Corteza piriforme: qué es y qué funciones tiene esta parte del cerebro

Esta parte del cerebro está relacionada con el reconocimiento de olores y con la memoria.

Corteza piriforme
Una parte del cerebroque es parte de la corteza olfativa.

Aunque se hayan producido notables avances en la ciencia, el cerebro humano sigue siendo una incógnita en muchos aspectos. Hay estructuras que se van conociendo poco a poco, y una de ellas es la corteza piriforme.

La corteza piriforme forma parte de la corteza olfativa, y además de detectar y diferenciar los olores, se ha descubierto recientemente que también se encarga de almacenar recuerdos a largo plazo. Vamos a conocer su anatomía, sus funciones y los últimos hallazgos encontrados.

Corteza piriforme y sistema olfativo

La corteza piriforme se localiza dentro de una región más grande, la denominada corteza olfativa. La corteza olfativa es el área de la corteza en el cerebro anterior y recibe una entrada directa del bulbo olfatorio. Así, la corteza piriforme se trata de la región principal de la corteza olfativa.

La corteza olfativa es la única parte del cerebro anterior de los vertebrados que recibe una entrada sensorial directa. Otra característica del sistema olfativo a nivel cerebral es que es el único que no hace relieve en el tálamo (como sí ocurre con los otros sentidos). Además, es ipsilateral (cada hemisferio recibe información de la fosa nasal del mismo lado).

Por otro lado, el sistema olfativo es uno de los primeros sistemas sensoriales en diferenciarse y volverse funcional durante la vida fetal.

Características

Los seres humanos compartimos la corteza piriforme con mamíferos, anfibios y reptiles.

La corteza piriforme es una parte del cerebro donde se ubica el sentido del olfato, que permite detectar y distinguir olores con mucha precisión. Sin embargo, recientemente también se ha relacionado con el almacenamiento de los recuerdos a largo plazo.

La distribución neuronal de esta parte del sistema nervioso es aparentemente aleatoria y “caótica”, y hasta hace poco no se sabía exactamente por qué. Sin embargo, un equipo de científicos de la Universidad de Salk (EE.UU) descubrió que dicha distribución es esencial para que el cerebro distinga los olores de forma correcta y extremadamente precisa.

Neuroanatomía

A nivel neuroanatómico, la corteza piriforme forma parte del rinencéfalo, situado en el telencéfalo. El telencéfalo es una estructura cerebral situada sobre el diencéfalo, es la parte anterior. Se trata de la zona más voluminosa del encéfalo y representa el nivel más alto de integración somática y vegetativa.

La corteza piriforme es parte del área 27 de Brodmann. Se ha sugerido que esta corteza podría ser un blanco atractivo para el tratamiento de la epilepsia, mediante lesión, estimulación o suministro local de medicamentos.

Funciones

Las funciones más importantes de la corteza piriforme son dos: funciona como sistema olfativo y participa como una especie de “archivo” donde guardar recuerdos a largo plazo.

1. Detección de olores

Como ya hemos visto, la corteza piriforme forma parte de la corteza olfativa. Pero, ¿cómo actúa a la hora de detectar los olores?

Cuando las moléculas aromáticas se unen a los receptores de la nariz, la señal se transmite al bulbo olfatorio y de ahí a la corteza piriforme. Los investigadores descubrieron que cada una de las neuronas del bulbo olfatorio está conectada a casi todas las neuronas de la corteza piriforme.

Por otro lado, encontraron que en lugar de haber un único receptor que detecta un olor e ilumina un grupo de neuronas, cada olor tiene una especie de “huella digital” que se basa más en la fuerza de las conexiones.

2. Memoria a largo plazo

Otro descubrimiento de la corteza piriforme llegó a finales del 2017, de la mano de dos neurocientíficas alemanas, Christina Strauch y Denise Manahan-Vaughan, de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania). Sus resultados se publicaron en la revista Cerebral Cortex.

Strauch y Manahan-Vaughan descubrieron que la corteza piriforme, encargada de detectar olores, está involucrada también en el almacenamiento de recuerdos. Concretamente, se ocupa de retener recuerdos en la memoria a largo plazo.

2.1. Metodología experimental

Estas científicas analizaron si la corteza piriforme de las ratas era capaz de expresar plasticidad sináptica, fenómeno que aparece cuando las neuronas se comunican entre ellas y se activa el almacenamiento de recuerdos. Dicha plasticidad sí apareció en la corteza piriforme de las ratas, demostrando que se produce retención de recuerdos a largo plazo en dicha zona.

Para estudiarlo, usaron impulsos eléctricos en el cerebro, con el objetivo de emular procesos que desencadenaran la codificación de una sensación olfativa que se pudiera memorizar. A través de una serie de protocolos, además indujeron efectos a largo plazo en el hipocampo (responsable de la memoria a largo plazo).

2.2. Conclusiones

Las neurocientíficas afirman que su estudio muestra cómo la corteza piriforme puede servir como espacio de almacenamiento de los recuerdos a largo plazo, aunque también es cierto que para llevarlo a cabo necesita “instrucciones” de la corteza orbitofrontal, una región del lóbulo frontal relacionada con el procesamiento cognitivo de la toma de decisiones.

Referencias bibliográficas:

  • Carlson, N.R. (2005). Fisiología de la conducta. Madrid: Pearson Educación.
  • Guyton, A.C. (1994). Anatomía y fisiología del sistema nervioso. Neurociencia básica. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  • Laufs, H. et al. (2011). Converging PET and fMRI evidence for a common area involved in human focal epilepsies. Neurology, 77(9), 904-910.
  • Strauch & Manahan-Vaughan. (2018). In the Piriform Cortex, the Primary Impetus for Information Encoding through Synaptic Plasticity Is Provided by Descending Rather than Ascending Olfactory Inputs. Cereb Cortex, 28(2), 764-776.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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