¿Cómo es la terapia familiar para Trastornos de la Conducta Alimentaria?

Así es como funciona la terapia familiar aplicada a los casos de trastornos alimenticios.

¿Cómo es la terapia familiar para Trastornos de la Conducta Alimentaria?

Cuando se realiza un tratamiento psicológico sobre un trastorno de la alimentación en niñas y adolescentes, es fundamental realizar sesiones terapéuticas con la familia, puesto que es imprescindible conseguir el apoyo de su familia para facilitar la recuperación de las pacientes.

La terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria (TCA) puede ser una buena solución para tratar estas psicopatologías en adolescentes debido a que los efectos de esta clase de trastornos no se limitan a la persona persona que los padece, sino que también suelen afectar a su núcleo familiar, de forma que los TCA pueden causar ciertas dificultades en la convivencia.

Por tanto, aunque la intervención se enfoque principalmente en las pacientes que sufren algún tipo de TCA, es importante el apoyo de sus padres para una recuperación más rápida y sólida, así también habrá mayores probabilidades de evitar futuras recaídas.

A continuación veremos en qué consiste este modelo de psicoterapia familiar aplicada a los trastornos alimenticios, así como su estructura y sus objetivos.

¿En qué consiste la terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria?

En las pacientes más jóvenes con trastornos de la conducta alimentaria, las guías más recientes sobre tratamientos psicológicos recomiendan el uso de una terapia familiar, siendo la más popular la conocida como “Family Based Treatment” o FBT (Terapia Basada en la Familia) que comenzó a desarrollarse por un equipo de profesionales del Maudsley Hospital de Londres en los años 90, siendo una terapia que requiere el trabajo de un equipo sanitario multidisciplinar, que incluya psicólogo y/o psiquiatra, personal médico y de enfermería y un especialista en nutrición.

Este modelo de terapia está fundamentado en que la participación y el apoyo de los padres durante el tratamiento resulta imprescindible para que funcione la terapia y la paciente pueda superar con éxito el trastorno de la conducta alimentaria. Además, otro de los objetivos durante las sesiones es fortalecer los recursos de los padres de la paciente con el fin de que apoyen a su hija en el cambio hacia un estilo de vida y una relación con la comida saludable, con el fin de evitar que se tenga que recurrir al ingreso hospitalario.

Cabe destacar que es muy importante que los padres aprendan a separar el trastorno de la conducta alimentaria de la identidad de su hija, de manera que dicho trastorno se externalice y no culpen a su hija por su manera de comportarse con respecto a la alimentación y el aspecto físico.

La FBT es un modelo de terapia que ha demostrado buenos resultados con las dos terceras partes de los padres y adolescentes que aceptan realizar este tratamiento, consiguiendo la remisión completa del trastorno de la conducta alimentaria en un 40% de los casos, habiendo recaídas en el resto, lo cual no quiere decir que esté todo perdido, ya que siempre hay la posibilidad de volver a intentarlo o de recurrir a otro modelo de psicoterapia, como puede ser la terapia cognitivo-conductual aplicada a los trastornos de la conducta alimentaria.

Entre los motivos del fracaso de esta modalidad de terapia se encuentran los siguientes: falta de apoyo en el tratamiento por parte de los padres y su falta de disponibilidad para acompañar a su hija a las sesiones de terapia.

Objetivos y técnicas empleadas en esta psicoterapia

Para que la terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria funcione es importante tener presentes en todo momento los objetivos del tratamiento y que el psicoterapeuta utilice un serie de técnicas que faciliten la consecución de los mismos.

1. Objetivos de la terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria

El objetivo fundamental de esta terapia es, además de lograr unos hábitos de alimentación y un peso saludable, fomentar unos patrones de comunicación positivos entre los padres y su hija, de forma que ayuden a su hija a lograr los objetivos de la terapia, sintiéndose apoyada y comprendida por sus padres.

A su vez, se deben trabajar las estrategias de habilidades que permitan una regulación emocional frente a situaciones que generen frustración y angustia en la paciente. Para ello se debe enseñar la manera de expresar sus emociones de una manera adecuada y esto se consigue expresando de una forma más clara sus sentimientos e ideas. Así sus padres pueden comprender mejor lo que le sucede a su hija y, al mismo tiempo, ella se sentirá más comprendida.

Se deben establecer unos límites interpersonales claros entre los miembros de la familia, apoyando a los padres y también promoviendo la autonomía de su hija en aquellos casos en los que sea necesario que tenga un poco más de libertad.

Además, de manera conjunta, con los padres y su hija, se deben buscar las ventajas y los inconvenientes que pudieran tener las soluciones para los problemas que pudiera haber en la familia. Para ello es importante analizar la manera de percibir los problemas por parte de cada miembro de la familia y así poder trabajar un estilo individual de afrontamiento constructivo de dichos problemas.

Es importante fijar unas metas realistas para la terapia familiar y establecer paso a paso la manera de abordar los problemas y de buscar las correspondientes soluciones.

Como en cualquier modalidad de terapia psicológica, es muy importante establecer una buena alianza con todos los miembros participantes en ella, con el fin de que se desarrolle en un ambiente terapéutico que facilite el proceso de mejora. Dentro de este ambiente, la familia debe reforzar una estructura de apoyo mutuo entre sus miembros para afrontar entre todos el tratamiento con el fin de conseguir la superación exitosa de la terapia, así como también cualquier tipo de problema que se presente en el futuro.

Es fundamental que la terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria sea llevada a cabo por un psicoterapeuta especializado en terapias sistémicas o familiares con el fin de que el tratamiento pueda desarrollarse correctamente.

