Existe una relación demostrada entre la ingesta de determinados alimentos y su impacto sobre la salud. A modo de ejemplo, la ingesta de cereales integrales se ha relacionado con un riesgo reducido de enfermedad cardiovascular. Pero no solo es importante lo que comemos sino también cómo se prepara o procesa.
Moler los granos para obtener cereales refinados, elimina el germen y el salvado del endospermo y se pierde dicho efecto protector. Se ha sugerido que el contenido de fibra de los cereales integrales ayuda a reducir la respuesta glucosa/insulina tras las comidas, también disminuye la concentración de colesterol total y de lipoproteínas de baja densidad (LDL, el denominado ‘colesterol malo’) y mejora las propiedades funcionales del tracto digestivo.
Asimismo, si bien el consumo de carne aporta proteínas y aminoácidos, necesarios para un correcto crecimiento y mantenimiento del organismo; el consumo elevado de carne procesada, independientemente del tipo (ternera, cerdo o pollo), se ha asociado a un riesgo incrementado de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo II. En este caso, parece ser que la presencia de sodio (sal de mesa), nitratos y nitritos, así como de productos finales de glicación avanzada (AGEs) que se hallan en este tipo de productos, podría explicar este riesgo aumentado sobre la salud cardiovascular.
Por supuesto el balance entre salud y enfermedad no depende exclusivamente de la dieta, sino que se ve influido por numerosos factores. Si bien, la alimentación tiene un papel relevante y muchas enfermedades crónicas se podrían prevenir en buena medida cuidando la dieta y fomentando hábitos saludables. De hecho, la mayor parte de las enfermedades habituales en nuestro entorno se deben al seguimiento de dieta inapropiadas y ello repercute en una pérdida significativa de años de vida saludable en sociedades occidentalizadas como la nuestra.
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Tecnologías -ómicas y Nutrigenómica
El efecto de los alimentos y sus ingredientes sobre la salud se debe a su acción específica sobre la función de las células. Los nutrientes, directa o indirectamente, son sustratos de las vías metabólicas y su aporte por la dieta puede modular el metabolismo celular, activar unas vías metabólicas y ralentizar otras. Por ejemplo, una dieta rica en hidratos de carbono y pobre en grasas estimula en el hígado la síntesis ‘de novo’ de ácidos grasos. El organismo intenta compensar, en la medida de sus posibilidades, los déficits o excesos que cometemos en la dieta. La enfermedad surge cuando sus esfuerzos no han sido suficientemente efectivos.
En los últimos 20 años, se han producido importantes avances en las técnicas de estudio del metabolismo, asociados al desarrollo de lo que se denomina las tecnologías post-genómicas de alto rendimiento. Estas nuevas herramientas consiguen caracterizar con mucho detalle las moléculas de nuestras células, su interrelación y su regulación. Las tecnologías –ómicas tienen nombres específicos según cual sea la molécula objeto de estudio.
Así, el genotipado masivo, junto con la genómica funcional, han posibilitado el conocimiento de la secuencia del genoma humano y empezar a entender su función; se complementa con la transcriptómica que estudia la expresión y el funcionamiento de los genes, la proteómica que estudia las distintas proteínas y la metabolómica que estudia los metabolitos, los sustratos y productos de las vías metabólicas. En conjunto estas tecnologías –ómicas nos ayudan a comprender hasta un nivel de detalle que antes no era posible, el funcionamiento del metabolismo y su regulación.
En este contexto, surge la Nutrigenómica como la disciplina que aborda el estudio del efecto de los nutrientes sobre el metabolismo haciendo uso de las tecnologías –ómicas. En particular, la Nutrigenómica estudia cambios en la expresión de los genes en respuesta a la dieta, cuando podemos entender la interacción que se produce estamos más cerca de diseñar estrategias nutricionales más eficaces para combatir o prevenir enfermedades relacionadas con la dieta.
Sabemos que no todas las personas responden de la misma manera ante una dieta. La obesidad es difícil de tratar y, en parte se debe, a que no todos los individuos presentamos la misma respuesta metabólica ante el seguimiento de una dieta concreta. Hay diferencias moleculares entre los individuos, algunas codificadas en el ADN, en nuestro genoma, y que son responsables de la variabilidad interindividual que se presenta ante determinados estímulos, como puede ser una dieta. Esta parte específica de la Nutrigenómica la estudia la disciplina que denominamos Nutrigenética.
