Hay una serie de trastornos mentales en los que, con mayor o menor frecuencia, pueden surgir de manera comórbida una serie de síntomas que constituyen algunas de las psicopatologías de la imaginación. Por ejemplo, ocurre con la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, los trastornos del estado de ánimo y algunas deficiencias sensoriales.
Las psicopatologías de la imaginación son una serie de “engaños perceptivos” en los que una persona percibe una serie de imágenes en su mente que en realidad no están presentes físicamente, por lo que esas percepciones no son reales, sino que son producto de su imaginación; aunque la persona experimenta la percepción de esas imágenes como su fuesen reales.
En las siguientes líneas veremos con mayor detenimiento en qué consisten las principales psicopatologías de la imaginación y cuáles son sus características.
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¿Qué son las psicopatologías de la imaginación?
Las psicopatologías de la imaginación, también denominadas como “engaños perceptivos”, son un conjunto de psicopatologías en las que una persona percibe una serie de imágenes que son productos elaborados en su mente, aunque los experimenta como si fuesen reales. Por tanto, se trata de una interpretación perceptiva, que ha resultado ser engañosa, de una imagen experimentada cognitivamente en términos de la senso-percepción.
La explicación de un fenómeno tan particular como es el de las psicopatologías de la imaginación podría ser porque la percepción y la imaginación presentan las mismas normas dentro de su proceso a través del funcionamiento de la mente humana. En estos casos, además, los órganos sensoriales encargados de la percepción y la imaginación, no tienen ninguna alteración que justifique esta anomalía, de forma que esta puede ser una característica clave para diferenciar las psicopatologías de la imaginación de las distorsiones perceptivas.
Sin embargo, cabe destacar que en algunas ocasiones las psicopatologías de la imaginación podrían llegar a originarse por alguna alteración o disfunción en los órganos sensoriales por diversos motivos (p. ej., por la ingestión voluntaria o accidental de alguna sustancia tóxica, por alguna disfunción cerebral, entre otras).
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Tipos de psicopatologías de la imaginación
En este apartado haremos una subdivisión de las psicopatologías de la imaginación entre dos grandes categorías: la primera sería la de las pseudopercepciones o imágenes anómalas; y la segunda, la de las alucinaciones.
1. Imágenes anómalas o pseudopercepciones
En esta subcategoría de las psicopatologías de la imaginación se incluirá un grupo de imágenes mentales anómalas que pueden llegar a confundirse con percepciones reales, puesto que su procesamiento en el cerebro es bastante semejante al de una percepción auténtica.
Dichas imágenes poseen una de las dos particularidades que se mencionan a continuación:
- La primera es cuando se producen en ausencia de unos estímulos que las pueden activar o desencadenar.
- La otra es cuando se activan o mantienen sin que el estímulo que produjo dicha imagen ya no esté presente.
1.1. Imágenes alucionoides
Este tipo de imágenes son producidas en la mente del sujeto en ausencia de algún estímulo concreto y real que las pueda activar, de manera que son autónomas y subjetivas, aunque poseen unas características similares a las de una imagen real del exterior que es percibida por el sujeto, por lo que le resulta difícil diferenciarlas.
Estas imágenes se producen normalmente en casos en los que la persona sufra algún tipo de afección en el sistema nervioso central, tratándose generalmente de imágenes muy simples y carentes de algún tipo de significado emocional (p. ej., luces, destellos, etc.) o también podrían producirse en una modalidad auditiva (p. ej., ruidos simples, sonidos aislados, etc.). En estos casos la persona es consciente de que son producto de su imaginación.
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1.2. Imágenes hinopómpicas e hipnagógicas
Tanto las imágenes hipnopómpicas como las hipnagógicas son una de las psicopatologías de la imaginación extraordinariamente frecuentes entre la población general no clínica, puesto que se calcula que aproximadamente el 70% de la población las ha llegado a experimentar, por lo que no suelen ser parte de algún trastorno mental que requiere ningún tipo de tratamiento.
Estas anomalías fueron denominadas en los primeros textos sobre el tema como “alucinaciones fisiológicas”, debido a que se producen en torno al sueño, es decir, entre el sueño y la vigilia o viceversa, siendo momentos en los que las personas se encuentran en un estado de semi-consciencia.
Una imagen hipnopómpica se compone de aquellas imágenes que percibe el sujeto en un breve periodo transcurrido entre un estado de sueño y el de vigilia, siendo un tipo de pseudopercepción, puesto que las imágenes que el sujeto percibe no están delante de él realmente. Es frecuente que las personas que experimentan imágenes hipnopómpicas piensen que han sido un sueño que han experimentado mientras dormían.
Por otro lado, una imagen hipnagógica se trata de aquellas imágenes percibidas cuando una persona se encuentra adormecida, en un breve periodo temporal de tránsito, que pasa desde la vigilia hacia el sueño.
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1.3. Post-imágenes o imágenes consecutivas
Este tipo de psicopatologías de la imaginación se plasma en aquellas imágenes que suelen ser producidas como consecuencia de una estimulación sensorial excesiva justo antes de que sean experimentadas por el sujeto.
Su gran diferencia con el eidetismo es que la representación de estas imágenes consecutivas o post-imágenes no podrían ser evocadas al cabo de un tiempo, mientras que en el eidetismo sí se podría. Por otro lado, también es común que estas imágenes tengan unas propiedades opuestas con respecto a las de la imagen original.
