Dieta mental: qué es, cuáles son sus beneficios, y cómo hacerla

Veamos en qué consiste la dieta mental, una rutina saludable de gestión de emociones y pensamientos.

Qué es la dieta mental

En la actualidad, se sabe que es muy importante tener buenos hábitos de alimentación, sueño e higiene. No obstante, es imprescindible para el ser humano tener a la vez hábitos saludables o dietas saludables (muy frecuentes) que le permitan gozar de una buena y equilibrada salud mental y psicológica.

En este artículo conoceremos qué es la dieta mental; se explicará qué hábitos y procesos psicológicos resultan ser necesarios para promover su práctica con la finalidad de mantener nuestra salud mental y psicológica.

¿Qué es la dieta mental?

La dieta mental es un ejercicio de autocuidado basado en la regulación de los pensamientos que una persona se autogenera con la finalidad de que logre promover un bienestar en su salud. Mediante ella se establece los pensamientos cognitivos que se desean sostener con la finalidad de promover los que son positivos y descartar los negativos, en sencillas palabras sería hacernos cargo o tomar acción sobre lo que pensamos. Dicho de otro modo, la dieta mental hace referencia a un ejercicio psicológico que nos va a permitir generar un beneficio en nuestra salud física, mental y psicológica si lo ponemos en práctica de manera frecuente.

Dieta mental

A través de la dieta mental se pone énfasis en la idea de no dar mucha importancia a los pensamientos negativos que pueden ir apareciendo en nuestra mente. Es imposible dejar de generar pensamientos negativos, pero lo que se busca es identificarlos con la finalidad de darle poca importancia anteponiendo otro pensamiento más positivo y favorable.

La dieta mental es muy recomendada por los profesionales de la salud mental, pues nos permitirá realizar cambios en nuestros hábitos de pensamiento. Para entender cómo funciona la dieta mental en nuestro organismo y nuestra salud es necesario entender que somos y nos convertimos en el resultado de lo que pensamos.

Además, la dieta mental resulta ser favorable para nuestra salud en general, pues genera resultados positivos en lo relativo a la modulación del estrés y la ansiedad. No obstante, es cierto y muy común que al principio cuesta ponerla en práctica, pero mediante la paciencia y la perseverancia podemos incorporar a nuestro régimen de vida.

¿Oara qué sirve?

La dieta mental resulta ser muy importante, pues mediante ella vamos a poder promover la salud mental, física y psicológica. Asimismo, mediante ella es más sencillo limitar la influencia que tienen en nosotros los pensamientos negativos y vamos a prestarle más importancia a los pensamientos que nos encaminen hacia una actitud constructiva. Hay que invertir tiempo y esfuerzo para poder modificar los pensamientos negativos y positivos, pues de esta forma experimentaremos cambios profundos y positivos en nuestra manera de pensar, sentir y actuar.

Son principalmente 4 los beneficios que nos brinda la práctica de la dieta mental. A continuación veremos cada una.

1. Promueve una mejor relación contigo mismo

La relación más importante y fundamental que vas a tener a lo largo de tu vida es la relación contigo mismo. A fin de cuentas, es uno mismo quien estará para sí mismo los 365 días del año, las 24 horas. Sucede que muchas veces esta relación no resulta ser positiva, ya que solemos convivir con una voz interna que nos recuerda muy constantemente aspectos negativos de nosotros mismos como nuestros errores cometidos, las cosas que no nos merecemos, nuestros fracasos, etc. Mediante estos recordatorios nos hace creer que no lograremos nada haciéndonos sentir poco capaces. No obstante, tenemos la facultad de revertir todo lo mencionado anteriormente mediante la dieta mental, creando hábitos saludables de pensamiento, lo que nos permitirá tener una mejor relación con nosotros mismos, aumentando nuestro autoconcepto y autoestima.

2. Promueve estados emocionales positivos

Los pensamientos negativos que solemos generar de nosotros mismos permiten que aparezcan estados emocionales poco saludables. Es muy probable la aparición y la conservación de niveles elevados de ansiedad, frustración, miedo o tristeza si constantemente solemos generar y mantener pensamientos negativos sobre nosotros mismos, pues estos estados emocionales terminan siendo el resultado de nuestra forma de pensar. Por ello es importante promover pensamientos positivos que generen estados emocionales saludables mediante las dietas mentales. Si empezamos a seleccionar qué creencias nos aportan cosas buenas y cuáles no, cambiará drásticamente el modo en que nos sentimos.

3. Promueve el afrontamiento de la adversidad

Cada vez que afrontamos una adversidad, obstáculo o problemática, hacemos uso de un diálogo interno. Esto nos permite procesar e interpretar lo que está sucediendo a nuestro alrededor y nos ayuda a decidir que tipo de acción tomar.

Mediante el uso de la dieta mental podemos conseguir que ese diálogo interno sea optimista, empoderante y motivador, lo que nos va a permitir tener mayor nivel de confianza en considerarnos capaces de salir adelante frente a la adversidad. Mediante este tipo de contenido mental se promueve la resiliencia y se logra obtener una autorregulación emocional en los momentos más estresantes o complicados.

