Para abordar el tema de la depresión, me gustaría que tuviésemos en cuenta el origen de la palabra; este nos ayuda a conocer un poco más sobre cómo ha sido percibida a través del tiempo.
Cuando no se tenía información como hoy en día sobre los cambios de humor, se pensaba que todo giraba en torno de la magia y terapias de carácter empírico, como las dietas, paseos, música, arte...
La depresión, según la procedencia de la palabra del latín “abatimiento”, es uno de los trastornos más antiguos que se conocen en la Historia de la humanidad. Antiguamente, se la conocía como “melancolía” y ese término se utilizó hasta el Renacimiento. Para el año de 1725 ya se usaba la palabra depresión, ahora vigente. Con la llegada de la medicina moderna, se considera una forma de trastorno del estado del ánimo que no nos permita llevar una vida o rendir de una forma habitual.
En la actualidad se estima que el 10% de la población llegará a estar deprimida alguna vez en su vida. Hoy en día, debido a varios fenómenos como la sobre-información, los problemas de uso de redes sociales, las dinámicas surgidas de movimientos sociales e incluso de factores ambientales y de enfermedades nuevas, podemos sentirnos mucho más vulnerables a esta condición en cualquier momento.
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¿Qué vivencias nos aproximan a la depresión?
Se considera que para que una persona llegue a un estado depresivo, tuvo que sufrir al menos un cambio vital percibido como desagradable. En este sentido, se ha propuesto una serie de clasificaciones que nos pueden ayudar a estructurarlas.
1. Cambios Vitales
Estos se refieren a un cambio de vida en el que el individuo se ve afectado negativamente; una relación fracasada, una enfermedad, pérdida o inconsistencia laboral, etc.
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2. Acumulación de pequeñas pérdidas
Son pequeños momentos que a lo largo del tiempo se vuelven más y más constantes hasta que se llega a un límite de tolerancia.
3. Ruptura de cambios conductuales
Se dan cuando hay cambios ambientales tales como: cambio de casa, lugar de residencia, cambio de escuela, cambio de trabajo, cambio de círculo social o familiar...
4. Aumento en la cantidad o calidad de la aversión
Se da un aumento en aspectos negativos en el entorno, como pueden ser aumento de trabajo, presión por exámenes, estrés, relaciones tóxicas, crisis sanitarias...
5. Pérdida de reforzadores simbólicos
Existen circunstancias que hacen que las personas lleguen a dejar de creer en valores como la justicia, una creencia religiosa o algo importante en lo que se creía.
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Elementos que nos alejan de la depresión
Existen otros factores que también afectan a la persona y pueden contribuir a superar la depresión, como pueden ser los siguientes.
1. Estilo de vida
La persona debe encontrar el equilibrio emocional; cuando los factores negativos pesan más, es cuando surgen síntomas de depresión.
Para contrarrestar es importante que las personas hagan actividades placenteras, y tener interacción con personas que de alguna forma inspiren y motiven en lugar de arrastrar hacia abajo.
2. Levantar su autoestima
Cuando logramos este aspecto en la vida, sabemos que somos lo suficientemente valiosos para aspirar a metas ilusionantes y no damos cabida a centrar nuestro pensamiento en los aspectos negativos que se nos presentan. De este modo podemos dar solución a los problemas que nos rodean y no tomar tan en serio lo malo que nos ocurre, para evitar que nos afecten con tanta profundidad. Ojo, no digo que no nos importen esas experiencias, sino que veamos otras perspectivas para abordar las dificultades de manera constructiva.
3. Eliminar el sentimiento de culpa
Estamos muchas veces inmersos en la culpa, y mitigarla es importante para tomar el control de la situación y no quedarnos paralizados ante el malestar.
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4. Búsqueda de soporte social adecuado
Tal vez muchos de nosotros sentimos que no pertenecemos a un grupo, o incluso a nuestra familia, donde por alguna ocasión nos llegamos a sentir inadecuados. Pero con el apoyo de un profesional podemos mejorar muchísimo las habilidades sociales o incluso erradicar ese estilo de pensamiento que alimenta el pesimismo y la soledad.
5. Evitar el abuso de sustancias
Siempre se ha hablado sobre el daño que pueden ocasionar los estupefacientes y/o bebidas alcohólicas. Con el paso de los años cada vez vemos su uso como algo cotidiano; es común que si alguien rechaza una bebida, se sienta desplazada socialmente.
Pero déjame decirte que además de los daños físicos que las drogas generan en el cuerpo, el estado anímico se va en picado hasta el fondo del mar; parece que nos sirven para levantar el ánimo, pero al final de su efecto lo que hace es hacernos sentir deprimidos.
Si eso lo sumamos a nuestro estado emocional de depresión, se crea un cóctel muy dañino.
Ante esta clase de combinaciones de problemas es necesario contactar a un profesional para poder atacar el problema de raíz de una forma adecuada.
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6. Evitar el abuso de redes sociales
Tal vez sigas a personas que despiertan ese sentimiento de depresión y no te habías dado cuenta. Es bueno dejar de seguir ciertas cuentas que te despiertan esas sensaciones negativas.
Regina Wohlmuth Abraham
Regina Wohlmuth Abraham
Doctorado
No te compares con nadie, lo que veas en las redes sociales no debe regir tu estado de ánimo. Para lograr esto te invito a que levantes tu autoestima, y recuerda que es muy importante seguir por tu camino sin necesidad de mirar siempre a los lados.