Todo el mundo conoce el famoso habemus papam (¡tenemos papa!) que se proclama desde el Vaticano justo antes de anunciar quién es el nuevo pontífice romano. De hecho, cada nuevo cónclave, gran parte del mundo está pendiente de la elección, tanto si pertenece al área católica como si no. Y es que la figura del papa, cabeza de la Iglesia Católica y jefe de estado, genera fascinación y polémica a partes iguales.
¿Cuáles han sido los papas más influyentes de la historia?
A lo largo de la historia, y desde el que es considerado como primer papa, San Pedro, hasta el recientemente nombrado León XIV (8 de mayo de 2025), se han sucedido centenares de papas. En concreto, nada menos que 267, algunos de los cuales generaron más polémica que otros.
Y es que la historia de los papas no ha sido ni pacífica ni estable. Si bien hubo papas que consiguieron guiar con éxito a su rebaño, existieron otros con un marcado carácter belicoso y demasiado apegados al lujo (y a la lujuria), como el famoso papa Borgia (Alejandro VI). No debemos olvidar que, hasta no hace mucho, el papa no era solo un líder espiritual, sino también un señor feudal, por lo que su figura distaba mucho de la figura exclusivamente religiosa que tenemos en mente hoy en día.
De hecho, toda la Edad Media estuvo plagada de fuertes conflictos entre poder espiritual y temporal, que enfrentaba, de facto, a emperadores y reyes contra el obispo de Roma. Bonifacio VIII promulgó al respecto, en 1302, su famosa bula Unam Sanctam, mediante la que ratificaba que el papa ostenta poder espiritual, pero también temporal, en cuanto que es príncipe de la Iglesia. Algo que, por supuesto, no gustó nada al rey de Francia, Felipe IV, que lo capturó y lo humilló para demostrar que, en cuestión de poder temporal, el papa nada tenía que decir...
¿Qué significa exactamente la figura del papa?
El papa es el líder espiritual de la Iglesia Católica. Su denominación proviene de la palabra griega pappas, que significa "padre". Pero los obispos de Roma no fueron llamados papas desde un inicio, ni tampoco gozaron siempre de la supremacía sobre el resto de comunidades cristianas.
Clemente I, el sucesor del que, tradicionalmente, se ha considerado el primer papa (San Pedro), fue el que se dio cuenta, en las postrimerías del siglo I, que el obispo de la comunidad cristiana de Roma debía gozar de un estatus superior al resto de comunidades, puesto que Roma era la capital del imperio. Encontramos un testigo de la voluntad de consolidar esta supremacía en la Primera Epístola de Clemente a los Corintios, donde este segundo papa consideraba al obispo de Roma sucesor de Pedro y de Pablo, los dos grandes santos del cristianismo y, en consecuencia, líder indiscutible de la cristiandad.
Así pues, el liderazgo del obispo de Roma por encima de las otras iglesias cristianas no fue un estatus aparecido desde los albores del cristianismo. Por el contrario; se fue consolidando poco a poco y no siempre fue un asunto indiscutible. De hecho, con la división del Imperio romano en el siglo III existió un intenso debate sobre qué urbe debía poseer la dignidad de cabeza de la Iglesia, si Roma o Constantinopla.
De este modo, la consolidación de la figura del papa (o sea, del obispo de Roma) como líder de la Iglesia solo se fraguó de forma concluyente a partir de la definitiva escisión entre las comunidades cristianas de Oriente y Occidente, que, en adelante, caminarían por senderos distintos.
Los 7 papas más influyentes de la historia
En las incesantes subidas y bajadas de la historia de los papas, han existido figuras que han pasado prácticamente sin pena ni gloria, bien sea por su fugacidad, bien por su pobre o nula gestión. Sin embargo, otros pontífices han destacado a fuego en los anales de la historia, por diferentes causas (y no todas buenas). Examinemos a continuación algunos de los papas más influyentes de la historia y por qué son tan recordados.
1. Simón Pedro, el primero
No podemos empezar esta lista sin mencionar al que la tradición considera el primer papa de la cristiandad: Simón Pedro, el discípulo de Jesús al que este encomendó edificar su Iglesia (ekklesía en griego, es decir, "asamblea").
La historicidad de Pedro es dudosa, puesto que la única fuente que poseemos para corroborar su existencia son los Evangelios, escritos varios años después de su muerte. La tradición sitúa su pasión y muerte en la colina Vaticana, en Roma, donde supuestamente estarían sus restos; en concreto, bajo lo que hoy es la iglesia de San Pedro del Vaticano.
2. San Gregorio Magno, Padre de la Iglesia
Considerado uno de los cuatro Padres de la Iglesia (junto con Agustín de Hipona, Ambrosio de Milán y Jerónimo), el papa Gregorio I (llamado el Magno) es una de las figuras más importantes de la historia papal y de la historia de la Iglesia Católica en general.
Culto e intelectual, Gregorio fue pontífice desde el año 590 hasta el 604, por lo que le tocó vivir el desplazamiento del antiguo mundo romano hacia la nueva realidad medieval. Él mismo pertenecía a la antigua aristocracia romana y descendía de papas (pensemos que, en los siglos VI y VII, los clérigos no tenían la obligación de ser célibes oficialmente). Gregorio impulsó la evangelización de provincias lejanas como Britania, a las que envió a misioneros liderados por Agustín de Canterbury. Fue, además, un entusiasta de la regla de san Benito, impulsada por el santo de Nursia unos años antes, del que, además, escribió una biografía, la más importante fuente que tenemos para conocer al monje.
