¿Cuáles son los Miedos a los Animales más frecuentes?

Estas son las formas de miedo a los animales más extendidas entre la población.

¿Cuáles son los Miedos a los Animales más frecuentes?

Los animales pueden ser adorables o resultarnos terroríficos; la diversidad de formas de vida que hay en nuestro planeta es también una diversidad de reacciones emocionales ante ellos.

Ahora bien, cuando nos hacen sentir miedo, esta emoción no siempre se corresponde con la realidad; es común asumir que el oso panda es un animal simpático con el que se podría incluso jugar y, en cambio, evitar a toda costa a los insectos, aunque la mayoría de estos últimos nos resultan inofensivos y el panda tiene una de las mordeduras más fuertes del mundo.

¿A qué se deben estas diferencias? ¿Y cuáles son las formas de miedo a los animales más frecuentes? Veámoslo.

¿Cuáles son los animales a los que más tememos?

Es importante distinguir entre miedo a los animales en general, por un lado, y fobia a los animales, por el otro. Está claro que el hecho de temer a ciertos animales no es algo problemático necesariamente; a pesar de que el ser humano ha extinguido buena parte de las especies capaces de suponerle una amenaza, siguen existiendo varias que incluso llegan a atacar con regularidad a personas adultas hoy en día, como el oso polar o el hipopótamo común.

Por eso, cuando hablamos de fobias no estamos refiriendo a un trastorno de ansiedad que genera una reacción ansiosa desproporcionadamente intensa para el grado en el que una situación es peligrosa. Es decir, que las personas con zoofobia sufren un problema que afecta a su calidad de vida y limita su autonomía, al llevarle a evitar ciertas situaciones en las que no existe un peligro objetivo.

Ahora bien, el miedo (ni siquiera cuando es miedo “normal” y no fóbico) no se basa en un análisis racional de lo que ocurre a nuestro alrededor; está sesgado y tiene ciertas predisposiciones, generadas a partir de un proceso de selección natural que se ha desarrollado durante cientos de miles de años en las generaciones de nuestros ancestros. Dicho de otro modo, nuestro cerebro ha evolucionado, en parte, para hacer que tendamos a evitar ciertos animales sin necesidad de reflexionar sobre si realmente nos pueden dañar o no. Este fenómeno ha dado forma al modo en el que estructuras de nuestro cerebro como las amígdalas o la corteza cingulada se asocian a otras partes de nuestro sistema nervioso.

¿Y cuáles son esos animales capaces de hacernos sentir más angustiados? Parece ser que son especialmente dos: las arañas, en primer lugar, y las serpientes, por el otro. De hecho, varios estudios muestran que se nos da especialmente bien detectar a las serpientes, un conjunto de animales caracterizado por intentar pasar desapercibido.

Si nos detenemos a pensar sobre ello, tiene sentido; nuestro linaje ha evolucionado sobre todo en regiones de tipo tropical o sub-tropical, donde abundan los animales venenosos y donde tenemos obtenemos un mayor beneficio si los detectamos a tiempo (debido a que por su tamaño es fácil evitarlos una vez los hemos visto).

¿Cuáles son los tipos de zoofobia más comunes?

La zoofobia es una de las tres sub-clases de trastornos fóbicos más comunes entre la población; y estas, a su vez, están entre los trastornos de ansiedad más frecuentes en las sociedades occidentales. Pero no todos los animales tienen las mismas probabilidades de activar una respuesta fóbica en las personas expuestas a su presencia; hay algunos con una especial predisposición a hacernos entrar en un estado de pánico, al menos entre la gente que ha desarrollado un problema de ansiedad. Así, se ha visto que las variantes de zoofobia más comunes son las siguientes:

  • Fobia a las serpientes
  • Fobia a las arañas
  • Fobia a las avispas
  • Fobia a los perros
  • Fobia a los ratones y a las ratas

Como vemos, las serpientes y las arañas repiten también en este listado, lo cual nos indica que, al menos en parte, muchos de los casos de fobias se asientan sobre circuitos neuronales de procesamiento del miedo que están presentes en la mayoría de las personas y que han sido útiles para sobrevivir durante cientos de miles de años. Sin embargo, más allá de esta faceta “instintiva” de las fobias, también hay otro factor que influye en cuáles son los tipos de zoofobia más frecuentes: el grado en el que los animales están presentes en las superficies urbanizadas.

Tanto los perros como los ratones se caracterizan por ser animales que se han extendido alrededor del planeta por el hecho de vivir junto al ser humano; en un caso como mascota, y en los otros casos (el de las ratas, los ratones y las avispas) como especies comensales, acostumbradas a vivir en las ciudades comiendo deshechos orgánicos. Además, todas están asociadas a un cierto grado de peligro, ya sea en forma de heridas muy dolorosas o en forma de transmisión de enfermedades. Y por cierto, las palomas, que también son una especie comensal muy común, no están muy abajo en el listado de fobias a animales comunes, a pesar de que ellas son totalmente inofensivas.

El tratamiento de las fobias a los animales

La zoofobia es relativamente fácil de tratar en psicoterapia, y en cuestión de pocos meses, lo más común es que la persona salga de la consulta del psicólogo siendo capaz de vivir sin que el miedo la paralice cada vez que ve el animal al que temía (o cada vez que intuya que puede andar cerca).

Para ello, los profesionales de la psicoterapia usamos recursos como la exposición controlada o la desensibilización controlada, los cuales han demostrado ser muy eficaces ante toda clase de trastorno fóbico y orense un contexto adecuado en el que el paciente puede enfrentarse a su miedo y no tratar de evitarlo constantemente.

Ignacio García Vicente

Ignacio García Vicente

Psicólogo especializado en adultos

Profesional verificado
Almería
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  • Etkin, A.; Egner, T.; Kalisch, R. (2011). Emotional processing in anterior cingulate and medial prefrontal cortex. Trends in Cognitive Sciences, 15(2): pp. 85 - 93.
  • García, R. (2017). Neurobiology of fear and specific phobias. Learning & Memory, 24(9): pp. 462 - 471.
  • Gray, J.A. (1987). The Psychology of Fear and Stress (2nd ed.). Cambridge, England: Cambridge University Press.
  • Olsson, A.; Nearing, K.I.; Phelps, E.A. (2007). Learning fears by observing others: the neural systems of social fear transmission. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 2(1): pp. 3 - 11.
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Psicólogo

Almería

Ignacio García Vicente es Psicólogo General Sanitario y terapeuta experto en terapias contextuales y terapia cognitivo-conductual. En su consultorio de Almería capital trabaja con adultos y adolescentes con problemas como las adicciones, las fobias, la depresión, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo y otras alteraciones comunes. También realiza terapia familiar y de pareja.

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