2. Técnicas de intervención más utilizadas por los psicólogos en este tipo de terapia

Una de las técnicas más utilizadas en esta terapia familiar es la escucha activa por parte del terapeuta, con el fin de facilitar la comprensión y mostrar interés por la paciente y sus padres, de manera que sientan que están siendo entendidos por el psicólogo.

El psicólogo debe animar a la paciente a reconocer los rasgos de su personalidad y los factores que están obstaculizando el proceso de recuperación.

Es importante trabajar en el entrenamiento de las expresiones de apoyo entre los padres y su hija mediante ensayos de conducta que deben ser explicados detalladamente por el psicólogo previamente, utilizando técnicas de modelado, práctica repetida, retroalimentación y generalización.

La terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria es un tratamiento estructurado, cuyas sesiones ya se han pautado de forma previa y, por ello, deben cumplirse las sesiones y los pasos pautados de manera previa, por lo que no da lugar a la improvisación.

Fases de la terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria

Esta terapia tiene una duración aproximada comprendida entre los 6 y los 12 meses, dependiendo de la gravedad de los síntomas, así como de la respuesta al tratamiento, entre otros factores y; por otro lado, está estructurada en 3 fases, que se dividen entre 10 a 20 sesiones, en función de las necesidades según cada caso particular. Pudiendo alargarse en algunos casos en los que fuera necesario.

1. Control completo de los padres

Esta primera fase de la terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria se compone de las primeras 10 sesiones, que se realizan con la frecuencia de 1 sesión por semana.

El objetivo principal en esta fase consiste en facilitar el apoyo necesario a los padres de la joven con un trastorno de la conducta alimentaria para que promuevan el restablecimiento de unos hábitos alimentarios correctos y saludables en su hija, así como también un peso saludable, sobre todo cuando padece anorexia nerviosa y su peso se encuentra muy por debajo de lo que debería para su estatura.

A lo largo de todo el proceso de la psicoterapia también se debe trabajar con cualquier aspecto emocional que pudiera estar causando malestar a la paciente (por ejemplo, síntomas de ansiedad, depresión, conductas adictivas, etc.).

2. Retorno de manera gradual del control al adolescente

Esta fase abarca las 6 sesiones siguientes, que se realizan con una frecuencia de 1 sesión cada 15 días, tras haber completado la primera fase, comenzando cuando los hábitos de alimentación y el peso están prácticamente normalizados dentro de unos márgenes que se podrían considerar saludables.

A lo largo de esta fase se debe intentar disminuir la necesidad de supervisión por parte de sus padres y es la hija quien debe comenzar de manera progresiva a responsabilizarse de llevar un estilo de alimentación correcto.

3. Establecer una independencia saludable

Esta tercera fase suele durar 3 o 4 sesiones, con una frecuencia de 1 sesión al mes o cada 3 semanas, y comienza cuando se han normalizado los hábitos de alimentación y el peso, sin que haya ningún riesgo para la salud de la paciente.

Durante estas últimas sesiones la terapia estará enfocada en aspectos psicológicos relacionados con la construcción de la identidad de la paciente.

Asimismo, durante esta fase también se debe apoyar a la familia en su proceso de adaptación a la crisis del ciclo vital que podría suponer el hecho de tener que adaptarse a las demandas de su hija adolescente de tener mayor independencia, siempre dentro de unos límites razonables.

Módulos de la terapia familiar para trastornos de la conducta alimentaria del Hospital Maudsley

Este modelo de terapia familiar está compuesto por cuatro módulos, estando preparado cada uno de ellos para la consecución de diferentes objetivos.

1. Módulo para el reaprendizaje de alimentación correcta

En este módulo se busca el restablecimiento de un estilo de alimentación saludable, enfocándose en una alimentación variada y equilibrada, comprendiendo los aspectos placenteros y sociales que tiene la comida para las personas.

2. Módulo para la rehabilitación

Aquí se trabaja fundamentalmente con los sesgos cognitivos erróneos que suelen tener las pacientes con respecto a la alimentación, la imagen corporal, la autoimagen, etc.

3. Módulo para la recompensa-sistema emocional

En este módulo el objetivo principal es buscar en la paciente el equilibrio del sistema emocional de evitación-aproximación.

4. Módulo para la psicoeducación

Se realiza la psicoeducación y la enseñanza de habilidades de comunicación, estando la paciente acompañada de sus padres, con el objetivo de evitar la confrontación de la paciente y así ayudar a paliar el malestar psicológico que esté sufriendo.

  • Roncero, M.; Carrasco, A.; García-Soriano, G.; Quiles, M.J. & Quiles, Y. (2021). Tratamientos psicológicos para los trastornos de la conducta alimentaria y de la ingestión de alimentos. En E. Fonseca. Manual de tratamientos psicológicos: Infancia y Adolescencia (pp. 378-403). Madrid: Ediciones Pirámide.
  • Sepúlveda, A.R. (2014). Intervención familiar en los trastornos de la conducta alimentaria. En G. Morandé, M. Graell y M. A. Blanco. Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad: Un enfoque integral (pp. 367-381). Madrid: Editorial Médica Panamericana.

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Mario Arrimada. (2023, enero 11). ¿Cómo es la terapia familiar para Trastornos de la Conducta Alimentaria?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/terapia-familiar-trastornos-conducta-alimentaria

Psicólogo

Mario Arrimada es Graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca y dispone de un Máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental en la Universidad a Distancia de Madrid. Varios cursos de formación, entre ellos el de Experto en Trastornos de la Personalidad con la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia, de Experto en Mindfulness y de Experto en DSM5 y CIE11, ambos en la UDIMA.

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