Tipos de dislexia: definición, síntomas y causas

Existen distintos subtipos de este trastorno del aprendizaje. Los conocemos a continuación.

Tipos de dislexia

La dislexia es el trastorno más prevalente en cuanto a trastornos del aprendizaje se refiere. Se detecta especialmente durante la etapa escolar, y afecta a los procesos de lectura, que acaban repercutiendo y dificultando los procesos de escritura.

En este artículo conoceremos los tres tipos de dislexia según la vía de lectura afectada, y los dos tipos de dislexia según su origen. Analizaremos las características de cada uno de ellos y veremos las diferencias que presentan, así como sus síntomas.

Tipos de dislexia

La dislexia consiste en un trastorno del aprendizaje caracterizado por la dificultad de leer correctamente. Dicha dificultad se traduce en síntomas como intercambiar letras al leer, confundirlas y/o omitir palabras durante la lectura. Además, también puede (y suele) conllevar dificultades en la escritura.

Se trata de un trastorno muy prevalente entre los niños y los adolescentes (especialmente en los niños). Concretamente, constituye el 80% de los casos de trastornos del aprendizaje. Se estima que su prevalencia se sitúa entre el 2 y el 8% de los niños escolarizados.

Sin embargo, encontramos diferentes tipos de dislexia. Podemos clasificarlas según diversos parámetros. Nosotros nos centraremos en dos: según la vía de lectura afectada y según el origen. Pero antes, vamos a ver qué se entiende por vías de lectura a través de la teoría de la doble vía.

Teoría de la doble vía

Cuando aprendemos a leer, lo podemos hacer a través de diversas vías de lectura: la vía directa o visual y la vía indirecta o fonológica. Estas dos vías son los conceptos que plantea la teoría de la doble vía de la lectura.

Para entender los diferentes tipos de dislexia que existen según la vía afectada, primero deberemos entender bien cómo funcionan cada una de las vías posibles de lectura, ya que en función de si está afectada una u otra vía, el tipo de dislexia será uno u otro.

1. Vía visual

La vía visual también se denomina vía directa o vía léxica. Cuando utilizamos esta vía, nos fijamos en la representación gráfica de las palabras, y la relacionamos con el significado de las mismas. Como su nombre indica, es una vía centrada en la vista, y hace que leamos las palabras “globalmente”, sin deletrear letra por letra.

A partir de esta vía, pasamos de las palabras (mediante una percepción gestáltica y global de las mismas) al significado del término, y posteriormente a su pronunciación (leemos).

2. Vía fonológica

Esta segunda vía también se denomina vía indirecta o secuencial; cuando la utilizamos en la lectura, nos centramos en los sonidos de las letras para transformarlos en palabras, mediante un proceso de conversión grafema-fonema.

Es decir, nos basamos en utilizar una codificación fonémica, deletreando letra por letra, sonido por sonido, has formar la palabra. Es por ello que recibe también el nombre de secuencial o indirecta.

A diferencia de la vía visual, el mecanismo de la vía fonológica pasa por acceder a la palabra, decodificarla fonema a grafema, pronunciarla y finalmente acceder a su significado.

Según la vía afectada

El primer parámetro o criterio que utilizaremos para clasificar los diferentes tipos de dislexia es según la vía afectada. Así, como ya anunciábamos, según si esté afectada la vía léxica, la fonológica o ambas, encontramos tres tipos de dislexia:

1. Dislexia léxica

El primero de los tipos de dislexia es la dislexia léxica, donde la vía afectada es la vía léxica. Siempre debemos pensar que el nombre de la dislexia corresponde a la vía afectada. Este tipo de dislexia también se denomina dislexia superficial.

Un sujeto que la presente, tendrá dificultades en leer palabras irregulares; es decir, palabras “atípicas”, con reglas especiales de escritura, que se alejan del modelo habitual (como por ejemplo verbos irregulares).

