Por desgracia, se ha dado en los últimos años un elevado número de casos de asesinato y violencia hacia los hijos por parte de un progenitor con el objetivo de vengarse o de causarle daño y sufrimiento al otro progenitor; normalmente tras una separación de la pareja.
El síndrome de Medea ha sido utilizado para hacer referencia a aquellos casos en los que uno de los progenitores decide hacer daño a su hijo, tanto a nivel físico como psicológico, con el fin de causar daño y sufrimiento al otro progenitor. Este síndrome podría considerarse dentro de la categoría de la violencia vicaria.
En este artículo veremos en qué consiste el síndrome de Medea y sus características.
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¿En qué consiste el síndrome de Medea?
El síndrome de Medea en el ámbito de la psicología ha sido utilizado para hacer referencia a aquellos casos en los que uno de los progenitores decide hacer daño a su hijo, tanto a nivel físico como psicológico, con el fin de causar daño y sufrimiento al otro progenitor.
Este tipo de violencia normalmente se comete contra hijos menores de edad, aunque también se han encontrado casos de violencia contra otra persona o algún bien que sea muy apreciado por parte de la persona maltratada (p. ej., causarle daño a los padres de su expareja, destruir alguno de sus bienes, etc.); sin embargo, en el síndrome de Medea se habla más bien del daño causado hacia los hijos que se tengan en común.
Los modos de causar ese daño a los hijos pueden ser muy diversos y además esto podría deberse a varios factores (p. ej., cultura, país, entorno social, político y/o económico, etc.). Lamentablemente, en investigaciones realizadas sobre este tipo de casos se ha llegado a documentar todo tipo de situaciones que pueden relacionarse con el síndrome de Medea, pudiendo encontrarse situaciones de violencia verbal o psicológica y física a través de insultos, severos castigos o insultos, entre otros modos de violencia.
En los casos más graves, ha habido personas que han llegado a asesinar a sus hijos con el fin de causar el sufrimiento del otro progenitor. Por otro lado, este tipo de actos han sido denominados de otras formas como puede ser “violencia por sustitución” o “violencia vicaria”.
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¿De dónde proviene el nombre de este mito?
El origen del síndrome de Medea se encuentra en el mito de Medea, que habla de una mujer hechicera y sacerdotisa que acabó con la vida de sus hijos con el fin de vengarse de su padre. En la historia acerca de este mito se cuenta que Medea, la hija de la ninfa Idía y del rey de la Cólquida, Eetes y, además, era nieta de Helios, el dios del Sol. Medea era la sacerdotisa de Hécate, siendo considerada por sus fieles como la madre que poseía los conocimientos de la hechicería. Es por ello que Medea podría considerarse como el arquetipo de hechicera o de bruja, contraria al ideal prototipo ideal de la mitología griega.
El desarrollo del mito de Medea surgió a raíz de una historia en la que se explica que Jasón y los argonautas llegaron a Cólquida, el reino del padre de Medea buscando el vellocino de oro. Atenea y Hera, las diosas encargadas de proteger a Jasón y a sus acompañantes pidieron a Medea que se casara con Jasón y lo apoyara en su cometido. No fue difícil que se cumpliera esa petición, puesto que Medea quedó prendada al ver a Jasón ni tampoco fue complicado que se uniera a él en la búsqueda de sus propósitos.
Sin embargo, el rey de la Cólquida y padre de Medea no se lo puso fácil a Jasón y le encomendó algunas tareas que debía cumplir su quería conseguir el vellocino de oro. El mito de Medea cuenta que esta hechicera ayudó a Jasón a superar esas pruebas, haciéndolo invulnerable a los obstáculos, de manera que fue gracias a ella por lo que consiguió superarlas.
