No ser capaz de sintonizar con las emociones ajenas es un rasgo característico de las personas insensibles. Es esta una característica que explicaría por qué hay personas que se valen de una franqueza dañina para dar sus opiniones, sin caer en la cuenta de cómo se va a sentir su interlocutor.
Pero hay todo tipo de personas incapaces de conectar con las emociones ajenas, siéndolo por causas muy diferentes. No se puede generalizar y decir que todas las personas insensibles son “malas”, pues detrás de su forma de ser puede haber una explicación de peso como un problema psicológico.
Vamos a abordar qué son las personas insensibles, cuáles son sus principales características y qué puede haber hecho que sean así.
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Las personas insensibles: ¿cómo son y por qué?
Cuando hablamos de personas insensibles, lo primero que pensamos es que son individuos incapaces de identificar y sintonizar con las emociones ajenas. Son percibidas como personas con intenciones malas, que poco piensan en cómo se van a sentir los demás y que toman una postura muy egoísta en todo lo que hacen, dicen y piensan.
Si bien esta definición puede ser cierta para algunas personas insensibles, lo cierto es que no todas pueden meterse en el mismo saco. Las personas no son como son porque sí, sino que detrás de su comportamiento y actitudes hay alguna explicación, más o menos legítima, que justifique su forma de ser. Al margen de si está bien o mal ser una persona insensible, no se puede pensar que todas ellas lo son por el mero hecho de que les gusta serlo.
El desinterés y la frialdad emocional pueden ser el resultado de no haber aprendido correctamente cómo captar las emociones ajenas. También puede ser producto de un historial vital duro, marcado por experiencias traumáticas que han hecho de la persona temerosa de sintonizar sentimientos ajenos por miedo de mostrar así una vulnerabilidad que en el pasado le hizo sufrir tanto. En otros casos puede deberse, simplemente, a que la sensibilidad emocional ha ido durmiéndose bombardeada de todo tipo de imágenes violentas y noticias dolorosas.
No querer ver, eludir responsabilidades y priorizar el bienestar de uno por encima del de los demás es una forma de insensibilidad, motivada por el egoísmo y la incapacidad de ver más allá de nuestras propias narices. Es esta, precisamente, la idea más generalizada de cómo es una persona insensible, pero no la única. Ser insensible no implica ser egoísta siempre, al menos siendo consciente de ello. Cada uno es como es, y hay diferencias incluso en la forma de ser una persona insensible.
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Características de las personas insensibles
Dar unas características universales de las personas insensibles es un verdadero reto porque, realmente, no todas son iguales. Si bien lo primero que pensamos al hablar de este tipo de personas es que son malas, incapaces de conectar con los demás por deseo expreso, lo cierto es que las causas detrás de esta insensibilidad pueden explicar, que no justificar, su forma de ser.
Sea como sea, como características muy generales y que no todas tienen por qué mostrar tenemos:
1. Asertividad ofensiva
Si bien no todas, muchas personas insensibles practican la asertividad ofensiva. Puede que no sean conscientes del daño que hacen, pero su forma de decir lo que opinan, de forma directa y sin reparo alguno, causa daño a los demás. Cabe decir que también hay personas de este tipo que son conscientes que su franqueza es dañina, pero se excusan en la frase de “yo no me callo nada”.
Un interesante estudio con respecto a este rasgo de las personas insensibles es el de David Watson y colaboradores de la Universidad de Notre Dame (2019). En esta investigación se llegó a la conclusión de que existe un tipo de extraversión patológica que muestra un patrón muy claro de insensibilidad, caracterizado precisamente por no callarse las cosas y ser asertivo de forma lesiva.
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2. Empatía instrumental
Las personas insensibles muestran falta de afecto en prácticamente cualquier contexto, incluso con su círculo más cercano.
Ya sea con la familia, los amigos o la pareja, las personas insensibles más malintencionadas aplican lo que llamaríamos empatía instrumental: conectan con las necesidades ajenas solo cuando les interesa. Empatizan solo cuando eso les sirve para obtener algo a cambio. Este rasgo de algunas personas insensibles es considerado un signo del trastorno narcisista de la personalidad.
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3. Tienden a la burla y la intimidación
Las personas más incapaces de conectar con los demás tienden a usar la burla y la intimidación. No se identifican con quienes tienen delante y no son capaces de ponerse en la piel de la otra persona, por lo tanto no entienden cómo se siente la otra persona cuando recibe sus burlas, ironía y sarcasmo.
La intimidación es una conducta frecuente en las personas insensibles que solo piensan en sí mismas.
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4. Falta de responsabilidad social
Una de las formas en las que más se manifiesta la insensibilidad emocional es en la falta de responsabilidad social. Esto significa que se es incapaz de reaccionar ante situaciones injustas, como la discriminación, la manipulación o la violencia en cualquiera de las formas que estas lacras tomen.
5. Escasa tolerancia a opiniones diferentes
Las personas más insensibles son incapaces de tolerar opiniones diferentes a las suyas. Cualquier perspectiva contraria a la propia la interpretan como una amenaza, lo cual hace que sea muy difícil vivir con estas personas, e incluso mantener una simple conversación debido a que es casi inevitable acabar discutiendo.
