Cómo fomentar la Diversidad, Equidad e Inclusión en una Empresa

La inclusión no es una “tendencia” que ha surgido en los últimos años, es más una demanda social que debe atender el mundo corporativo. De hecho, hacer vida en espacios que te hagan sentir valorado, respetado, y aceptado por quien eres habla positivamente de los entornos en los que te desenvuelves.

Por eso aquí hablaremos de la importancia de integrar principios de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en entornos laborales. Pero es importante que estos principios estén presentes en cualquier espacio social, ya sea el hogar, la escuela, la universidad, para la comodidad y el bienestar de quienes hacen parte de estos contextos.

¿Qué significa diversidad, equidad e inclusión?

Vamos a detenernos en cada uno de estos términos para desmitificar y entender el concepto real de cada uno.

Primero lo primero: ¿a qué nos referimos con diversidad?

Cuando se habla de diversidad dentro de una empresa, es común pensar en aspectos visibles como género, edad o etnia. No obstante, este concepto abarca mucho más.

La diversidad también incluye factores como la orientación sexual, la identidad de género, la discapacidad, la religión, el nivel socioeconómico, la formación académica y la experiencia profesional. Incluso, se extiende a la diversidad de pensamiento.

Una empresa diversa es aquella que refleja la variedad de la sociedad, y esto no solo implica contratar a personas de distintos orígenes, sino también valorar sus experiencias y asegurarse de que exista representación en todos los niveles y que cada voz sea escuchada y considerada.

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¿Qué significa realmente la equidad?

Se puede pensar que la equidad y la igualdad son lo mismo, pero no es así. Mientras la igualdad busca que haya representación y oportunidades para todos, la equidad reconoce que esas oportunidades no deben ser iguales para todos ya que no todos parten desde el mismo punto o no cuentan con los mismos privilegios.

Es por esta razón que la verdadera equidad se enfoca en brindar recursos y apoyo para cada nivel, y así, cada persona pueda desarrollar su potencial en igualdad de condiciones.

Un entorno de trabajo equitativo elimina barreras que históricamente han dificultado el acceso y el crecimiento profesional de grupos vulnerables. La equidad puede manifestarse en brindar oportunidades profesionales que se ajusten a personas con discapacidad o en costear programas de capacitación para personas de bajos recursos económicos.

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¿Y la inclusión?

No sirve de mucho crear una plantilla diversa si quienes la integran no se sienten realmente valorados y respetados. La inclusión debe garantizar que todos los empleados puedan participar activamente en la empresa sin temor a ser discriminados o excluidos.

Esto implica fomentar una cultura organizacional donde cada individuo se sienta respetado, tenga voz y pueda contribuir con sus ideas sin barreras.

La inclusión no ocurre de manera automática con la contratación de talento diverso. Es un trabajo continuo que requiere sensibilizar a todo el personal, y esto puede ser a través de políticas inclusivas, programas de sensibilización y una revisión constante de las prácticas internas que asegure la eliminación de sesgos y prejuicios.

¿Por qué es tan importante la DEI? Algunos beneficios

Las empresas que dan prioridad a la diversidad, la equidad y la inclusión no solo construyen un entorno laboral más ético y representativo, sino que también crean ventajas competitivas en distintos niveles:

• Mayor capacidad de innovar: Los equipos diversos abarcan perspectivas amplias, lo que facilita la resolución de problemas y la generación de ideas innovadoras.
• Decisiones más acertadas: La inclusión de múltiples puntos de vista contribuye a decisiones más informadas y estratégicas, lo que reduce el riesgo de sesgos y errores.
• Mayor retención de talento: Un ambiente inclusivo y equitativo atrae a profesionales que buscan empresas con valores alineados a los suyos. Además, los empleados tienden a permanecer en organizaciones donde se sienten valorados y respetados.
• Eleva el compromiso: Cuando las personas pueden ser auténticas en su lugar de trabajo, sin temor a discriminación, su nivel de compromiso y desempeño mejora mucho.
• Aumento de la reputación corporativa: Las empresas que se esfuerzan por promover la DEI son vistas como responsables y comprometidas con una sociedad más justa, lo que puede fortalecer su relación con clientes, inversores y socios estratégicos.