Tras una serie de retos a los que debieron enfrentarse Jasón y Medea, lograron asentarse en Corinto, donde fueron bien recibidos por parte del rey Creón. Allí vivieron una buena época juntos, llegando incluso a tener dos hijos. No obstante, llegó un día en el que Jasón se enamoró de Glauce, la hija del rey, y ahí comenzaron los conflictos entre la pareja. Medea, aparentemente, aceptó el compromiso entre Jasón y Glauce, llegando incluso a regalarle un vestido a la joven; pero cuando se lo puso, el vestido se incendió y, tras ello, terminó ardiendo todo el palacio.
Después de haber arrasado con todo, Medea sabía que los corintios tomarían represalias contra ella y sus dos hijos. Por ello, cuenta el mito que fue cuando Medea tomó la decisión de acabar con la vida de sus dos hijos antes de que lo hicieran los corintios. También existe otra versión de este mito en la que se narra que los hijos de Medea fueron asesinados por los corintios para vengarse de ella. En lo que sí parecen coincidir ambas versiones es en el hecho de que, tras el asesinato de sus dos hijos, Medea huyó a Atenas, donde volvió a casarse y tuvo otro hijo, Medo.
Lo último que se cuenta acerca de su historia, es que terminaría siendo perdonada en la Cólquida, su lugar de origen. Además, el mito de Medea concluye narrando que Medea alcanzó la inmortalidad y que vive para la posteridad en los Campos Elíseos.
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Principales características del síndrome de Medea
Después analizar numerosos casos del síndrome de Medea o de la violencia vicaria, algunos expertos han podido observar un perfil psicológico característico de aquellas personas que cometen actos de violencia contra sus hijos con el fin de causar daño al otro progenitor. Este tipo de perfiles suelen compartir una serie de características, entre las que se encuentran las que vamos a enumerar a continuación:
- Una impulsividad elevada.
- Baja o incluso una nula tolerancia a la frustración.
- Una autoestima baja.
- Inseguridad.
- Historial de adicciones.
- Alucinaciones y delirios.
Sin embargo, aunque estas características se hayan podido encontrar en una parte notable de aquellos sujetos que cometieron este tipo de actos, el hecho de que una persona cumpla posea alguna o varias de esas características no significa que vaya a cometer un delito así. Por ello, es importante que el síndrome de Medea sea diagnosticado por un profesional, habiendo realizado previamente las evaluaciones pertinentes.
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Algunos ejemplos del síndrome de Medea
En las últimas décadas ha habido casos relacionados con el síndrome de Medea como los que vamos a exponer de forma breve a continuación y que, probablemente, a muchos de vosotros os sonarán.
1. Caso de José Bretón
En el año 2011, hubo un caso muy sonado por la repercusión que tuvo a través de los diferentes medios de comunicación debido a la gravedad del asunto. Un hombre conocido como José Bretón acabó con la vida de sus dos hijos menores, de 2 y de 6 años de edad, en la localidad española de Córdoba. Tras cometer los actos, decidió quemar los cadáveres de los dos pequeños con el fin de no dejar rastros.
En 2013, José Bretón terminaría siendo condenado a 40 años de prisión por ello y es destacable que estos actos fueron cometidos a causa de una venganza contra su mujer con motivo de una propuesta de divorcio.
2. Caso de David Oubel
Años más tarde del caso de José Bretón, en 2015, un hombre llamado Davis Oubel, asesinó a sus dos hijas, de 4 y de 9 años, en una localidad de la comunidad autónoma de Galicia (España), siendo otro caso de violencia vicaria en el que el objetivo era vengarse de su mujer. En 2017, David Oubel fue condenado a cadena perpetua.
3. Caso de Tomás Gimeno
En el año 2021, en la isla española de Tenerife, un hombre conocido como Tomás Gimeno, secuestró a sus dos hijas, de 1 y de 6 años de edad. 45 días después del secuestro, en el fondo del mar se encontró el cuerpo de la mayor de las hijas dentro de una bolsa lastrada. Sin embargo, el cuerpo de la pequeña no fue hallado, aunque existen indicios encontrados por parte de los expertos que han investigado el caso que aclaran que la pequeña también habría sido asesinada y arrojada al mar dentro de otra bolsa lastrada que había sido hallada abierta y vacía.
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