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6. No piensan antes de hablar
Una persona con un mínimo de empatía se piensa las palabras antes de decirlas, más que nada para evitar que puedan hacer daño a su interlocutor. Este no es el caso de las personas insensibles que no se dan cuenta de que este es un paso fundamental en cualquier interacción social.
Rara vez meditan aquello que van a decir. No eligen las palabras pensando en no hacer daño, ser respetuosos o mantener una conversación calmada. Como hemos comentado, suelen recurrir a la franqueza dañina, decir las cosas sin filtrarlas, dándoles igual cómo le sienta a su interlocutor lo que le va a decir.
7. Huyen de las situaciones emocionales
Este punto puede ser la característica que más nos llame la atención de las personas insensibles. Muchas de ellas tienen una baja conciencia emocional, no solo con los demás sino también consigo mismas.
No solo no conectan con las emociones ajenas sino que tampoco entienden sus propios sentimientos. Esto hace que se sientan incómodos ante situaciones emocionales. Cuando ven a un amigo o familiar que lo está pasando mal no saben cómo reaccionar ni saben qué hacer, así que al final optan por huir.
¿Por qué se es insensible al sufrimiento de los demás?
La mayoría de las especies de animales gregarias, que viven en grupo y cuya vida está fuertemente marcada por las interacciones sociales, están dotadas de la capacidad de sensibilizarse ante el dolor de sus congéneres. La empatía y la solidaridad son aspectos fundamentales para la supervivencia de estas especies, producto de la evolución. Teniendo en cuenta que el ser humano es también una especie social, ¿cómo es posible que haya personas insensibles?
Hay varias explicaciones ante el hecho de que haya personas capaces de cerrarse emocionalmente a los demás. Puede que, simplemente, sea que se tiene una personalidad muy alejada de lo normal. De la misma manera que en la naturaleza existen lobos solitarios, apartados de la vida social y poco implicados con sus iguales, en la especie humana hay personas cuyos rasgos de personalidad les hace no tener interés ni capacidad de sintonizar las emociones ajenas.
Pero no solo es una cuestión de personalidad. Pueden haber causas de mucho peso que expliquen cómo un individuo es tremendamente insensible ante las emociones de los demás. Trastornos mentales, patologías neurológicas, historial de trauma, abuso, miedo a ser percibido como vulnerable socialmente e, incluso, la mera falta de experiencia en situaciones emocionales pueden explicar que una persona sea insensible.
Añadido a esto, esta insensibilidad emocional puede ser muy circunstancial. Si bien es cierto que hay personas que son fríos témpanos de hielo andantes, que no conectan con emoción de persona alguna, otros lo son según la situación. El estrés, la ansiedad, la incertidumbre en una situación desconocida… estos y muchos más factores pueden hacer que una persona, de repente, tenga la sensibilidad de una lija.
Y tampoco se puede obviar el hecho de que, en una sociedad donde los medios de comunicación nos bombardean con todo tipo de acontecimientos tóxicos y violentos, nos hemos vuelto insensibles y tolerantes ante las desgracias de otras personas, sin albergar nada de maldad en nuestro interior. A más horror que vemos, más nos habituamos a él y nuestra capacidad de disgustarnos frente a situaciones injustas va entumeciéndose.
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Posibles causas de la insensibilidad emocional
Es fácil juzgar a las personas insensibles como malas. A menudo las tildamos como individuos antipáticos, fríos y faltos de emociones, mala gente que no es capaz de ponerse en el lugar de otras personas. Puede que ese sí sea el caso, pero muy difícilmente una persona es insensible sin una razón de peso detrás. Hay que profundizar un poco en la historia de la persona que consideramos insensible, pues puede ser que padezca algo o haya experimentado un acontecimiento que la predispuso a comportarse así.
1. Alexitimia
Parte de la población mundial presenta un raro fenómeno que explicaría su frialdad en el trato. Su distancia emocional puede ser causada por una condición de importante peso genético llamada alexitimia, un problema que hace que quienes la presentan, a pesar de experimentar emociones, no son capaces de demostrarlas ni demostrarlas. No es que sean insensibles, es que les cuesta expresar sus emociones y verlas en los demás.
2. Historial de traumas
Las personas que han experimentado mucho sufrimiento emocional suelen ser más empáticas y sensibles al dolor ajeno aunque, también puede ocurrir que se dé justo el efecto contrario. La insensibilidad emocional puede ser un mecanismo de defensa producto de tener un historial de traumas.
En este caso, la persona no es capaz de sintonizar las emociones ajenas por miedo a que eso le vuelva vulnerable y experimente de nuevo el dolor que una vez sintió.
3. Inexperiencia afectiva
Una de las causas de la insensibilidad emocional es, simplemente, no haber experimentado nunca sufrimiento. Como la persona nunca ha llegado a sufrir de verdad, no es capaz de entender el sufrimiento de los demás o lo infravalora. Esto sería producto de una clara falta de experiencia emocional.
Estas personas son insensibles no por ser malas personas, sino porque su capacidad de empatía no se ha desarrollado todavía al no haber vivido suficientes experiencias emocionales. Muestran una gran ignorancia afectiva, incapaces de solidarizarse con el sufrimiento y la felicidad de los demás porque, sí, no solo se aplica para las emociones negativas. Esto cambiará en el momento en que adquieran un poco más de habilidad en la detección de las emociones ajenas.