4. Promueve el alcance de nuestras metas

Si queremos realmente alcanzar metas y anhelos, resulta imprescindible ser nuestros propios entrenadores mentales. Debemos motivarnos y fomentar el optimismo, la confianza y la seguridad en nosotros. De esta manera podremos guiarnos durante el proceso de nuestras metas, modificando nuestro rumbo si es necesario. Las directrices mencionadas anteriormente resultan ser muy importante para que nuestra mente no empiece a divagar sin tener claridad sobre nuestros objetivos y no nos haga creer lo complicado que podrían ser alcanzar nuestros objetivos o lo lejos que pensamos que están para poderlos conseguir.

¿Cómo aplicar la dieta mental?

Realizar la dieta mental no es un trabajo tan complejo como parece, sin embargo, es importante ser pacientes y perseverantes en el mantenimiento de la misma. A continuación, se presentará la serie de pasos a seguir para poder aplicar una dieta mental.

1. Identificar tus pensamientos predominantes

Es importante identificar los pensamientos predominantes que suelen estar con mayor frecuencia en nuestra mente. En general, estos pensamientos forman parte de sentencias sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el mundo que nos rodea en términos absolutos. Algunos de ellos podrían ser: “soy cobarde y tímido”, “no creo poder lograrlo”, “todo me sale mal”, “las personas son malas”. Es fundamental analizar el tipo de pensamiento que se nos presenta cuando enfrentamos situaciones específicas y que nos decimos a nosotros mismos en estas situaciones. Finalmente, podríamos anotarlo con la finalidad de evidenciar si realmente se ajustan a la realidad.

2. Establecer pensamientos apropiados o positivos

El segundo paso importante es establecer los pensamientos adecuados y apropiados (pensamientos positivos), aquellos pensamientos que realmente van a nutrir o favorecer a nuestra mente a partir de ahora con la finalidad de promover nuestra salud. Alguno de estos pensamientos positivos podría ser: “soy valioso y capaz”, “la vida me ofrece muchas cosas buenas”, “soy habilidoso”, “las personas que me rodean son buenas”, “soy capaz de lograr mis metas”. Estas ideas deben tomar mayor relevancia en nuestra mente, deben primar y deben socavar a los otros pensamientos negativos que hemos identificado inicialmente.

3. Implementar la dieta mental como parte de nuestros hábitos

Consiste en implementar como parte de nuestros hábitos la dieta mental. Es decir, empezaremos a favorecer y potenciar los pensamientos funcionales, nutritivos o positivos con la finalidad de que perdure nuestra adecuada salud mental y psicológica. Podemos optar por el hábito de repetir en las mañanas al despertarnos o incluso antes de irnos a descansar. Lo fundamental es aplicarlos en el día a día como un patrón de conducta. Cuando empecemos a tener pensamientos negativos debemos decidir no darles importancia y sustituirlos por pensamientos positivos.

4. Ser firme, constante y perseverante

Es importante ser firme, constante y perseverante en el momento de poner en práctica la dieta mental como hábitos saludables. Este paso resulta ser el más difícil, pues a muchas personas les cuesta mucho adquirir nuevos hábitos saludables a su ritmo de vida. No obstante, si nos mantenemos constantes una semana favoreciendo y dándole mayor relevancia solo a los pensamientos más nutritivos o positivos, notaremos una gran diferencia, pues nuestro estado de ánimo va a mejorar, al igual que nuestra motivación y nuestras relaciones interpersonales serán más satisfactorias.

Dieta mental de los 7 días

Este plan para algunas personas resulta ser muy sencillo y para otras no. Básicamente, consiste en no instalar o albergar un solo pensamiento negativo en nuestra mente durante los siguientes 7 días. Si bien los pensamientos negativos pueden aparecer en nuestra mente, la finalidad es no engancharse ni darle relevancia a ni uno de ellos. Es decir, tenemos que poner en práctica durante esos 7 días de la semana los 4 pasos (identificar pensamientos predominantes, establecer pensamientos positivos, implementar la dieta mental como un hábito y ser firme, constante y perseverante) que han sido mencionados anteriormente.

  • Dalgleish, T. (2004). The emotional brain. Nature Reviews Neuroscience. 5(7): pp. 583 - 589.
  • Goleman, D. (1998). Working with Emotional Intelligence. Nueva York: Bantam Books.

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Ayrton Reyes Guerrero. (2022, mayo 4). Dieta mental: qué es, cuáles son sus beneficios, y cómo hacerla. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/dieta-mental

Bachiller En Psicología

Ayrton Reyes Guerrero es Bachiller en Psicología, cursando una maestría en Psicología Clínica y de la Salud en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, Perú. Cuenta con diversos cursos de formación, como Conducta Responsable en Investigación y diplomados especializados en Técnicas de Modificación Conductual en Niños y Adolescentes; y Gestión de Recursos Humanos.

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