La enfermedad de Alzheimer es una condición neurodegenerativa en la que el paciente padece problemas de memoria, además de síntomas como confusión, cambios de humor, cambios en la personalidad y conductas agresivas.
Los pacientes diagnosticados con esta enfermedad se van convirtiendo en individuos muy dependientes de su entorno social, puesto que a medida que va progresando la enfermedad su capacidad para hacer las tareas más simples y cotidianas se va esfumando al igual que los recuerdos que conformaron su vida.
Si bien la mayoría de los pacientes con esta demencia muestran los mismos síntomas, existen diferentes tipos de Alzheimer en función de la gravedad y otros criterios que vamos a explorar a continuación.
- Artículo relacionado: "Enfermedades neurodegenerativas: tipos, síntomas y tratamientos"
¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es una condición neurodegenerativa que trae consigo múltiples síntomas de tipo cognitivo y comportamental. Esta enfermedad suele empezar con pequeñas pérdidas de memoria y confusión, evolucionando hasta la pérdida total de memoria, problemas en la toma de decisiones y graves dificultades para realizar tareas cotidianas**.
Añadidos a estos síntomas, también se dan cambios en la personalidad del paciente junto con sintomatología depresiva, cambios de humor, aislamiento social y agresividad.
Se cree que en la actualidad unas 50 millones de personas en todo el mundo vive con la enfermedad de Alzheimer. Se prevé que para el año 2050 el número de casos a nivel mundial alcance los 131 millones. Esta enfermedad es una de las primeras diez causas de muerte en la mayoría de los países desarrollados, puesto que la población está envejecida y esta condición neurodegenerativa es más común cuando se superan los 65 años de edad. En el caso particular de España, se tiene constancia de unos 800.000 casos de la enfermedad.
Aunque la edad es considerada un factor de riesgo para padecer Alzheimer, los síntomas asociados a esta enfermedad no son simple resultado del envejecimiento. Detrás de la aparición, gravedad y progresión de esta enfermedad neurodegenerativa también juegan un rol clave la genética y el estilo de vida, aunque no se sepa con exactitud en qué medida y en ciertos subtipos de Alzheimer.
Desde las neurociencias se han propuesto muchas teorías para explicar el porqué de los cambios que se dan a nivel cerebral durante el transcurso de la enfermedad de Alzheimer. A pesar de tener variedad de hipótesis explicativas, sí que coinciden en que son dos los rasgos distintivos de esta enfermedad: los ovillos neurofibrilares y las placas seniles.
Los ovillos neurofibrilares son estructuras anormales compuestas por la proteína Tau, una sustancia que compone el citoesqueleto celular.
Las placas seniles son estructuras compuestas por agregados de proteína beta-amiloide y provocan interferencias en la comunicación celular, provocando eventualmente la muerte de las neuronas.
- Quizás te interese: "Las 12 enfermedades del cerebro más importantes"
¿Qué tipos de Alzheimer existen?
Hay diversidad de opiniones en la comunidad científica no solo a la hora de hablar de los diferentes tipos de Alzheimer que parece que hay, sino que también existe el debate de si el Alzheimer se puede clasificar como una demencia por sí sola o como la causa de una. No hay duda que es una enfermedad cerebral, pero hay quienes consideran que más que ser un tipo de demencia sería la causa biológica de lo que provoca la demencia, manifestada en síntomas cognitivos y comportamentales.
Los expertos que consideran a la enfermedad de Alzheimer como una demencia genuina la clasifican junto con los demás tipos de enfermedades neurodegenerativas en las que se presenta un deterioro cognitivo y comportamental:
- Deterioro cognitivo leve
- Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
- Demencia de cuerpos de Lewy
- Demencia vascular
- Daño cerebral asociado a alcoholismo
- Demencia precoz
- Demencia frontotemporal
- Deterioro cognitivo asociado a VIH
De acuerdo con los conocimientos actuales que se disponen sobre la enfermedad de Alzheimer, esta puede clasificarse en diferentes tipos teniéndose en cuenta como criterios el grado de severidad, el tipo de respuesta inflamatoria y el inicio o desencadenante que causa la enfermedad.
Según la gravedad
Estas son en realidad fases por las que suele pasar una persona con esta condición neurodegenerativa, siendo lo normal ir de un Alzheimer leve hasta uno severo. El diagnóstico es crucial para controlar la enfermedad, puesto que cuanto antes sea diagnosticado el paciente con este tipo de demencia, más posibilidades hay de tratarlo eficazmente y evitar que los síntomas progresen rápidamente.
En función de la intensidad de los síntomas típicos de la enfermedad de Alzheimer hablamos de los siguientes tipos de Alzheimer.
1. Alzheimer leve
En el Alzheimer leve (Mild Alzheimer’s) comienza a haber signos de deterioro cognitivo. El paciente presenta ligeros problemas a la hora de hacer tareas cotidianas, como por ejemplo pagar facturas, poner la lavadora, conducir, trabajar…
Debido a que estos síntomas no son demasiado llamativos ni graves, el paciente que se encuentra en esta etapa de la enfermedad de Alzheimer sigue funcionando con un cierto grado de dificultad, pero sin requerir de ayuda de nadie. Tardará un poco más en llevar a cabo tareas que antes hacía con agilidad y rapidez.
