La trifluoperazina es un fármaco que se prescribe para tratar algunas manifestaciones de la esquizofrenia. Es así porque tiene efectos importantes en las vías mesolímbicas que regulan la liberación de dopamina. Es así mismo un fármaco que no se comercializa en cualquier lugar y que está sujeto a prescripción médica.
En este artículo veremos qué es la trifluoperazina, cómo actúa en el sistema límbico, cuáles son sus indicaciones y efectos secundarios.
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¿Qué es la Trifluoperazina?
La trifluoperazina es un compuesto químico de reacción antidopaminérgica. Es decir que actúa como antagonista de los receptores de dopamina, con lo cual, tiene efectos tranquilizantes, ansiolíticos y antipsicóticos potentes.
Por dichos efectos, la trifluoperazina se encuentra dentro del grupo de los antipsicóticos típicos, que también son llamados antipsicóticos convencionales con efectos neurolépticos (depresores del sistema nervioso central).
A muy grandes rasgos se trata de un fármaco que disminuye la excitación de la actividad eléctrica en el cerebro.
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¿Para qué sirve y en qué trastornos se usa?
La trifluoperazina se prescribe para tratar algunas manifestaciones del diagnóstico de esquizofrenia y su principal objetivo es reducir las experiencias psicóticas. Por su acción sedativa importante, se recomienda comúnmente en crisis agudas de esquizofrenia con cuadros intensos de ansiedad y manía. También se recomienda su uso no prolongado para tratar cuadros de ansiedad que no han respondido a otros medicamentos.
Este medicamento se adquiere con prescripción médica y se comercializa bajo distintos nombres, que dependen del país. Algunos de los más comunes son Cuait Trifluoperazina, Eskazine, Estelazina, Tristazina y Stelazine y su presentación de tabletas para administración oral. En el caso de España ha dejado de comercializarse desde inicios del 2018. No obstante, hay algunas presentaciones genéricas y también se distribuye por importació.
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Mecanismo de acción
Aunque este mecanismo no está definido con precisión, distintas investigaciones han relacionado las acciones anti dopaminérgicas con la disminución de las experiencias psicóticas. Las “acciones antidopaminérgicas” son las que producen un bloqueo de los receptores postsinápticos en las vías corticales mesolímbicas.
Esta última es una de las vías dopaminérgicas del cerebro que inicia en el mesencéfalo y termina en el sistema límbico (pasando por la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal, entre otras zonas). La vía mesolímbica es una de las que se ha relacionado de manera importante con situaciones como la regulación emocional, la motivación, la gratificación emocional y los mecanismos de recompensa. El principal neurotransmisor que actúa dentro de esta vía es la dopamina.
Por sus efectos en términos de regulación emocional y conductual, la actividad de la vía mesolímbica se asocia con las manifestaciones conductuales y psíquicas de la esquizofrenia. Más específicamente con las manifestaciones de lo que se ha llamado “síntomas positivos” o “psicosis”, en donde las experiencias de escuchar voces o la despersonalización, entre otras, están muy presentes.
Hay una hipótesis dopaminérgica que dice que estas últimas experiencias están relacionadas con una hiperactividad de las vías mesolímbicas en el cerebro, con lo cual, se han desarrollado fármacos, como la trifluoperazina, que actúan como bloqueadores de los receptores de la dopamina. Se espera que a largo plazo la trifluoperazina pueda evitar nuevos brotes psicóticos.
Efectos secundarios y contraindicaciones
La acción dopaminérgica no sólo tiene efectos neurolépticos en la disminución de las manifestaciones psicóticas, sino que tiene efectos también en otros receptores neuronales y en otros sistemas más allá del nervioso central, por ejemplo en el sistema endocrinólogo o el sistema metabólico.
Dentro del sistema nervioso central, y en tanto que la trifluoperazina impacta también otras vías (no solo la mesolímbica), puede producir algunas reacciones como somnolencia, mareos, disminución de la alerta y la capacidad de reacción, fotosensibilidad y algunas alteraciones visuales.
Además, el uso de trifluoperazina puede generar reacciones adversas más graves como agitación motora constante e involuntaria, combinada con períodos de movimientos extremadamente lentos. En relación al otros sistemas, como el metabólico o el endocrino puede provocar estreñimiento, reducción de la actividad sexual, hiperglucemia, entre otras reacciones.
En el caso de la prescripción o toma de dosis excesivas, así como en el caso de la retirada abrupta del fármaco, se han presentado convulsiones, pérdida de conocimiento, fiebre, taquicardia e insuficiencia hepática en altas dosis, síndrome neuroléptico maligno, entre otras reacciones adversas que pueden ser mortales.
No se recomienda su uso durante el embarazo y la lactancia y debe evitar mezclarse con otros narcóticos, anestésicos, sedantes y bebidas alcohólicas (de lo contrario aumenta la probabilidad de que se presenten reacciones adversas).
Los adultos mayores son especialmente sensibles a los efectos de este medicamento por lo que se recomienda tomar precauciones especiales en este caso. Está especialmente contraindicado en el caso de personas con demencia (porque aumenta el riesgo de accidente cardiovascular y de mortalidad), se utiliza solo en caso de que otras opciones farmacológicas no hayan funcionado y se recomienda no prolongar el tratamiento por más de 3 meses. Lo mismo en el caso de personas que tienen glaucoma, angina de pecho y otras condiciones médicas asociadas.