Esta dislexia también se denomina dislexia perceptivo-visual, al estar afectada la vía visual. Lo que ocurre en este tipo de dislexia es que la persona, al no poder leer globalmente, porque tiene la vía visual afectada, tiene que leer letra por letra, decodificando fonema-grafema.

Otros síntomas asociados

Además, la dislexia léxica suele aparecer a los 7 u 8 años (a diferencia de otras que aparecen de forma más tardía). Viene acompañada, además, de déficits en psicomotricidad y en memoria inmediata (la que nos permite recordar hechos que acaban de ocurrir). La persona confunde las letras al leer, manifiesta problemas de comprensión lectora y tiene una escritura alterada (escribe con inversiones).

Finalmente, otro síntoma característico es la alteración en destrezas perceptivo-visuales a la hora de resolver problemas visuales o de ubicar objetos.

2. Dislexia fonológica

El segundo de los tipos de dislexia según la vía afectada es la dislexia fonológica, en que la vía fonológica (no léxica, indirecta o secuencial) está afectada. Las dificultades principales son, en este caso, leer pseudopalabras (es decir, palabras que no existen, inventadas).

Esto se explica de la siguiente forma: la persona que la padece, al no poder leer letra por letra accediendo al significado de las palabras, porque tiene la vía fonológica afectada, deberá usar la vía visual o directa. Y, al no poder decodificar fonema-grafema, tendrá dificultades en leer palabras que no existen en realidad, ya que las deberá leer globalmente, y como no existen (y no está habituada a ellas), ahí aparecerá la dificultad de procesarlas.

Otros síntomas asociados

Este tipo de dislexia también se denomina dislexia auditivo-lingüística. Suele aparecer más tarde que la anterior, en niños de entre 9 y 12 años. Las alteraciones que la acompañan se relacionan con la memoria auditiva inmediata. Además, la persona confunde las palabras que tienen un sonido similar y se salta letras al leer (las omite).

Por otro lado, igual que ocurre en la dislexia visual, el sujeto presenta cambios en la escritura, cometiendo errores sintácticos, así como una comprensión lectora deficiente.

3. Dislexia profunda

La última de los tipos de dislexia es la dislexia profunda, la más grave. También se denomina dislexia mixta, ya que ambas vías están afectadas; la visual y la fonológica. Concretamente, pero, la más afectada es la vía fonológica (que no se puede usar en absoluto); en cambio, la vía visual está parcialmente preservada, y es por ello que el sujeto es la única que puede utilizar (en parte).

En este caso, el sujeto tiene dificultades para leer todas las palabras, ya sean regulares, irregulares o pseudopalabras. Es por ello que la comprensión lectora en este caso sea nula.

Según el origen

El segundo criterio que utilizaremos para clasificar los diferentes tipos de dislexia es según su origen. Así, encontramos dos tipos de dislexia, los conocemos a continuación.

1. Dislexia evolutiva

Esta dislexia también se denomina dislexia del desarrollo. Su origen es desconocido, pero se ha relacionado con alteraciones genéticas y un retraso madurativo. Afecta desde el nacimiento; sin embargo, obviamente se puede empezar a detectar cuando el niño o la niña empieza con el aprendizaje de la lectura. Es más común que el siguiente tipo de dislexia (dislexia adquirida).

2. Dislexia adquirida

En este caso, la dislexia adquirida tiene su origen en una lesión cerebral que afecta a una o más zonas del cerebro implicadas en los procesos de lectoescritura. Dependiendo de la edad que tenga el niño en el momento de la lesión, de su plasticidad cerebral, de la estimulación cognitiva que reciba posteriormente y de otras variables, la dislexia que aparecerá será más o menos grave, y más o menos temporal.

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.

  • Asociación Andaluza de Dislexia (Asandis). (2010). Guía General sobre Dislexia.

  • Tamayo, S. (2017). La dislexia y las dificultades en la adquisición de la lectoescritura. Profesorado, revista de currículum y formación del profesorado, 21(1): 423-432.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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