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SNPs y Nutrigenética
Aunque el genoma es casi idéntico en todos los individuos de la especie humana, existen pequeñas diferencias, variaciones interindividuales en la secuencia de ADN de las distintas personas. Estas diferentes secuencias se denominan polimorfismos, y pueden afectar a nuestra apariencia, a nuestro metabolismo y salud y también a la manera en que respondemos ante una dieta o estrategia para contrarrestar la obesidad.
Existen varios tipos de diferencias genéticas, y las más simples consisten en variaciones puntuales de un nucleótido por otro en posiciones concretas del ADN; es lo que llamamos polimorfismos de un solo nucleótido (o SNPs, que pronunciamos Snips, del inglés single nucleotide polymorphism).
Los SNPs constituyen la forma más simple y más común de variación genética, representan alrededor del 90% de todos los polimorfismos del ADN humano y se ha estimado que en total, hay aproximadamente 10 millones de SNPs. Otras variaciones genéticas consisten en eliminaciones o inserciones de fragmentos de cientos de nucleótidos. El impacto de los SNPs y las distintas variaciones con las que nos podemos encontrar depende de su posición, de la función que desarrolla esta secuencia de ADN y puede ser desde notable a casi inapreciable.
Veamos la relevancia que pueden tener los SNPs en la predisposición genética a la obesidad con el ejemplo del gen FTO. La presencia de polimorfismos en este gen favorece la ingesta, incluso sin hambre ya que afecta la sensación de apetito y saciedad. La variante de riesgo predispone a mayor ingesta de harinas refinadas, azúcar y dulces; asimismo, favorece un aumento en la ingesta de calorías y de grasas y hay más susceptibilidad a padecer obesidad que en los individuos que no poseen la variante de riesgo.
Finalmente, mencionar que SNPs del gen FTO muestran interacción con la composición de la dieta, de modo que pueden modular la respuesta al adelgazamiento según el tipo de dieta que se siga, consiguiendo mejor pérdida de peso cuando se propone una dieta adaptada a la variante que se posea. La información genética, basada en la caracterización de SNPs que tenemos, junto con la información nutrigenética, es decir la interacción que se presenta entre dichos SNPs y los nutrientes, es una de las herramientas de la Nutrición personalizada.
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Nutrición personalizada
Los avances en el conocimiento del metabolismo y su relación con la alimentación, así como las complejas interacciones que se generan entre el genotipo y los nutrientes, pero también su relación y adaptación de acorde al estilo de vida que seguimos y con el medio ambiente que nos rodea, son aspectos cruciales para producir recomendaciones nutricionales personalizadas, que fomenten la salud y contribuyan al bienestar de las personas.
La verdadera nutrición personalizada pretende integrar el conocimiento científico con las peculiaridades de las personas (genéticas y metabólicas), ajustándose a sus preferencias y estilo de vida. Hoy en día esto es factible gracias a herramientas matemáticas, definidas por expertos en el tema, que codifican estas especificaciones y ayudan a priorizar las mejores opciones. Así se consigue ayudar a la hora de tomar decisiones (tipo de dieta, pauta alimentaria, alimentos preferidos,…), eligiendo las más adecuadas en un momento determinado y adaptándolas a medida que se progresa en el objetivo propuesto (pérdida de peso, aumento de masa muscular, ósea,…) de acuerdo a la singularidad individual que cada persona presenta.
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Oorenji: Nutrición de precisión y Nutrigenética
Oorenji es una app de nutrición personalizada pensada para que, al usarla, puedas planificar tu menú semanal personalizado con facilidad conociendo las raciones recomendadas de cada alimento.
El algoritmo de inteligencia artificial de Ooreji tiene en cuenta las variables generales y biomédicas del usuario (edad, el sexo, la actividad física o el estado físico de la persona) y las variables genética (esta información se obtiene a través de un análisis de una muestra de saliva). Puedes descargar Oorenji en las tiendas oficiales de Android y Apple.
Autora: Dra. Francisca Serra Vich, Catedrática de Universidad de Nutrición y Bromatología, imparte clases en la Universidad de las Islas Baleares (UIB) desde 1990.
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