2. Alzheimer moderado
En el Alzheimer moderado (Moderate Alzheimer's) ya se presenta un gran daño neuronal, lo cual hace que los síntomas propios de la enfermedad se vuelvan más intensos. El paciente sufre episodios de confusión más graves y, debido a que hay una mayor pérdida de memoria, empieza a requerir cada vez de más ayuda hasta volverse una persona dependiente.
Si bien es posible que el paciente se mantenga ágil físicamente, al no ser capaz de llevar a cabo las tareas rutinarias más sencillas es peligroso dejarlo solo o sin supervisión. Además, puede sufrir alucinaciones y fallos en el procesamiento de las sensaciones, y mostrar síntomas propios de un delirio, cambios de humor y conductas agresivas.
3. Alzheimer severo
A medida que las placas neurofibrilares y los ovillos de proteína Tau empiezan a propagarse por todo el cerebro, las células nerviosas empiezan a morirse. Esto da como resultado una reducción del tejido cerebral. Los pacientes que presentan el Alzheimer severo (Severe Alzheimer's) suelen acabar encamados e, incluso, pierden la capacidad del habla.
- Artículo relacionado: "Los 4 cambios psicológicos en la vejez (memoria, atención, inteligencia, creatividad)"
Según la respuesta inflamatoria
El Alzheimer es categorizado en tres tipos en función de la respuesta inflamatoria.
1. Alzheimer inflamatorio
Además de presentar los síntomas cognitivos y comportamentales característicos de la enfermedad, el Alzheimer inflamatorio presenta como rasgo distintivo una alta proporción de albúmina sérica a globulina y un alto nivel de proteína C reactiva en respuesta a la inflamación, biomarcadores característicos de este proceso fisiológico a nivel cerebral.
2. Alzheimer no-inflamatorio
El Alzheimer de tipo no-inflamatorio no presenta altas acumulaciones de biomarcadores asociados a la inflamación. No obstante, se pueden dar otras alteraciones metabólicas típicas asociadas con esta condición, como es el caso de las placas y ovillos neurofibrilares.
3. Alzheimer cortical
El Alzheimer cortical es causado por un déficit en los niveles de zinc en varias regiones del cerebro. A pesar de que no hay una respuesta inflamatoria asociada con este subtipo, esto provoca alteraciones en el funcionamiento normal del cerebro los cuales dan lugar a los síntomas característicos de la enfermedad de Alzheimer.
- Quizás te interese: "Tipos de memoria: ¿cómo almacena los recuerdos el cerebro humano?"
Clasificación según el inicio y lo que desencadena la enfermedad
Se considera que hay dos tipos de Alzheimer en función de la edad a la que aparece, más un tercer tipo en función de si se sospecha que podría haber heredabilidad entre miembros de la familia para presentar esta demencia.
1. Alzheimer precoz
Decimos que el Alzheimer es precoz (early-onset Alzheimer’s) cuando este es diagnosticado antes de haber cumplido los 65 años de edad. Se trata de casos muy poco comunes, dándose sólo en 5 de cada 100 pacientes con Alzheimer, y los primeros síntomas pueden darse a edades tan tempranas como los 40 o 50 años.
Se han barajado diversos factores para explicar la aparición del Alzheimer precoz, aunque se cree que el más importante sería un defecto en el cromosoma 14. Las personas con síndrome de Down son propensas a este tipo de Alzheimer.
2. Alzheimer tardío
La mayoría de los casos de Alzheimer presentan la enfermedad después de haber cumplido los 65 años de edad, siendo llamado Alzheimer tardío (Late-onset Alzheimer’s). Este tipo de Alzheimer es el más común, siendo el de cerca de 95% de casos de personas con la enfermedad.
No se sabe con exactitud cuál es el desencadenante genético detrás de la aparición del Alzheimer tardío, aunque se considera que habría una combinación de factores genéticos y ambientales (epigenéticos).
El estilo de vida y las experiencias a lo largo de la misma influyen en la posibilidad de padecer Alzheimer. Son factores de riesgo tener una vida estresante, consumir drogas, el tabaquismo, el alcoholismo, llevar una dieta poco variada y saludable, el sedentarismo y ser cognitivamente poco activo.
Si bien no se puede decir que el Alzheimer sea una condición 100% evitable, sí que es cierto que manteniendo un estilo de vida saludable, haciendo ejercicio, tomando una alimentación saludable, evitando el consumo de sustancias nocivas y poner a prueba nuestro cerebro pueden servir para prevenir el Alzheimer y su temprana aparición.
3. Enfermedad de Alzheimer familiar
Se ha planteado la existencia de otro subtipo de enfermedad de Alzheimer llamado familiar (familial Alzheimer’s disease o FAD en inglés). Esta condición sería sumamente rara, presentándose en 1 de cada 100 pacientes con esta demencia neurodegenerativa.
Una persona solo puede ser diagnosticada de FAD en caso de que presente un genotipo específico de la enfermedad, es decir, que en su familia haya un gen específico para presentar el Alzheimer y que él o ella lo tenga.
Gracias a esto, es posible detectar si un miembro de la familia podría presentar Alzheimer mediante un análisis genético para ver si tiene el gen que causa la enfermedad, siendo posible calcular el riesgo exacto a padecer esta demencia.