Comúnmente se conoce al estrés como algo externo a nosotros; solemos decir “tengo mucho estrés” o “el trabajo me estresa” por ejemplo.
El estrés es una respuesta adaptativa del organismo a eventos o situaciones que requieren un esfuerzo tanto físico como cognitivo o mental. Es por ello que el estrés por sí mismo es útil, nos da la fuerza y energía para hacer frente a este tipo de situaciones: acelera el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, el tono muscular, entre otros efectos que nos activan.
Así pues, el estrés no es algo negativo de por sí, aunque comúnmente así se crea. El problema viene cuando ese estrés es mantenido en el tiempo.
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Dos categorías de estrés
Algunos autores hablan de dos tipos de estrés, diferenciando el estrés como motivador al cambio y el estrés que genera un problema de salud:
Estrés positivo o eustrés
En este caso la persona interactúa con el estresor y es capaz de adaptarse de una forma adecuada. La respuesta suele ser breve, leve y bajo el supuesto de que es controlable.
Este tipo de estrés surge de manera frecuente en nuestra vida y es necesario para la adaptación y desarrollo del organismo.
Estrés negativo o distrés
Aquí las demandas del medio o la percepción de la persona de estas son excesivas y superan la capacidad de resistencia de la persona, así como de adaptación al medio, por lo que genera consecuencias negativas para nuestro organismo tanto a nivel físico como psicológico.
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¿Qué es lo que me estresa?
Llamamos estresor a las cosas o situaciones que nos producen estrés. Puede ser algo físico, como por ejemplo un accidente, o psicológico, como una expectativa o social como un conflicto familiar.
Si consideramos que el estrés es algo externo, entonces las mismas cosas nos deberían estresar a todos con la misma magnitud y esto, normalmente, no es así. A cada persona le estresan cosas diferentes y con distinta intensidad, porque esto tiene que ver con nuestras estrategias de afrontamiento para cada situación y la forma en la que evaluamos el medio, entre otros factores.
Además, no son únicamente estímulos negativos los que nos generan ansiedad, sino también pueden ser circunstancias o situaciones positivas, como un ascenso en el trabajo, o el construir una vivienda propia.
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¿Qué es lo que hace que perciba algo como estresante?
Son diversas cualidades de los acontecimientos que hacen que se perciban como más estresantes, principalmente serían las siguientes.
1. Cambio o novedad de la situación
Aquí podemos incluir por ejemplo un cambio en el trabajo o en el lugar de residencia; son situaciones que requieren de la persona una adaptación, se percibe como estresante cuando se hace una valoración de que no se tienen los recursos adecuados o se pueden no tener para el cambio.
2. Que sea impredecible
Ocurre cuando sabemos que va a ocurrir algo pero no sabemos cuándo; esto suele ocurrir en enfermedades en las que no sabemos el curso que van a llevar, como por ejemplo enfermedades autoinmunes que emergen por brotes, pero sin una continuidad específica.
3. La incertidumbre
Es una variable que está presente en mayor o menor medida en nuestra vida cotidiana. Depende en gran medida de la capacidad de la persona para tolerar esa incertidumbre, aunque hay casos, como puede ser problemas en el trabajo, o el curso de una enfermedad grave, que pueden generar mayores niveles de estrés.
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4. Incontrolabilidad de la situación
Cuando interpretamos que las circunstancias como aversivas y en las que no podemos hacer nada, se perciben como amenazantes y muy estresantes, ya que no se puede hacer nada por cambiarlo. Una experiencia así puede ser, por ejemplo, el fallecimiento de un familiar cercano.
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¿Qué elementos amortiguan el estrés?
Estos son los principales aspectos que nos ayudan a contrarrestar el desgaste causado por el estrés.
- Apoyo social.
- Hábitos saludables como la higiene del sueño, el ejercicio equilibrado y una rutina de alimentación sana.
- Variables personales como la flexibilidad, la resiliencia y la autoestima.
- Estilo de afrontamiento al estrés y la valoración de tener recursos para afrontarlo.
- Predisposición biológica.
¿Cómo nos afecta el estrés?
Los períodos prolongados de estrés pueden afectar tanto a nivel físico como psicológico, destacando entre otros los siguientes problemas:
- Desgaste del sistema inmune.
- Dolor de cervicales.
- Caída del cabello.
- Problemas digestivos.
- Alteraciones del sueño.
- Mayor irritabilidad.
- Problemas en la piel.
- Fallos en la memoria y la atención.
- Apatía y depresión.
Centro Blanca Esther Psicología
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Licenciada En Psicología
Si crees que puedes estar pasando por un momento o situación negativa y te está generando consecuencias a nivel físico y/o psicológico, o percibes que algún familiar tiene algún problema relacionado con el estrés, puedes contactar con el Centro Blanca Esther Psicología, estaremos encantados de poder ayudarte.