una afectación orgánica, obtendrán resultados patológicos en el electroencefalograma, prueba que sirve para detectar y conocer la actividad eléctrica cerebral.

Mientras que las personas que desarrollan crisis psicógenas no muestran una actividad cerebral alterada, es decir, el electroencefalograma es normal.

5. Patrón de las crisis

El patrón de la crisis se refiere a las fases antes mencionadas y a los síntomas característicos que se muestran en cada uno. Este patrón típico de desarrollo se observa en las personas con epilepsia. En cambio, los sujetos que presentan crisis psicógenas no expresan un patrón constante de crisis, sino que este es variable, pudiendo mostrarse distinto en cada crisis.

6. Características de las auras

Las auras, que como dijimos es el estado previo a mostrarse la crisis, los síntomas que anticipan la aparición de las convulsiones, en el caso de las crisis histéricas esta suele ser aparatosa, con el propósito de llamar la atención del entorno. Sin embargo, las auras son menos llamativas o teatrales cuando estas preceden las crisis epilépticas.

Vemos como las auras vinculadas con crisis de etiología orgánica, los síntomas son más internos, sensación, de hormigueo, destellos de luz o percepción distinta de olores, se relacione más con variación en las sensaciones propias.

7. Cómo es el inicio

Uno de los síntomas característicos de las crisis epilépticas de gran mal es la pérdida de conciencia que comporta el desmayo y con ello la posible caída del sujeto. En este caso el inicio es brusco y el individuo no tiene tiempo de procurar medidas de seguridad. Es frecuente la pérdida de conciencia y el paciente puede hacerse daño al golpear.

Contrariamente, el inicio de las crisis psicógenas es más progresivo, el sujeto tiene tiempo a buscar un sitio seguro y procurar no hacerse daño.

8. Cómo termina la crisis

Similar al punto anterior, las crisis psicógenas terminarán de manera progresiva, el sujeto poco a poco irá mostrando menos síntomas. En contraposición, las crisis epilépticas mostrarán una terminación más brusca, podemos considerar que tal como aparecen los síntomas se van.

9. Presencia de otras personas

Una condición que siempre se observa en las crisis psicógenas es la presencia de sujetos en su entorno cuando estas aparecen, como dijimos unos de los rasgos característicos de los sujetos histriónicos consiste en llamar la atención, por tanto, debe haber otras personas para tal propósito.

En cambio, en las crisis epilépticas la variable presencia o no presencia de personas es irrelevante, no es una de las causas de aparición. Puede desarrollarse con gente alrededor o sin.

10. Presencia nocturna

Las crisis epilépticas pueden aparecer durante la noche. Contrariamente, las crisis histéricas no surgen nunca mientras el sujeto está durmiendo.

11. Pérdida de conciencia

En las crisis epilépticas de gran mal se da la pérdida total de conciencia. Sin embargo, en las crisis psicógenas la pérdida se da de modo parcial, el sujeto en cierta manera sigue siendo consciente.

12. Características de las convulsiones

Las convulsiones observadas en las crisis psicógenas son no coordinadas, anárquicas y se producen de manera intencional. En cambio, en las crisis epilépticas las convulsiones son simétricas y se producen sin que el sujeto lo pretenda, no son intencionales.

13. Gritos y habla durante la crisis

En las crisis psicógenas el sujeto puede hablar durante la crisis, así como gritar durante el transcurso de esta. En contraposición, en la crisis de origen orgánico el paciente no habla durante la crisis y si grita lo hace al inicio, no durante esta.

14. Relajación de esfínter

Relajación de esfínter o micción, se observa con frecuencia durante las crisis epilépticas, en la fase convulsiva. Mientras que en las crisis psicógenas el vaciado de esfínter es mucho menos habitual, casi nunca se da.

15. Morderse la lengua

Otro síntoma que suele ocurrir durante la fase convulsiva es morderse la lengua. De este modo, es frecuente observar este episodio en las crisis epilépticas, pero no se da nunca en el transcurso de las psicógenas.

16. Daño físico

Al producirse el inicio de manera brusca y no tener tiempo de adoptar medidas de seguridad, los sujetos que sufren crisis epilépticas con frecuencia tienen traumatismos ocasionados por golpes. En cambio, en las personas con crisis histéricas, al mostrar un inicio más progresivo y tener tiempo de procurar medidas de seguridad, las lesiones o daños producidos son mínimas o inexistentes.

17. Respuesta a estímulo doloroso

La pérdida de conciencia total o parcial se vincula también con la respuesta o no a estímulos dolorosos. La pérdida total de conciencia en las crisis epilépticas hace que el individuo no responda y no se active ante el dolor. Por el contrario, al tratarse de pérdida parcial de consciencia los sujetos con crisis psicógenas sí que responderán ante el dolor tratando de evitarlo.

18. Duración de la crisis

Las crisis epilépticas suelen durar unos minutos. En cambio, las crisis psicógenas muestran una duración mucho más variable, pudiendo durar de minutos a horas.

19. Recuperación del paciente

Tras la crisis los sujetos histéricos se recuperan más rápido, con mayor facilidad. Contrariamente, los individuos con epilepsia muestran una recuperación más progresiva, están más desorientados y confundidos al finalizar la crisis.

20. Frecuencia

Las crisis psicógenas pueden aparecer múltiples veces durante un día, más de una al día. Por su parte, las crisis epilépticas con poca frecuencia se observan más de una vez en un día.

21. Objetivo de la crisis

Como ya dijimos el objetivo o intención de las crisis psicógenas es llamar la atención, buscar que el ambiente actúe. En cambio, en las crisis epilépticas no se observa finalidad o intención, ya que como vimos aparecen de manera no intencionada.

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  • Perea, E., Torrez, M. y Suárez, M. (2012) Crisis psicógena, una patología psiquiátrica de enlace. A propósito de un caso. Revista Colombiana Psiquiatría.
  • Santos, J.L., Hernangómez, L. y Taravillo, B. (2018) Manual de CEDE de preparación PIR. Psicopatología. CEDE: 5ª Edición.

Psicóloga

Erin Sánchez es graduada en Psicología con mención en Psicología Clínica infantil y de adultos por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente estudia para las oposiciones de Psicólogo Interno Residente (PIR) y es voluntaria en AVAN, asociación que acoge a personas con afectaciones neurológicas, con sede en Sabadell (Barcelona).

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