El consumo de cannabis ha aumentado en las últimas décadas, y existe mucha controversia acerca de cuáles son las verdaderas consecuencias de su uso, siendo necesaria una mirada libre de prejuicios o argumentos morales acerca de qué debería hacer cada persona con su conciencia.
También sabemos que existen muchas aplicaciones terapéuticas del cannabis, por lo que se requiere un abordaje integral, que considere todos los matices. Este artículo intenta abordar uno de esos matices: comprender sus efectos en el desarrollo cerebral, especialmente durante el embarazo y en edades tempranas.
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Características del tetrahidrocannabinol
El tetrahidrocannabinol (THC), el principal compuesto psicoactivo presente en el cannabis, se une a los receptores endocannabinoides CB1 y CB2 en el sistema nervioso central.
Si bien los cannabinoides naturales del organismo también interactúan con estos receptores, el THC muestra una mayor afinidad, lo que puede tener consecuencias perjudiciales para el desarrollo cerebral y el neocórtex cuando ocurre durante el embarazo, o antes de los 25 años de edad.
Los efectos del consumo de cannabis en el desarrollo cerebral
El llamado sistema endocannabinoide desempeña un papel fundamental en el desarrollo cerebral, regulando procesos neurobiológicos clave como la neurogénesis (formación de nuevas neuronas), la migración neuronal, la sinaptogénesis (formación de nuevas sinapsis o puntos de conexión entre neuronas) y la plasticidad sináptica. El THC, al unirse a los receptores CB1 y CB2, interfiere con estos procesos, al acoplarse a esos receptores de la forma como lo hace. Esto puede afectar negativamente el desarrollo cerebral y el funcionamiento del neocórtex.
Neurogénesis y migración neuronal
En el caso de la Neurogénesis y migración neuronal: aquí se producen nuevas neuronas a partir de células madre neurales. Los cannabinoides endógenos, como la anandamida, regulan positivamente la proliferación y diferenciación neuronal. Sin embargo, la exposición al THC durante el desarrollo puede alterar la neurogénesis y la migración neuronal, lo que puede llevar a una organización anormal del cerebro.
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Sinaptogénesis y plasticidad sináptica
En cuanto a la Sinaptogénesis y plasticidad sináptica: la formación de sinapsis y la plasticidad sináptica son procesos esenciales para el desarrollo cerebral normal y la función cognitiva. La activación de los receptores CB1 por los cannabinoides endógenos regula la formación y el fortalecimiento de sinapsis. Sin embargo, el THC, al interferir con este proceso, puede afectar la plasticidad sináptica y la comunicación neuronal adecuada. Esto puede generar consecuencias a largo plazo en el aprendizaje y la memoria.
Desarrollo del neocórtex
En cuanto al desarrollo del neocórtex: esta es la parte más evolucionada del cerebro, y es responsable de funciones “superiores”, tales como el pensamiento abstracto y la toma de decisiones. Es un área del cerebro especialmente vulnerable a los efectos del THC durante el desarrollo, debido a que es una estructura que no se termina de desarrollar completamente hasta alrededor de los 25 años de edad. Los estudios han demostrado que la exposición al cannabis en la adolescencia temprana y la adultez joven se asocia con alteraciones en la estructura y función del neocórtex, lo que puede tener implicaciones en la cognición, la emoción y el comportamiento.
Quizás esta área del cerebro es la que más pertinencia tiene, considerando jóvenes que no tuvieron exposición al THC durante el embarazo o los primeros años.
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La importancia de evitar el cannabis durante el embarazo y antes de los 25 años
Es entre los 14 y los 25 años cuando es muy probable que haya oportunidad para experimentar con el uso de marihuana. Las funciones del neocórtex incluyen funciones ejecutivas, entre las cuales podemos contar la habilidad para establecerse un objetivo, y luego desarrollar un plan de acción sistemático para acercarse a dicho objetivo. Esto, si es que se ve impedido en la menor forma, podría traducirse en dificultad para ganar claridad sobre objetivos de vida, y falta de orden y constancia para la implementación de un plan concreto para avanzar hacia metas que pueden tomar muchos años en alcanzarse. El THC a temprana edad podría dificultar el esfuerzo sostenido para acercarse a metas de vida. Esto no significa que lo hace imposible, pero puede añadir una dificultad que puede ser mejor evitar.
Basándonos en la evidencia científica actual, es crucial tomar conciencia sobre los efectos perjudiciales del consumo de cannabis durante el embarazo y antes de los 25 años. El THC, al interferir con los procesos neurobiológicos clave en el desarrollo cerebral, puede tener consecuencias a largo plazo en el funcionamiento cognitivo y emocional.
Ahora bien, pasado ese período crítico, es decir, después de los 25 años, no hay evidencia contundente de que el consumo de cannabis afecte negativamente las funciones cerebrales de la forma como lo hace durante las fases de pleno desarrollo.
Yidaki Antonio Valenzuela
Yidaki Antonio Valenzuela
Psicólogo Clínico
Por lo tanto, en aras de la salud y el bienestar de las futuras generaciones, es fundamental evitar el consumo de cannabis durante el embarazo y lactancia (el THC pasa por la leche materna), así como limitar lo más posible su uso en edades tempranas.
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