Claves para impulsar la diversidad, equidad e inclusión en una empresa

Para que la DEI no quede solo en un discurso o en una fachada, es necesario implementar acciones concretas que generen cambios reales en la cultura organizacional:

1. Políticas y prácticas inclusivas

Establecer políticas claras que promuevan la equidad y la inclusión es un buen primer paso. Esto puede incluir desde protocolos de prevención del acoso y la discriminación hasta medidas específicas para garantizar la diversidad en los procesos de selección y promoción.

Algunas empresas han comenzado a adoptar estrategias como la revisión anónima de currículums para reducir sesgos inconscientes en la contratación o la implementación de ajustes razonables para personas con discapacidad.

2. Sensibilización y capacitación

La ignorancia y los prejuicios pueden ser un obstáculo para construir un entorno inclusivo. Por ello, son importantes las formaciones periódicas sobre diversidad e inclusión dirigidas a todos los niveles de la organización.

Estas capacitaciones pueden abordar temas como el sesgo inconsciente, la comunicación inclusiva y la importancia de la equidad en el desarrollo profesional.

3. Creación de espacios para la escucha activa

Fomentar un entorno donde los empleados se sientan cómodos compartiendo sus experiencias y preocupaciones es esencial para avanzar en la inclusión.

Encuestas de clima laboral, grupos de afinidad y reuniones de feedback son herramientas útiles para identificar áreas de mejora y ajustar estrategias según las necesidades reales del equipo.

4. Programas de mentoría y desarrollo profesional

Una forma efectiva de impulsar la equidad en la empresa es a través de programas de mentoría que ayuden a empleados de grupos vulnerables a crecer dentro de la organización.

Contar con líderes que actúen desde la empatía y brinden oportunidades de desarrollo equitativas es clave para reducir brechas y garantizar un acceso más justo a posiciones de liderazgo.

5. Comunicación transparente y compromiso

El compromiso con la DEI debe ser real, visible y tener respaldo por quienes están en los cargos más altos. Es fundamental que los líderes de la empresa comuniquen de manera clara los objetivos en materia de diversidad e inclusión y los avances que se van logrando.

Además, deben actuar como modelos a seguir, promoviendo activamente una cultura inclusiva y respetuosa dentro de la organización.

6. Evaluación y seguimiento constante

Para garantizar que las iniciativas de DEI sean efectivas, es necesario establecer métricas y mecanismos de evaluación. Algunas acciones pueden incluir el análisis de datos sobre la diversidad en los procesos de contratación y promoción, la medición del bienestar de los empleados y la identificación de posibles áreas de mejora.

Reflexionando sobre la DEI en los entornos laborales

A pesar de los avances sociales en materia de diversidad e inclusión, todavía existen desafíos a los que las empresas deben prestar atención, pues la inclusión no debe ser vista como una obligación empresarial, sino como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.

Los prejuicios personales pueden influir en un ambiente laboral y en la toma de decisiones sin que las personas sean plenamente conscientes de ello. Es posible superar estos sesgos, pero requiere de esfuerzo continuo para desaprender estas malas prácticas.

Otro reto es evitar que la DEI se convierta en una estrategia de marketing. Para ello, es fundamental que las iniciativas vengan desde una sensibilización real y que estén respaldadas por acciones concretas que realmente transformen la cultura organizacional.

Finalmente, es súper importante recordar que la diversidad, la equidad y la inclusión son un proceso en constante evolución. Cada empresa tiene su propio punto de partida y sus propios desafíos, pero lo esencial es mantener el compromiso y la voluntad de deconstrucción de forma continua.

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