1.4. Imágenes eidéticas y mnésicas
En este caso hablamos de imágenes sobre recuerdos de nuestro pasado que se presentan en nuestra mente de una forma transformada, pudiendo haberse producido en función de los deseos personales, siendo de una naturaleza subjetiva y, además, el sujeto la experimenta con una nitidez y viveza muy bajas.
Las imágenes eidéticas tratan de una serie de imágenes amnésicas muy particulares y pueden ser consideradas como un tipo de recuerdo sensorial, consistiendo en representaciones mentales idénticas, o casi, de alguna impresión sensorial que han quedado como si estuvieran fijadas en la mente del sujeto. Asimismo, el sujeto las puede evocar voluntariamente o también podrían llegar a irrumpir en su mente de manera involuntaria.
1.5. Imágenes parásitas
Su principal diferencia con las imágenes mnésicas es que las parásitas son involuntarias y autónomas; mientras que de las imágenes consecutivas o post-imágenes se llegan a diferenciar porque las parásitas son subjetivas, siendo consciente la propia persona de que han sido un producto de su mente.
Sin embargo, se parecen a las otras en que también se han producido como consecuencia de algún estímulo que ha percibido el sujeto pero que ya no se encuentra presente en la imagen, siendo a su vez esta característica una distinción con respecto a las ilusiones.
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2. Alucinaciones
Ahora vamos con el otro gran subgrupo que hemos clasificado dentro de las psicopatologías de la imaginación, las alucinaciones, los trastornos más característicos dentro de este grupo de psicopatologías.
No obstante, a pesar de tener un importante valor a nivel diagnóstico, las alucinaciones no siempre se presentan dentro de un trastorno mental, pudiendo aparecer en algunas ocasiones en personas sanas a nivel mental, pero que se encuentran bajo unas condiciones estimulares peculiares.
Cuando una persona experimenta algún tipo de alucinación, le llega a otorgar realidad y cuerpo a unas imágenes que su memoria está recordando sin que estén siendo percibidas en ese momento a través de los sentidos, por lo que las alucinaciones, en verdad, son fruto de su mente.
Una alucinación trata de un tipo de representación cognitiva o mental que tiene unas características similares a las de una imagen percibida o imaginada, produciéndose si haber un estímulo que la haya desencadenada o que pueda provocar su percepción y, a pesar de ella, tienen el mismo impacto a nivel cognitivo que si fueran percibidas de forma real. Por otro lado, una alucinación no puede ser controlada de manera voluntaria por la persona que la experimenta, de manera que se considera que es de carácter intrusivo.
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Características de las alucinaciones
Para entender mejor en qué consiste una de las psicopatologías de la imaginación más relevantes, como son las alucinaciones, vamos a explicar brevemente algunas de sus características más importantes.
La primera es que las alucinaciones tratan de un grupo de imágenes con un alto grado de intensidad, por lo que la persona considera que han adquirido un carácter perceptivo, creyendo que las está percibiendo realmente en el exterior, aunque en realidad están siendo creadas solamente en su imaginación.
Una segunda característica muy relevante de las alucinaciones es que tratan de un fenómeno más bien sensorial y no perceptivo, como el sujeto que las experimenta pudiera llegar a creer.
La tercera característica que cabe resaltar sobre las alucinaciones es que tienen unas cualidades objetivas, es decir, que tienen una corporeidad, y también poseen especialidad, por lo que aparecen en el espacio que se encuentra frente al sujeto. Según Jaspers, las alucinaciones, en este sentido, serían unas percepciones nuevas, que no han podido surgir de percepciones reales y que se han presentado de manera simultánea a las percepciones reales que se encuentran delante del sujeto.
Por otro lado, estas características planteadas no han estado exentas de críticas por quienes sostienen que cuando un paciente alucina es capaz de distinguir sin dificultades entre sus experiencias alucinatorias y su imaginación. Otra de las críticas al respecto afirma que es una manera de conceptualizar las alucinaciones incompletas, poco exactas, pueden resultar contradictorias.
Hay una consideración con respecto a las alucinaciones muy relevante por parte de Reed, entre otros. Este investigador considera que la característica fundamental de las alucinaciones es que el individuo que alucina mantiene una convicción de realidad de la experiencia, por lo que el sujeto piensa que dichas alucinaciones son percepciones reales.
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La clasificación de las alucinaciones
Hay tres modalidades fundamentales para clasificar las alucinaciones, siendo estas las siguientes.
Según su complejidad, es la primera de las modalidades de clasificación de las alucinaciones, pudiendo dividirlas entre alucinaciones elementales o complejas.
Otra de las modalidades de clasificación de las alucinaciones es según sus contenidos, pudiendo ser de los siguientes modos:
- Contenidos religiosos y/o culturales.
- Deseos, miedos, recuerdos, experiencias, etc.
- En relación con el contenido de algún delirio o de otra psicopatología.
- En relación a situaciones vitales especiales muy estresantes o impactantes.
La tercera clasificación de las alucinaciones sería según su modalidad sensorial, pudiendo ser entonces visuales, auditivas, táctiles, gustativas, olfativas, cinestésicas, etc.
Por otro lado, hay una serie de variantes a nivel fenomenológico de las experiencias alucinatorias que conviene mencionar, siendo estas las siguientes: alucinaciones reflejas, funcionales, negativas, autoscopias y alucinaciones extracampinas.
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