3. Benedicto IX, tres veces papa
Teofilatto-Benedicto de Túsculo es el único papa que se ha sentado más de una vez en el trono de Pedro. Cuentan que, cuando fue elegido papa por primera vez, el 21 de octubre de 1032, solo era un muchacho de unos doce años, ligado por lazos de sangre a una de las familias más influyentes de Roma. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de los historiadores están de acuerdo en que esto se debe a un error en el cálculo de su edad y que, en realidad, contaría con unos veinte años.
¿Cómo llegó este personaje a ostentar el trirregnum en tres ocasiones? Benedicto IX fue el fruto de las luchas entre clanes que se iban sucediendo en Roma desde hacía décadas. En este contexto, poseer a un pariente en el trono de Pedro representaba una garantía de poder, por lo que el padre del joven, Alberico III, sobornó a la curia para garantizar el acceso de su hijo al pontificado.
Expulsado de Roma, su sucesor fue Silvestre III. Sin embargo, en 1045, Benedicto volvió a ceñirse la tiara papal, en esta ocasión solo por un mes, puesto que vendió su cargo por la suma nada desdeñable de 1.500 libras de oro. Su tercer papado se inició tras el fallecimiento de Clemente II y con amenazas de sangre y fuego; finalmente, y con una guerra de clanes mediante, Benedicto fue expulsado de Roma y excomulgado.
4. Gregorio VII, el reformador
Su nombre secular era Hildebrando, y pertenecía a una familia acomodada de la Toscana. Su enorme popularidad favoreció su elección como obispo de Roma a la muerte del papa Alejandro II en 1073.
El nuevo papa, Gregorio VII, había estado al lado de varios papas anteriores ejerciendo de consejero. Ahora tenía la oportunidad de llevar a cabo todas las reformas que tenía en mente desde el lugar privilegiado que le daba el trono de Pedro. De esta forma, se puso en marcha la denominada "reforma gregoriana", que cambió para siempre a la Iglesia.
Entre las muchas reformas que este papa promovía, estaba el celibato absoluto para todos los clérigos, cosa que, en muchos lugares, se tardó siglos en aceptar. Hasta entonces, los sacerdotes podían tener esposa e hijos, lo que dificultaba que sus bienes permanecieran dentro de la Iglesia. Pero todavía fue más polémica su decisión de limitar las investiduras religiosas al papa, lo que cortaba la libertad de los príncipes para hacer y deshacer a su antojo.
5. Los papas del Concilio de Trento (siglo XVI)
A principios del siglo XVI, la Reforma iniciada por Lutero había encendido regueros de pólvora por toda Europa. El monje agustino denunciaba abiertamente a la curia romana, entre otras cosas, por sus libertades a la hora de "vender" indulgencias con el único propósito de financiar las obras del nuevo San Pedro. Lutero también arremetía contra aspectos teológicos del cristianismo que, de materializarse, ponían en peligro la estabilidad de la Iglesia.
En 1545 se inició un concilio eclesiástico que pretendía poner fin al protestantismo y sentar unas bases claras de lo que debía ser la Iglesia Católica. Este concilio, llamado Concilio de Trento por su ubicación en esta ciudad italiana, duró casi veinte años (hasta 1563), en los que varios papas pasaron por el trono de Pedro.
Pablo III fue uno de ellos. Cierto que este papa, perteneciente a la importantísima familia de los Farnese, no era un ejemplo a seguir: todos conocían su vida en concubinato con una aristócrata romana, que le había dado cuatro hijos. Sin embargo, Pablo III era consciente de la urgencia de redirigir a una Iglesia que iba a la deriva, por lo que no dudó en impulsar el concilio.
Su sucesor, Julio III (que fue un espléndido mecenas) reunió de nuevo al concilio durante los años 1551-1552. Un año después del cierre del concilio, en 1564, el nuevo papa Pío IV ponía por escrito todo lo decidido en las sucesivas reuniones: la Profesión de Fe Tridentina. Se iniciaba una nueva época para la Iglesia.
6. Juan Pablo II, el papa viajero
Karol Wojtyła (1920-2005) es uno de los papas con el pontificado más largo: más de 26 años, que marcaron a varias generaciones. Elegido casi por sorpresa tras el súbito deceso de su predecesor, Juan Pablo I (que solo estuvo en el trono de Pedro 33 días), este papa significó, entre otras cosas, un retroceso significativo respecto a la apertura que la Iglesia había experimentado durante el Concilio Vaticano II (1962-65).
Muy querido por millones de fieles por su cercanía (es, quizá, el papa más "viajero" de la historia) Juan Pablo II ejerció una influencia inaudita, hasta el punto de ser elevado a los altares de la santidad de forma exprés, en 2014, tras solo 7 años desde su beatificación.
7. Francisco, el papa de los pobres
El recientemente fallecido papa Francisco ha dejado una huella profunda, y no solo en los fieles. Su enorme apertura (que también le granjeó alguna polémica desde los sectores más conservadores), su simpatía y su cercanía, especialmente con los más necesitados, espolearon su aura de "mejor papa" de la historia de la Iglesia.
En verdad, su legado es grande. Francisco arremetió contra los numerosos casos de pederastia que salpican a la Iglesia, acercó posturas con el movimiento LGTBI+ y promovió un mayor protagonismo de las mujeres en el seno de la Iglesia. Su deceso, acaecido el Lunes de Pascua de 2025 (21 de abril), entristeció a millones de personas en todo el mundo.